Este miércoles por la noche, trabajadores de las industrias básicas dieron a conocer la lamentable noticia de la muerte del obrero Héctor Fajardo de la Industria Venezolana del Gas (Invegas). Se informa que hay seis trabajadores heridos.
El fatal accidente laboral da cuenta de la ausencia de condiciones para operar, siendo los trabajadores los primeros en pagar las consecuencias.
El Gobierno es responsable de estos accidentes que ha llevado a las empresas de las industrias básicas a situaciones deplorables.
El trabajador Héctor Fajardo fallece tras quedar gravemente herido luego de una explosión que tuvo lugar en la planta de Invegas. La noticia de su muerte fue difundida por sus compañeros de trabajo, quienes informaron que el obrero no soportó la operación que requería tras presentar fracturas de cráneo, costillas y perforación de pulmón.
Los propios obreros que operan en el área declaran que esa parte de planta se encontraba paralizada desde hace varios años, en ella se mantenían cilindros de oxígeno industrial, usado para avivar los hornos y dar mayor celeridad al proceso productivo.
“No sabemos a qué se debió la explosión, pero esa planta tiene tiempo parada. Como trabajadores nos estamos enterando que eso estaba siendo recuperado por personal de Sidor, ellos estaban trabajando allí; pero eso está ahora bajo la responsabilidad de Planta Casima. Esa área de oxígeno industrial es de Planta Casima”, manifestó un empleado de la empresa. Todos los trabajadores que operan en Invegas son parte de la planta Casima.
Obreros de Sidor y de PDVSA habían sido destinados a trabajar en el proceso de recuperación de Invegas. Por eso entre los heridos, y según información oficial emitida por la Guardia Nacional, hay seis trabajadores lesionados: Simón Maurera (Sidor), Noel Salazar (Pdvsa), Maribel Torres (Sidor), Dinoira Padrón (Sidor), Jhonny Jiménez (Sidor), Santos Acosta (Sidor), Ely Valderrey (Sidor), Richard Andrade (Sidor), José Gutiérrez (Invegas) y Keliana Rodríguez (Invegas).
Por su parte, otro trabajador de Planta Casima declaró que la falta de inversión y de cuadrillas de obreros completas para laborar en cada área es lo que origina este tipo de accidentes. Los trabajadores hace tiempo vienen denunciando cómo se violan las mínimas normas de seguridad laboral, que no les dotan de los implementos necesarios de trabajo, en una situación de las más precarias que viven con salarios prácticamente inexistentes.
Los trabajadores son los que están poniendo el pecho y sufriendo en carne propia las calamidades, producto de años de desinversión por pagar la deuda externa, la rampante corrupción gerencial y administrativa, y la pulverización del salario y los beneficios laborales. La política del Gobierno ha llevado a un estado calamitoso la mayor parte de las industrias básicas de Guayana.
Durante mucho tiempo los trabajadores han venido siendo el blanco de una ofensiva represiva con organismos militares por parte del gobierno, despidos masivos, trabajadores desactivados. Justo en momentos en que ocurren estos accidentes, los trabajadores de las industrias básicas han venido haciendo fuertes denuncias de corrupción, reclamando por sus salarios y por derechos contractuales. Pero la respuesta ha sido despidos y amenazas de cárcel.
El Estado y el Gobierno son responsables del accidente laboral de los cuatro obreros, por la desidia y la irresponsabilidad patronal de ponerlos a operar en condiciones que no están dadas ni aptas, con el riesgo de perder sus vidas.
Es necesario llevar adelante la organización y luchar por la recuperación del salario y todas las reivindicaciones laborales que les han sido arrebatadas a los trabajadores. Es necesario impulsar la discusión desde los lugares de trabajo de un plan obrero y popular de emergencia, para ofrecer como clase una salida propia ante estos brutales ataques y que los obreros no sigan pagando la crisis.
La recuperación de las industrias básicas solo puede ser llevada adelante por los propios trabajadores, bajo una industria 100% estatizada y bajo el control directo obrero sin injerencia de esa burocracia estatal y corrupta del Gobierno de Maduro y más aún de la propia gerencia de la CVG en envuelta en escandalosos casos de corrupción.
Con información del Correo del Caroní.