Muere otro ex trabajador de Fibrocementos por un cáncer a causa del amianto

La Asociación de Afectados cifra en más de 35 el número de víctimas resgistradas desde 1990.

Un ex trabajador de la empresa Fibrocementos, dedicada a la fabricación de tubos de amianto en San Vicente del Raspeig y actualmente desaparecida, falleció el pasado lunes a consecuencia de un cáncer de pleura, causado por el contacto con este mineral, según informó la Asociación de Afectados por Amianto, Francisco Martínez.

Se da la circunstancia de que esta víctima, Saturnino Platas, sólo estuvo trabajando en la empresa ocho años, desde 1964 hasta 1972. Sin embargo, este periodo fue suficiente para contraer la enfermedad que no se le manifestó hasta 30 años después, según explicó ayer Martínez. Con él ya son dos los fallecidos a causa del contacto con el amianto en lo que va de año, pero desde la Asociación se especifica que, desde la década de los 90 han muerto más de 35 trabajadores, que en mayor o en menor medida habían estado en contacto con el mineral cancerígeno.

Otro ex trabajador de Fibrocementos falleció el pasado 18 de enero a consecuencia de un cáncer de pulmón, otra de las afecciones más comunes que se contraen al respirar polvo de amianto.

El ex operario que murió el pasado lunes, de unos 60 años de edad, denunció en INFORMACION en febrero de 2006 que la empresa debería haber informado a los antiguos trabajadores de los riesgos que tenía trabajar con un componente como el amianto y debería haberles advertido de la necesidad de realizar controles periódicos sobre su salud.

Saturnino relató que, durante su periodo en la fábrica «de vez en cuando nos íbamos a dormir encima de sacos de amianto. Nos acostábamos allí. Nadie nos dijo que no lo hiciéramos y tampoco que nos pusiéramos mascarillas». Los médicos le detectaron la enfermedad en septiembre de 2005, tras varios meses molesto «con un constipado que iba a peor». Un tribunal médico le dio la invalidez y empezó a luchar contra una enfermedad dura que finalmente acabó con su vida.

A su condición de ex trabajador, Saturnino unía el haber vivido junto a la fábrica en el barrio Los Manchegos de San Vicente hasta el año 1984.

La fábrica de Fibrocementos, «Fibrotubos», tal y como se la conocía popularmente en San Vicente ya ha desaparecido. Tras la prohibición de utilizar amianto a principios de 2000 y el cese de actividad años después, la última propietaria de la planta, el grupo Uralita, decidió vender el terreno y desmontar las instalaciones. El proceso se prolongó durante varios meses y obligó a tomar medidas especiales por el riesgo a que el polvo de amianto fuera esparcido y afectara a los vecinos de la zona. La fábrica volvió a ser noticia meses después cuando un vigilante de seguridad murió al caerle la puerta de acceso al recinto.

Actualmente nada queda ya de las instalaciones y el terreno está a la espera de empezar a albergar los más de 250 pisos que está previsto.

ANA VAQUER

Fuente: www.diarioinformacion.com

Italia: mueren ocho pacientes de un hospital por una falla en los tubos de oxígeno

Ocurrió en un centro de salud de la ciudad de Catellaneta, al sur del país. Por un error de conexión, las víctimas inhalaron nitrógeno mientras recibían asistencia respiratoria en una sala de cuidados intensivos.

Ocho pacientes de un hospital del sur de Italia murieron en las últimas dos semanas al inhalar protóxido de ázoe de nitrógeno producto de un error en la conexión de los tubos de oxígeno.

«La presencia de protóxido de ázoe dentro de los circuitos de oxígeno de la división de cuidados intensivos coronaria fue causada por un error de conexión entre la línea principal de distribución del protóxido de ázoe utilizado en otros pabellones y la línea principal de distribución del oxígeno», señala un informe de los expertos de la empresa de manutención de la instalación de Castellaneta, en la región de Apulia.

Ayer, el deceso de una mujer de 73 años, cuyo estado no era de gravedad, levantó sospechas entre el personal que tras buscar el recorrido de los tubos que llegan a las máscaras de oxígeno de los pacientes, encontraron uno en forma de T del cual salían dos derivaciones, una con oxígeno y una segunda con gas anestésico.

Tras la denuncia, el ministerio italiano de Salud puso en marcha de inmediato una investigación al igual que la justicia local. Mientras que el gobernador de Apulia, Nichi Vendola, exigió «que la Justicia proceda con rapidez y de modo radical».

Fuente: www.clarin.com

La OMS pide medidas para evitar las 200.000 muertes anuales por cáncer originado en el trabajo

De todos los cánceres el de pulmón es el que más relacionado está con el lugar del trabajo por la inhalación de fibras de amianto y humo de tabaco, que aún se permiten en algunas empresas.

Todos los años, al menos 200.000 personas mueren de cáncer relacionado con sus lugares de trabajo, según aseguró hoy en un comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La organización ha aprovechado la celebración del ‘Día mundial por la seguridad y la salud en el trabajo’ para reclamar a los gobiernos y a la industria medidas para proteger a los trabajadores.

Entre otras medidas, mencionó que no se use el amianto, introducir disolventes libres de benceno, prohibir el consumo de tabaco en el trabajo y procurar ropas adecuadas a los empleados que trabajan al sol.

Prevenibles

Millones de trabajadores corren el riesgo de desarrollar cáncer, como el de pulmón y mesotelioma (tumor maligno de la pleura o tejido que recubre el pulmón) por la inhalación de fibras de amianto y humo de tabaco.

Asimismo, también pueden desarrollar leucemia por la exposición, en el lugar de trabajo, al benceno (disolvente utilizado como reactivo en operaciones de laboratorio y usos industriales).

La buena noticia es que los riesgos para desarrollar un cáncer laboral son prevenibles, según la OMS.

El más común

El cáncer de pulmón, mesotelioma y el cáncer de vejiga son los más comunes, siendo el primero el que más relacionado está con el lugar de trabajo.

Actualmente 125 millones de personas, en todo el mundo, están expuestas al amianto en sus trabajos, y cada año mueren 90.000 personas de enfermedades relacionadas con esta sustancia. Miles más mueren de leucemia por la exposición al benceno.

«La tragedia del cáncer provocado por amianto, benceno y otros cancerígenos es que lleva mucho tiempo sin que se tomen medidas de protección», dijo Maria Neira, directora de Salud Pública y Ambiental de la OMS.

En el mundo desarrollado

En la actualidad, la mayoría de las muertes causadas por factores de riesgo ocupacionales ocurren >b>en el mundo desarrollado. Esto es resultado del uso extendido de sustancias cancerígenas desde hace 20 ó 30 años.

Si el uso actual de productos cancerígenos en países en desarrollo continúa, en las próximas décadas se producirá un aumento significativo del cáncer ocupacional, advirtió la OMS.

Fuente: www.websalud.com

Trabajar ¿enferma?

Pese a que la pregunta puede tender a la broma, un gran número de patologías proviene de algo tan impensado como respirar durante ocho horas diarias un aire «viciado». «Cada profesión tiene su riesgo», dijo un médico a Infobae.com.

Una persona que cumple jornadas de ocho horas respira durante su trabajo 14 mil litros de aire. Semejante volumen establece indudable relación entre los factores ambientales del trabajo y la salud de los trabajadores expuestos.

El doctor Jorge Draghi es especialista en Neumonología y coordinador adjunto de la sección enfermedades respiratorias de origen ocupacional de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMAR).

Con motivo de celebrarse mañana el Día Internacional de la Salud y Seguridad Ocupacional, Infobae.com consultó al profesional acerca de las patologías de origen laboral.

â??Son más de las que uno creeâ??, destacó el doctor, quien aseguró que la mayoría de las enfermedades son â??tóxicas del aparato respiratorio y provienen de las más de 400 sustancias que causan enfermedades pulmonaresâ??.

Para el profesional, â??todas las ocupaciones tienen un porcentaje de riesgoâ?? y generalmente â??tiene que ver con falta de medidasâ??, como el uso de ropa adecuada, máscaras o fallas en el sistema de ventilación.

Al conocido daño que ocasiona el tabaco en las empresas en las que se permite fumar, se suman neumoconiosis (enfermedad causada por la inhalación de polvos orgánicos o gases irritantes) y otras producidas por asbesto (presente en las fábricas de embriagues), diluyentes de pinturas, soldadoras.

También los pasteleros y panaderos están expuestos a sustancias que producen enfermedades respiratorias de origen ocupacional, así como los trabajadores del campo, quienes manipulan diferentes tipos de venenos.

Pero si usted es un empleado â??de cuello blancoâ?? – tal como se conoce a quienes se desempeñan en oficinas, bancos, empresas- las emanaciones de tóner de impresoras o fotocopiadoras, el humo del tabaco o la falta de limpieza de los filtros de aire acondicionado (que acopian hongos que traen patologías respiratorias) y alfombras (en las que proliferan los ácaros y sustancias tóxicas) serán sólo algunos de los factores de riesgo a los que estará expuesto.

Draghi destacó, asimismo, que la climatización de los edificios suele predisponer a quienes allí trabajan a â??resfríos, bronquitis o neumoníaâ??.

â??Las temperaturas en algunas empresas, cines o bancos acostumbran ser extremas, tanto de frío o calor, lo que provoca diferentes enfermedades respiratoriasâ??, remarcó el profesional. Y agregó: â??En verano, los aires acondicionados deberían estar entre los 24 y 26 grados, sin embargo los mantienen a 19 grados, lo que expone al cuerpo humano a cambios abruptos de temperaturaâ??.

Pero las enfermedades laborales que comprometen al sistema respiratorio y con él tanto la salud general como la calidad de vida son más comunes de lo que se supone.

Si bien cada paciente es tratado en forma individual, detectar el origen laboral de una enfermedad permite establecer el agente causal. Esto dará cuenta de la posibilidad de generar estrategias preventivas no sólo para el paciente afectado sino también para su entorno de trabajo.

La característica de las enfermedades laborales, especialmente las respiratorias, es que al conocerse su origen es posible diseñar procedimientos preventivos, para anular o minimizar la agresión ambiental.

La característica de las enfermedades profesionales respiratorias es su prolongado período de latencia: 10, 15 años o más, desde la exposición laboral y la aparición de los síntomas. Por eso, un diagnóstico preciso requiere exhaustiva anamnesis (estudio de los antecedentes del caso) y una evaluación de la historia laboral del paciente.

En nuestro país, el tema tiene escasa repercusión y es insuficiente la cantidad de peritos o expertos en el tema. Los reportes de disturbios de origen laboral expresan una casuística moderada, pero engañosa. Esto se debe a un claro subdiagnóstico respecto de la etiología, o sea, del origen de una patología laboral.

La casuística mundial declarada por la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) señala que las enfermedades de origen laboral producen el 82% de las patologías ocupacionales, mientras que los accidentes de trabajo sólo suman el 18%, aproximadamente.

En nuestro país, según las estadísticas de la Superintendencia del Trabajo, se detectaron en 2005 solo 1,7% de enfermedades ocupacionales: las respiratorias ocupan el segundo lugar. Siendo la mayor casuística atribuible a los accidentes de trabajo y los accidentes in itinere.

Un detalle de las patologías

Las primeras patologías respiratorias laborales estudiadas fueron las que afectaban a los operarios de minas carboníferas. La inhalación reiterada de polvo de sílice conllevaba a una enfermedad respiratoria conocida como silicosis. Si bien más tarde la economía mundial dejó de usar carbón como primera opción energética, aún hoy en los países subdesarrollados este mal afecta a muchos trabajadores: los trabajos en canteras y túneles, en la extracción de minerales, en la molienda de piedra.

El uso de abrasivos como lija y chorro de arena en trabajos de pulido, la utilización de talco industrial, los trabajadores de la cerámica, vidrio y de la construcción también originan silicosis. Este efecto de la inhalación de partículas de sílice conduce al trabajador expuesto a insuficiencia respiratoria por fibrosis pulmonar y los afectados estarán, por añadidura, más expuestos al desarrollo de tuberculosis, bronquitis crónica y otras patologías respiratorias.

La inhalación de agentes orgánicos como excrementos de ave, hongos y bacterias pueden provocar neumonitis por hipersensibilidad, denominada también alveolitis alérgica extrínseca. Se han detectado más de 30 sustancias patogénicas. Comienza con un cuadro pseudo-gripal, febril y muchas veces con un componente obstructivo de las vías aéreas y cuando el enfermo deja de estar en contacto con los factores desencadenantes, los síntomas se atenúan o desaparecen. Pero en ocasiones estas neumonitis se tornan severas y conducen a un estado de fibrosis pulmonar irreversible luego de un largo período de latencia.

La International Agency for Research on Cancer (IARC) produjo un listado de carcinógenos reconocidos: arsénico, asbesto (amianto), éter, cromo, sílice, ciertos hidrocarburos, níquel, cadmio, radón, gas mostaza. Y como posibles, aunque no definitivamente probados agentes de cáncer, los insecticidas no arsenicales, acronitrilo, cloropreno, dimetilsulfato, compuestos del plomo, humos de soldadura y varios otros. Muchos de estos factores están presentes en el medio laboral, principalmente en las industrias químicas, siderúrgicas y metalúrgicas.

Según las fuentes estadísticas la proporción de cáncer de pulmón de origen ocupacional oscila entre el 10% y 40% de todas las patologías oncológicas. Estos cánceres, al igual que el provocado por el hábito tabáquico son absolutamente prevenibles y no están relacionados con el tiempo de exposición.

La exposición a asbesto es un factor de riesgo oncogénico conocido, se potencia con el tabaco: los fumadores expuestos quintuplican la probabilidad de contraer cáncer de pulmón.

El mesotelioma maligno, tumor derivado de células de la cavidad pleural y peritoneal, tiene una fuerte relación con la exposición al asbesto. La incidencia en el Reino Unido, por ejemplo, supera los 1.000 casos al año y allí se teme que en 2020 alcanzará los 3.500.

Se considera que de 5 a 15 % de los casos de asma son de origen laboral. Es la enfermedad respiratoria ocupacional más extendida en países desarrollados. Se conocen más de 150 sustancias capaces de ocasionar asma ocupacional (AO), que se pueden clasificar en dos grupos. El primer grupo requiere un período de sensibilización o latencia, como el polvillo de madera y la inhalación de polen, entre otros.

En el segundo, la exposición a potentes irritantes derivados del cloro, resinas, poliuretanos y otros elementos produce un tipo de asma sin período de latencia llamada asma inducida por irritantes. Condiciones laborales que incluyan estos agentes pueden agravar un asma anterior o bien desencadenarla. Mecanismos inmunológicos tienen un papel central en el AO con período de latencia.

En cuanto al AO sin período de latencia (inducida por irritantes) se caracteriza por síntomas respiratorios después de inhalar tóxicos como cloro, amonio, dióxido de azufre y otros. Clínicamente, el AO se caracteriza por un cuadro que mejora en vacaciones y fines de semana, pero esta relación no siempre es evidente. Si el trabajador expuesto no es alejado de la fuente laboral que origina dificultad respiratoria obstructiva, puede generarse un asma crónica que no se recupera ni siquiera después de años de abandonar la exposición

Los agentes etiológicos de este grupo de enfermedades son identificables y mensurables; por lo tanto, prevenibles. Todo dependerá de las políticas laborales y en especial en qué condiciones de trabajo se desea implementar para garantizar un ambiente laboral confortable, un trabajo digno.

Si la ciencia y la técnica originaron el riesgo, serán éstas las que deban generar soluciones para que el trabajo dignifique, sin enfermar a quien lo realice.

Por Valeria Chavez Infobae.com

Fuente: www.infobae.com

Adicciones en el trabajo

La dependencia de ciertas sustancias constituye, en sí misma, un riesgo para cualquier persona. Pero en el ámbito laboral puede afectar directamente a terceros. Infobae.com consultó a los especialistas.

Toda adicción es una problemática que afecta distintos estratos de la sociedad. Una persona adicta expresa su dependencia en todos los aspectos de la vida, y el ámbito laboral no está exento de esto. Pero el peligro radica en que, en ciertos trabajos, la disminución de las capacidades afecta seriamente no sólo al empleado sino también a otras personas del entorno o incluso a verdaderos desconocidos.

Consultado por Infobae.com, el jefe del Servicio de Toxicología del Hospital de Clínicas, Eduardo Scarlato*, afirmó que «al igual que en otros ámbitos de la sociedad, no existe una fórmula única para descubrir en el trabajo a una persona adicta». Esto se debe a que existen estimulantes que están «socialmente aceptados», siempre bajo ciertos parámetros (la edad, la periodicidad y la situación específica), como el cigarrillo o el alcohol.

Dentro de las drogas de curso «legal» están los psicofármacos, como por ejemplo los ansiolíticos. Según Scarlato, su consumo «es importante en el ámbito laboral, y sucede que no suele ser tenido en cuenta por los compañeros» como peligroso. Muchas personas dependen de ellos en forma crónica, y por lo general se automedican. «Se muestran nerviosos, no duermen si no las tienen. Pero es difícil ver en ellos a un adicto», agregó el especialista.

El trabajo, ¿empuja a la adicción?

En principio, Scarlato afirmó que debe distinguirse entre lo que es el uso de una determinada sustancia de lo que son el abuso y la dependencia.

«El uso – explicó – se da cuando hay un estímulo determinado, por ejemplo, la ingesta de algún psicofármaco para poder mantenerse toda una noche despierto antes de dar un examen». En tanto, se incurre en abuso «cuando, ante la misma situación, se consumen dos o más sustancias, o cuando se toma la misma frente distintos estímulos». «La dependencia –finalizó- se da cuando el consumo no necesita de un estímulo externo, sino que el organismo y la psiquis lo piden».

Teniendo en cuenta esta diferencia, y la consecuente posibilidad de que existan distintos tipos de adictos, se pueden enumerar las circunstancias que empujan al consumo dentro del ámbito laboral. Por ejemplo, la presión que ejercen los jefes, la necesidad de mantenerse más horas despierto o el incentivo de la creatividad. «El problema –marcó Scarlato- es que el efecto acompaña al trabajador a todas partes», incluso fuera de la empresa.

Y, obviamente, los mayores inconvenientes se generan cuando el adicto realiza trabajos que involucran a terceros o podrían dañarlos en caso de accidente, «como conducir un colectivo o manejar una grúa», señaló el especialista.

Cómo ayudar a un compañero de trabajo adicto

«Al igual que en cualquier ámbito de nuestra sociedad, los congéneres deben tener un compromiso social con el enfermo», afirmó Scarlato. En ese sentido, recomendó tanto la ayuda profesional como la contención social (brindada por la familia, el entorno, los grupos de autoayuda, etcétera).

Por otra parte, es más factible que las empresas que cuentan con un Departamento de Medicina Laboral o un área semejante sean las que estén más preparadas para descubrir este tipo de patologías. Sin embargo, también hay otras formas de dar con la adicción. «Puede ser que sea el propio trabajador el que se acerque al médico, como también puede pasar que la compañía detecte la problemática e intente ayudar», señaló el especialista.

De todas formas, siempre hay que recordar que las autoridades de toda empresa son las responsables no sólo de lo estrictamente laboral sino también de bregar por la salud de sus propios empleados.

* Eduardo Scarlato es médico, jefe del Servicio de Toxicología del Hospital de Clínicas, y docente titular a cargo de la Tercera Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA)

Por Bárbara Roesler Infobae.com

Fuente: www.infobae.com

El macabro descubrimiento en una planta nuclear inglesa

Se trata de la mayor central atómica de Gran Bretaña. Según una investigación periodística, se hicieron pruebas experimentales con partes del cuerpo de sus ex trabajadores más de 30 años.

Un reciente descubrimiento promete convertirse en uno de los mayores escándalos de la historia científica del Reino Unido, tras confirmarse que la planta nuclear Sellafield experimentó las consecuencias que tiene sobre los seres humanos la exposición al trabajo en la industria atómica.

Según una investigación del diario británico The Times, desde 1960 a 1990 partes de los cuerpos de al menos 65 empleados muertos que trabajaron allí fueron tomados como pruebas para radiación y mantenidos refrigerados.

British Nuclear Group (BNG), encargada del funcionamiento de la mayor central atómica de Gran Bretaña, señaló ayer que en 61 casos la orden fue dada por un coronel del ejército.

Sin embargo, según el diario británico, las familias nunca fueron informadas sobre la manipulación de los cuerpos de sus parientes, lo cual despertó la indignación de los deudos.

La denuncia llegó ya hasta el gobierno de la corona, que puso en marcha a su Secretaría de Industria para que se ocupe del tema.

BNG, por su parte, confirmó la experimentación, pero explicó que tuvo lugar entre 1962 y 1992. La controversia resurgió a partir de un pedido de investigadores para retomar algunos casos pendientes de los órganos investigados.

Fuente: www.infobae.com