Los siete obreros que trabajaban en el futuro edificio de nueve pisos no contaban con cabo de vida, bandejas de contención ni baños. Cuestionan la «irresponsabilidad».
La de ayer es la tercera obra clausurada en sólo una semana.
Imagen: Alberto Gentilcore.
Cabos de vida gastados, ascensores sin protección, caída de escombros en propiedades linderas, y bandejas de contención rotas, fueron algunas de las irregularidades detectadas en una obra en construcción que fue clausurada por la Guardia Urbana (GUM) y el Ministerio de Trabajo provincial. «Trabajar en esas condiciones es criminal», aseguró el titular de la repartición municipal, Mariano Savia. Antes del mediodía de ayer, dos inspectores llegaron a la construcción de nueve pisos, en Zeballos al 100, donde trabajaban siete obreros. Allí detectaron «serias deficiencias con riesgos tripartitos: para los trabajadores, los transeúntes y los vecinos». Por las dos últimas, se solicitó la presencia de la GUM, que decidió la clausura. Además, los operarios no estaban cubiertos por la Aseguradora de Riesgo de Trabajo (ART), no contaban con comedor, baños, ni iluminación. «El panorama era sombrío», dijo a Rosario/12 el director de Higiene y Seguridad provincial, Néstor Botta, quien confirmó la clausura por riesgos inminentes de «caída y electrocución». La de ayer, es la tercera obra que se suspende en la semana, en esa zona de Rosario.