Sólo cuatro empresas contratan discapacitados en Rosario

Tener una discapacidad vuelve, obviamente, más dura la vida. Y uno de los problemas básicos con que se topan las personas en esa situación es conseguir trabajo. Hay excepciones: a partir de incentivos del Estado y de la lucha de organizaciones no gubernamentales, unas pocas empresas ya contratan a gente con alguna discapacidad. En Rosario, por ejemplo, lo hacen Falabella, Mc Donaldâ??s, Accenture y en unos días más Briket, aunque entre todas no suman más de 14 empleados.


Susana trabaja en Mc Donald’s

– Además, en la zona existen cuatro talleres protegidos que, con una modalidad distinta y gracias a ayuda estatal, logran incorporar a la producción a 118 personas. Números muy bajos, para una población de números muy altos.
– Según datos de la Encuesta de Discapacidad que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) realizó en el 2004 â?? primera de su tipo en el país y única en América latina â?? existen en Argentina 2.176.123 personas que tienen algún tipo de discapacidad, lo que representa el 7,1 por ciento del total.
– Si se proyecta ese porcentaje sobre la población de Rosario, se desprende que más de 70 mil personas se encuentran en esa situación, el 48,5 por ciento de las cuales (más de 30 mil) tiene entre 15 y 65 años, la etapa laboralmente activa.

Protección y competencia

Para entender el panorama, es necesario distinguir entre lo que es el trabajo protegido y el mercado laboral competitivo.

– El trabajo protegido busca insertar en la producción a adultos y jóvenes que, por su tipo de discapacidad (o por las experiencias de tratamiento que han recibido), no logran ingresar al mercado formal.
– Participan de talleres protegidos que pueden producir bienes dentro de una institución (como en el taller Protegido Rosario, que depende de Dinad, y el Nazareth, que fabrica las pastas Benfatti) o en empresas que tercerizan una línea de producción (como otro taller de Villa Gobernador Gálvez, que arma juegos de aros de pistón para Mahle SA, ex Dana). Hay otro en San Lorenzo, que incursiona con Cargill.
– Siempre se trata de experiencias en ámbitos protegidos, que hacen eje en la integración social no competitiva. A cada uno este año la provincia le otorgó 70 mil pesos.
– Rosario cuenta, además, con el programa de pasantías de la Fundación de la Cuenca, que a través del grupo empresario Unidos AFJP ofrece un â??ensambleâ?? entre el último tramo de la escolaridad especial y el ámbito laboral. El objetivo, explicó la terapista ocupacional Natacha Duks, â??tiende a una posterior incorporación al mercado laboralâ??. La fundación trabaja con entre 12 y 15 pasantes.

Beneficios impositivos

El desafío es que las personas con alguna discapacidad consigan un empleo efectivo. Es decir, que puedan cumplir tareas, cobrar un sueldo, respetar un horario y demostrar, más allá de una discapacidad, de qué sí son capaces.

– Para llegar a ese objetivo, es imprescindible que el privado responda. El Ministerio de Trabajo de la Nación tiene programas de inserción laboral para personas con discapacidad que otorgan beneficios impositivos. En uno de ellos, durante los primeros 9 meses los contratados reciben 150 pesos como parte del salario a cargo del gobierno y no del empleador.
– En la oficina de empleo que funciona en la Dirección Municipal para Personas con Discapacidad, tienen una base de datos con 470 postulantes. La repartición intenta que las empresas adhieran al programa. Pero ni municipio ni provincia cumplen con la ley que los obliga a tener un 4 por ciento de los planteles de empleados cubiertos por gente con discapacidades (ver página 4).
– Por el contrario, hay firmas (la mayoría multinacionales) que hace años vienen ofreciendo â??empleo con apoyoâ?? a personas discapacitadas bajo estándares de â??responsabilidad corporativaâ?? y â??empresas comprometidasâ??. En Rosario son Mc Donaldâ??s, Falabella y Accenture. Repsol YPF lo hizo por dos años y ahora se sumará Briket.
– También hay otros negocios que, frecuentemente sensibilizados con la problemática por relaciones de parentesco o amistad, ofrecen trabajo a discapacitados.

Silvina Dezorzi – Silvia Carafa / La Capital

Fuente: www.lacapital.com.ar

Los riesgos de trabajar mucho y dormir poco

Es una tendencia preocupante que crece. Más personas deciden dormir menos para trabajar más. Un profesional dijo a Infobae.com que «el costo es alto». Los perjuicios físicos y psíquicos

Cuando no son los apremios económicos, son los deseos de crecimiento personal los que llevan a una persona a trabajar más horas que las que debería.

«Debería» en función de las horas de sueño diarias «recomendadas».

Lo cierto es que cada vez son más las consultas médicas por lo que el común de la gente denomina «insomnio» o «trastornos nocturnos».

«Los trastornos de sueño se expresan de diferentes maneras», informó el psiconeuroendocrinólogo y profesor de Psiquiatría Norberto Abdala. Consultado por Infobae.com, el profesional detalló que los problemas se clasifican según sea la dificultad: para conciliar el sueño (insomnio inicial), para tener un sueño con continuidad (insomnio medio) o despertarse muy temprano en la madrugada y no volver a conciliar el sueño (insomnio tardío).

Los factores causales más frecuentes son el estrés, los trastornos depresivos y la ingesta de alcohol. Ahora bien, pese a que se cree que es la complejidad de las obligaciones la que hace que la somnolencia afecte negativamente a las personas, es más bien la manera en que éstas asumen esas obligaciones lo que lleva a desarrollar el trastorno.

«Si para una persona resulta más importante lograr un objetivo laboral que el costo emocional que pudiera tener su obtención, es allí cuando se empieza a generar un balance negativo que, sin duda, lo será también para su equilibrio psico emocional», sintetizó Abdala, quien agregó: «La somnolencia indica no sólo que el sueño nocturno puede haber sido insuficiente, sino además que gasta durante el día ‘más pila’ de la que se dispone».

Pese a que el profesional aclaró que los hábitos modernos no son iguales en una ciudad grande que en un pueblo pequeño de campo, generalizó que «un hábito es perjudicial cuando implica para un individuo un nivel de exigencia y/o de competitividad mayor al que le permiten sus posibilidades».

Así es que no sólo son frecuentes distintos trastornos psicosomáticos como hipertensión, taquicardia, gastritis y colon irritable, sino que, además, el esfuerzo realizado «impide realizar actividades placenteras».

«Es bastante frecuente la disminución del deseo y de la actividad sexual, tanto en hombres como en mujeres», destacó el médico, quien subrayó que «cada organismo necesita de una cuota o dosis de sueño y que quien pretenda ir contra al naturaleza, inexorablemente, perderá», en tanto aseguró que uno de los escenarios de la derrota será el de la salud y el otro, una mala calidad de vida.

Qué hace nuestro cuerpo mientras «duerme»

Durante el sueño, el organismo fabrica y repone una serie de sustancias neuroquímicas, hormonas y factores troficos, por lo que si no hay un dormir nocturno adecuado (en cantidad y calidad), el cuerpo resulta perjudicado.

«Los niños que duermen poco pueden tener una disminución en la producción de la hormona de crecimiento y problemas de estatura», ejemplificó el profesional, para quien las horas de sueño recomendadas para una vida saludable son «variables».

«Un bebé necesita dormir casi 18 horas, un adolescente duerme unas 12 horas, un adulto entre 6 a 8 horas y un adulto mayor 4 horas», dijo el médico e insistió: «No hay reglas fijas; de ahí que además de la cantidad de horas de sueño es importante la calidad de las mismas».

Así como también resulta «fundamental» que al despertar se tenga la sensación de haber «descansado bien».

Un estudio puede determinar si duerme bien

La polisomnografía es un estudio que se hace ya desde hace muchos años y que consiste en que el paciente duerma en un centro médico, para que se le realicen una serie de registros durante las horas de la noche.

Electroencefalograma, electrocardiograma, electromiograma, medición de la saturación de oxígeno de la sangre (todos en forma continua y permanente) son algunos de los que se efectúan con la finalidad de estudiar cómo es su «arquitectura de sueño», así como si se producen –o no- todas las etapas normales de los ritmos cerebrales o si las fases de sueño están alteradas.

El estudio permite sacar muchas conclusiones, como la presencia y número de las apneas de sueño (interrupción de la respiración normal durante varios segundos con una posterior bocanada de aire). Las apneas pueden ocasionar problemas cardiacos y cerebrales por una insuficiente oxigenación de estos órganos.

Por Valeria Chavez Infobae.com

Fuente: www.infobae.com

El legado del World Trade Center tras el 11-S


Un hombre observa los escombros tras el derrumbe de las Torres (Foto: D. Kanter/AFP).

ISABEL ESPIÑO (elmundo.es)

MADRID.- El 11 de septiembre de 2002, un año después de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, el ‘New England’ publicó un estudio sobre los problemas respiratorios que sufrían muchos de los bomberos que habían trabajado en la Zona Cero. La ‘tos del World Trade Center’, la llamaron. La revista médica publica ahora un artículo en el que analiza las secuelas a largo plazo.

Todavía existe «mucha incertidumbre y controversia sobre los riesgos para la salud que supone haber inhalado el polvo que desprendió el derrumbe de las torres gemelas, los subsiguientes incendios y las tareas de desescombro», dicen los autores. Estos expertos en epidemiología y salud mediambiental, procedentes de la Escuela de Salud Pública Jonhs Hopkins Bloomberg y de la Universidad de Rochester (ambas en EEUU), han analizado la extensa bibliografía científica al respecto.

Pese a las dudas, sí hay algunas cosas claras. Para empezar, que algunas de las personas que trabajaron en la Zona Cero (bomberos, trabajadores de las tareas de desescombro) en las horas y días posteriores al derrumbe «presentan anomalías respiratorias persistentes consistentes en lesiones en las vías respiratorias como consecuencia de haber inhalado partículas y gases», escriben en el artículo, titulado ‘El legado del polvo del World Trade Center’.

La salud de los neoyorquinos

Las posibles secuelas se extienden a muchos neoyorquinos. Según una encuesta a personas que vivían en un kilómetro y medio a la redonda de la Zona Cero, ocho meses después del desastre presentaban síntomas y problemas respiratorios más graves que una población control. «La salud respiratoria de la población general, en especial la de aquellos que estaban en los edificios derrumbados o dañados, puede haberse visto afectada», advierten los especialistas del ‘New England’. Muchos habitantes de la Gran Manzana «habrían estado expuestos a partículas y gases cuando estaban en el lugar o cerca en los días en los que el aire estaba contaminado por los fuegos o las actividades de limpieza, o cuando retornaron a los edificios contaminados», aclaran.

Numerosos trabajos han analizado minuciosamente la composición del polvo del World Trade Center: partículas aéreas, gases tóxicos y amianto. «Es probable que partículas de todos los tamaños estuviesen presentes inicialmente en el polvo a concentraciones muy altas», comentan. De hecho, un análisis realizado a 39 bomberos a los que pilló el derrumbe de las torres desvelaba que, 10 meses después, todavía presentaban altas concentraciones de partículas minerales en sus muestras de esputo, en comparación con otro grupo bomberos.

Sobre la exposición a gases tóxicos (que pudo haber generado la combustión) hay menos información. Sin embargo, parece que los bomberos pudieron haber inhalado algunas sustancias carcinógenas. La concentración de amianto a la que estuvieron expuestos, tanto los trabajadores como la población, no parece suficiente como para ocasionar asbestosis (una enfermedad pulmonar) o cáncer de pulmón. El tiempo será el que dé más información sobre la contribución de cada uno de estos factores.

Incertidumbre

Según los autores, muchas personas expuestas al polvo de las Torres Gemelas desarrollarán con los años problemas de salud respiratorios, ya sea por fumar o por otros factores, que achacarán al World Trade Center. «El mejor modo de caracterizar la contribución real del polvo al futuro riesgo de enfermedades es meidante estudios epidemiológicos prospectivos», advierten.

Unas 71.000 personas forman parte de un gran registro que pretende rastrear estos problemas de salud, que servirá para detectar las secuelas más frecuentes, aunque no todas.

La semana pasada, los forenses vinculaban por primera vez una muerte (una mujer, fallecida de sarcoidosis en ferbrero de 2002) a la nube tóxica del 11-S. La sarcoidosis es uno de los trastornos pulmonares que se han vinculado a la nube tóxica del 11-S, pero otras secuelas menos frecuentes serán más difíciles de identificar. «Ni siquiera todos los esfuerzos de investigación en progreso pueden proporcionar la evidencia necesaria para responder todas las cuestiones que surgirán sobre los efectos de salud a largo plazo de los eventos del 11 de Septiembre».

Fuente: http://elmundosalud.elmundo.es

Riesgos, cuidados y decisiones

A tono con la preocupación por la seguridad laboral, Cervecería y Maltería Quilmes lanzó la tercera edición de su programa 3D: «Determino los riesgos; defino cómo cuidarme; y decido trabajar con seguridad».

«Desde la creación del programa 3D hemos logrado una reducción de más de un 30% en accidentes en las áreas Industrial y Comercial», señala Hugo Pagliotti, gerente de Higiene, Seguridad y Medio Ambiente.

Este mes comenzó la campaña de prevención que incluye la instalación de carteles en las plantas y obsequios alusivos.

Actualmente, el índice anual se ubica en 1,6 accidentes con días perdidos cada 100 trabajadores, lo que implica una reducción del 98% desde que comenzó a implementarse el sistema: en 1999, la cifra trapaba a 10.

«Después de seis años de implementar un sistema de gestión para corregir condiciones de trabajo inseguras, quedaron los accidentes residuales que muestran una alta incidencia de comportamiento inseguro, por apuro, distracción o presiones, que llevan a violar un procedimiento de seguridad y accidentarse», dice Pagliotti.

El programa apunta a darle herramientas y respaldo al trabajador para que decida por su seguridad ante cualquier presion. Complementariamente, se brinda capacitación a quienes conducen las plantas para que respeten esos límites.

Ana Broitman.
abroitman@clarin.com

Fuente: www.clarin.com

Muere otro ex trabajador de Fibrocementos por un cáncer a causa del amianto

La Asociación de Afectados cifra en más de 35 el número de víctimas resgistradas desde 1990.

Un ex trabajador de la empresa Fibrocementos, dedicada a la fabricación de tubos de amianto en San Vicente del Raspeig y actualmente desaparecida, falleció el pasado lunes a consecuencia de un cáncer de pleura, causado por el contacto con este mineral, según informó la Asociación de Afectados por Amianto, Francisco Martínez.

Se da la circunstancia de que esta víctima, Saturnino Platas, sólo estuvo trabajando en la empresa ocho años, desde 1964 hasta 1972. Sin embargo, este periodo fue suficiente para contraer la enfermedad que no se le manifestó hasta 30 años después, según explicó ayer Martínez. Con él ya son dos los fallecidos a causa del contacto con el amianto en lo que va de año, pero desde la Asociación se especifica que, desde la década de los 90 han muerto más de 35 trabajadores, que en mayor o en menor medida habían estado en contacto con el mineral cancerígeno.

Otro ex trabajador de Fibrocementos falleció el pasado 18 de enero a consecuencia de un cáncer de pulmón, otra de las afecciones más comunes que se contraen al respirar polvo de amianto.

El ex operario que murió el pasado lunes, de unos 60 años de edad, denunció en INFORMACION en febrero de 2006 que la empresa debería haber informado a los antiguos trabajadores de los riesgos que tenía trabajar con un componente como el amianto y debería haberles advertido de la necesidad de realizar controles periódicos sobre su salud.

Saturnino relató que, durante su periodo en la fábrica «de vez en cuando nos íbamos a dormir encima de sacos de amianto. Nos acostábamos allí. Nadie nos dijo que no lo hiciéramos y tampoco que nos pusiéramos mascarillas». Los médicos le detectaron la enfermedad en septiembre de 2005, tras varios meses molesto «con un constipado que iba a peor». Un tribunal médico le dio la invalidez y empezó a luchar contra una enfermedad dura que finalmente acabó con su vida.

A su condición de ex trabajador, Saturnino unía el haber vivido junto a la fábrica en el barrio Los Manchegos de San Vicente hasta el año 1984.

La fábrica de Fibrocementos, «Fibrotubos», tal y como se la conocía popularmente en San Vicente ya ha desaparecido. Tras la prohibición de utilizar amianto a principios de 2000 y el cese de actividad años después, la última propietaria de la planta, el grupo Uralita, decidió vender el terreno y desmontar las instalaciones. El proceso se prolongó durante varios meses y obligó a tomar medidas especiales por el riesgo a que el polvo de amianto fuera esparcido y afectara a los vecinos de la zona. La fábrica volvió a ser noticia meses después cuando un vigilante de seguridad murió al caerle la puerta de acceso al recinto.

Actualmente nada queda ya de las instalaciones y el terreno está a la espera de empezar a albergar los más de 250 pisos que está previsto.

ANA VAQUER

Fuente: www.diarioinformacion.com

Italia: mueren ocho pacientes de un hospital por una falla en los tubos de oxígeno

Ocurrió en un centro de salud de la ciudad de Catellaneta, al sur del país. Por un error de conexión, las víctimas inhalaron nitrógeno mientras recibían asistencia respiratoria en una sala de cuidados intensivos.

Ocho pacientes de un hospital del sur de Italia murieron en las últimas dos semanas al inhalar protóxido de ázoe de nitrógeno producto de un error en la conexión de los tubos de oxígeno.

«La presencia de protóxido de ázoe dentro de los circuitos de oxígeno de la división de cuidados intensivos coronaria fue causada por un error de conexión entre la línea principal de distribución del protóxido de ázoe utilizado en otros pabellones y la línea principal de distribución del oxígeno», señala un informe de los expertos de la empresa de manutención de la instalación de Castellaneta, en la región de Apulia.

Ayer, el deceso de una mujer de 73 años, cuyo estado no era de gravedad, levantó sospechas entre el personal que tras buscar el recorrido de los tubos que llegan a las máscaras de oxígeno de los pacientes, encontraron uno en forma de T del cual salían dos derivaciones, una con oxígeno y una segunda con gas anestésico.

Tras la denuncia, el ministerio italiano de Salud puso en marcha de inmediato una investigación al igual que la justicia local. Mientras que el gobernador de Apulia, Nichi Vendola, exigió «que la Justicia proceda con rapidez y de modo radical».

Fuente: www.clarin.com