ITALIA: CINCO MILLONES DE ACCIDENTES DE TRABAJO EN 5 AÑOS

ROMA, 11 (ANSA) – Más de cinco millones de accidentes de trabajo se produjeron en Italia en los últimos cinco años, con más de 7.000 muertos y casi 200.000 casos de incapacidad permanente, cifras que hoy se recuerdan en la 59° Jornada Nacional por las víctimas de los accidentes laborales.

La Jornada es organizada por la Asociación Nacional de Mutilados e Inválidos de Guerra (ANMIL).

El objetivo, escribe el presidente italiano Giorgio Napolitano en un mensaje enviado al presidente de la Asociación, es «reflexionar sobre cuántas víctimas y cuántos accidentes de trabajo podrían ser evitados con una acción de prevención más eficaz y la rigurosa y puntual aplicación de las normas y medidas técnicas y organizativas disponibles ya ahora».

«La batalla contra los accidentes y las enfermedades profesionales puede ser ganada con una cultura cada vez más sólida de la seguridad, con campañas sistemáticas de información y sensibilización, con la difusión de buenas prácticas y la valorización de los mejores ejemplos», agregó.

La celebración nacional se realiza en Verano, con manifestaciones simultáneas en diversas provincias.

«Las cifras -recordó la Asociación- atestiguan la persistente gravedad de este fenómeno, que sigue siendo una de las principales causas de muerte, casi el doble que los homicidios: cada día se producen 2.500 accidentes en el lugar de trabajo, mueren tres personas y 27 quedan inválidas en forma permanente». ACZ

Fuente: www.ansa.it

¡Si se puede evitar, no es un accidente!

Tras la muerte del pequeño Diego Novo, una coruñesa cuenta en Lavoz.es su experiencia como monitora de guarderías acuáticas.

No sé lo que pasó, y para contar esto, no lo necesito. Si nadie lo cuenta, yo lo contaré.

Soy monitora de piscina, pero a mi me obligan a ser monitora de guarderías acuáticas. Nada más peligroso, que eso.

Ha tenido que pasar esto para que sean conscientes de que los monitores de piscina trabajamos con la responsabilidad de vidas humanas, o «eso espero».

No son 4,5 o 6 vidas en cada clase. Pero eso de mí, no depende.Todo depende de la avaricia del centro donde trabajes.

No hay leyes sobre el ratio, sólo recomendaciones, 1/10 si no saben nadar. E incluso éstas van muy desencaminadas.

Tenemos que enseñar a nadar a los niños armándoles hasta los dientes de material auxiliar. Una forma pésima de enseñar a nadar. Mis jefes me dicen que con los niños (en mi caso 1/10) he de andar con 100 ojos, y se van en su Audi.

Yo me quedo intentando poner 100 ojos cuando entramos en la piscina, 100 ojos cuando cogen el material, 100 ojos mientras les ayudo a quitar el albornoz y zapatillas, 100 ojos mientras les ayudo a cada unos de ellos a ponerse el material, 200 ojos al hacer la clase sin que ninguno hunda al otro, o se mueva demasiado o se vaya, consolarle si llora… 100 ojos para salir del agua, 100 ojos para quitarles todo, 100 ojos para recoger, 100 ojos para ponerles a cada uno su albornoz y sus zapatillas, y devolverlos al vestuario. Y yo solo tengo dos y eso no lo puedo cambiar. No será entonces que con niños tan pequños y que no saben nadar, en la piscina debemos de ser por cada 4 niños, 4 ojos??????.

«Si tu supieras como era antaño» .Y así ellos siguen hinchando las listas de niños pequeños, y por uno más, o tres más no pasa nada.

La respuesta, cuando te llevas el primer susto y te quejas, de que así no se puede, que es muy peligroso, es «tranquila , todos tenemos sustos, y nunca ha pasado nada».

Las veces que me he sentido culpable, por un susto en el agua, durante cuatro años, se elevan muy por encima de las que llevo trabajando con niños en seco, durante mis 12 años de trabajo en la actividad física.

Bueno pues ya ha pasado, y la respuesta que ahora obtengo, es «los accidentes ocurren».

Ya no puedo más, ¡si se puede evitar, no es un accidente!.
Ni los sustos que me llevo yo, dando clase son sustos y ya está. Así es, y me indigna.

Me pregunto, si es la hora de colgar el hábito, como lo hacen casi todos, porque este trabajo no merece la pena. Así no.

No llegas a final de mes y la responsabilidad en este puesto de trabajo, ya es noticia.

No es que no seamos profesionales, es que a los de arriba no les interesa que lo seamos, porque no les sale a cuenta.

Pero a quien hemos de preguntarles si les sale a cuenta no es a ellos, si no a los padres.

Y a ellos vá:

Si nos dejaran ser profesionales, esto cambiaría.

Si nos dejaran ser profesionales la edad media de los trabajadores de una piscina no sería de 20 años.

Si nos dejaran ser profesionales, mi trabajo no sería, un trabajo «de paso».

Si nos dejaran ser profesionales, a mis casi 33 años, no seguiría valorando si, este trabajo merece la pena .

Si nos dejaran ser profesionales, podríamos acumular alguna vez la suficiente experiencia como para arreglar estos y otros «accidentes».

Si nos dejaran ser profesionales, las leyes nos apoyarían.

Si nos dejaran ser profesionales, no tendría que escuchar ¿y donde estaba el monitor?

Si nos dejaran ser profesionales ,podría seguir amando mi trabajo, sin sufrir por no llegar a final de mes.

Si nos dejaran ser profesionales, dejarían al socorrista «no hacer nada», en vez de mandarle tareas que no le pertenecen.

Si nos dejaran ser profesionales, habría mas socorristas, por si el que está tiene que ausentarse para atender un primer auxilio, o ir al baño.

Si nos dejaran ser profesionales, dejaría de escuchar, y el socorrista donde estaba?

Si nos dejaran ser profesionales, quizá Diego Novo hubiera muerto igual, pero de un accidente.
No pienso colgar el hábito, sin que esto se sepa.
No pienso colgar el hábito, sin que se reconozca nuestro trabajo.

No pienso colgar el hábito, sin que intentar que la muerte de Diego sirva para que nunca vuelva a suceder.

Y que no sirva para que nuestro trabajo sea menos valorado, menos reconocido y mal pagado.
Que no sirva que los niños dejen de ir a la piscina.

Que no sirva para que los padres tengáis miedo.
Que no sirva para que los monitores y socorristas del Liceo se sientan toda la vida culpables de una muerte que si hubieran puesto 100 ojos se hubiera podido evitar.

Que sea para que todos salgamos ganando en vidas y felicidad y no en Audis.

Una profesional coruñesa dolida, impotente.

Mi más sentido y profundo pésame a sus padres.

Arantxa Santesteban Teré, licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en A Coruña
Ex -vecina de Elviña 2º fase, y ex-trabajadora de monitora de patinaje en el Liceo la Paz.
Actualmente, socorrista y monitora de natación en Barcelona, entre otras cosas.
Con 12 años de experiencia en el campo de la a actividad física.

Fuente: www.lavozdegalicia.es

La Plata- Con motivo del Convenio Marco de Cooperación y Colaboración para la prevención de accidentes y el control de las condiciones y medio ambiente laboral en la industria de la construcción que firmo en ministerio de Trabajo bonaerense con el Colegio de Ingenieros de la Provincia; â??El Juego del Poderâ?? (91.7 LP) dialogó con el Presidente del Colegio de Ingenieros, José María Jáuregui, quien además hablo de los avances en materia institucional del colegio y de la situación por la que esta pasando ese sector profesional en el contexto de la actual crisis económica global que también repercute en Argentina.

A continuación el reportaje

El Juego del Poder: ¿Ingeniero Jáuregui por favor nos puede contar en que consistió el convenio firmado entre el Colegio de Ingenieros y el Ministerio de Trabajo?

Ing. Jáuregui: Este es un convenio que es favorable para las dos partes. Ante la poca cantidad de inspectores consecuentes con poder de fiscalización en las distintas obras en construcción y empresas, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires firmó un convenio con nosotros para que en forma conjunta hagamos la fiscalización y control del ejercicio profesional de todos los ingenieros de la provincia de Buenos Aires que se dedican a esa temática, que no son pocos. Tenemos los ingenieros especialistas en ese tema que son los ingenieros en higiene y seguridad y los ingenieros laborales y otras especialidades que tienen incumbencia en su propia especialidad como los civiles en la construcción. Para el Ministerio de Trabajo lo más importante es hacer una tarea de prevención que baje la cantidad de accidente en las obras de construcción y en los ámbitos laborales. Porque aunque parezca mentira, en los datos estadísticos el número es mayor al de los accidentes de tránsito. Uno se sorprende cuando ve los números. Algunos tienen mayor difusión que otros. Hay muchos accidentes que no se denuncian o no llegan a la instancia de una muerte, pero no dejan de ser accidentes. Un accidente vial es un título más vendible por las empresas periodísticas. Sin embargo, las estadísticas muestran lo contrario y el Ministerio necesita prevenir para bajar ese número. Nosotros tenemos un aliado que es el poder de policía del Estado en la Provincia para que ante cualquier inconveniente que tengamos; se recurra para que le empresa cumpla con todas las normativas vigentes, tanto provinciales y nacionales.

El Juego del Poder: ¿Cómo está el Colegio de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires, qué iniciativas esta llevando adelante?

Ing. Jáuregui: El Colegio anda muy bien. Ultimamente hemos firmado convenios de distinto tipo. Hemos firmado un convenio para que nuestros matriculados en toda la provincia pueda hacer uso de la obra social con valores preferenciales. A fines del año pasado hemos firmado un convenio con la Asociación de Electrotecnia Argentina en el que colaboramos para todo lo que sean normativas referidas a las instalaciones eléctricas con nuestros especialistas; para todas las normativas que va haciendo la Asociación respecto a las instalaciones domiciliarias, área en la que somos pioneros en esto de dictar las normas, ya que el Estado Nacional ha delegado en nuestra Asociación la función de realizar las normativas. En cuanto al convenio con el ministerio de Trabajo, la subcomisión de higiene y seguridad del Colegio se reúne el 5 de marzo con funcionarios del Ministerio y vamos a programar para abril una charla informativa general sobre la temática. Así que acá firmamos y nos ponemos a trabajar, no queda el documento en un cajón. A nivel nacional estamos trabajando muy fuertemente en el Congreso del Bicentenario Argentina 2010 que es el Congreso Mundial de Ingenieros. Estamos trabajando con otras entidades de jurisdicción nacional como las federaciones a las que estamos adheridas y el Centro Argentino de Ingenieros, estamos trabajando en la organización de este evento que se va a desarrollar en octubre del año que viene en las instalaciones de la Rural en Palermo como uno de los actos conmemorativos del bicentenario de nuestro país. Va a ser un congreso mundial muy importante que ya fue declarado de interés nacional por el poder ejecutivo. Ahí tenemos un congreso en particular que es uno de los 10 congresos específicos que es el de Control del Ejercicio Profesional que lo estamos organizando nosotros. Estamos trabajando en pos de que salga de la mejor forma posible y con la experiencia de haber estado el mes pasado en Brasilia en el Congreso Mundial de Ingenieros 2008, que fue previo. Viendo en Brasilia la organización de las entidades de ingenieros de ese país y sacando conclusiones de que cosas estaban bien y de que cosas se podían mejorar. La experiencia de eso nos va a llevar a aplicarlo sobre nuestro Congreso que también ha sido avalado por la Federación Mundial de Organizaciones de Ingenieros. Esta semana el Congreso de la Nación van a realizar una reunión de ingenieros, que no es muy común. También otras entidades como Unión Panamericana de Asociaciones de Ingenieros van a coincidir con reuniones en esa semana avalando el Congreso que va a realizar la ingeniería de nuestro país.

El Juego del Poder: ¿Por último como esta impactando en los profesionales del sector la crisis financiera internacional?

Ing. Jáuregui: No está impactando en los profesionales que trabajan en las empresas que se dedican a la obra pública, ya sea nacional, provincial o municipal. Ellos tienen trabajo debido al desarrollo por parte de la Presidente de realizar obras públicas para activar el empleo. Han surgido un montón de licitaciones en enero y febrero. Esto pasa en la provincia y pasa en todo el país: los profesionales que están en esa área no tienen dificultad. A donde si se nota un poquito en problema financiero es en la actividad privada ante la falta de confianza de los inversores ante este problema internacional que no saben como se va a salir parado. Todos coinciden en cuando va a terminar ni hasta a donde va a llegar. Esta falta de confianza ha hecho que los inversores se hayan retraído en el tema del trabajo de inversión privada. El que va a construir o a refaccionar, el que está haciendo consorcios de inversión para hacer departamentos está viendo como se desarrolla la situación. Así que ahí hay una meseta, un â??parateâ?? no muy importante porque no llegó a 0. Esto pasa porque muchos siguen sosteniendo que la mejor inversión son los ladrillos y no ponerla nuevamente en los bancos. Pero una parte del dinero se ha ido hacia otros lados, como el extranjero o el colchón. Así que en estos momentos se está sintiendo en la actividad privada esa falta de confianza. Se venía en una curva ascendente que ahora se ha parado y en nuestra profesión y en profesiones afines esta falta de confianza se está notando.

Fuente: www.impulsobaires.com.ar

"Un trabajador nunca debe asumir que puede morir en su empleo"

Esta experta señala que «no se puede tener un inspector detrás de cada empresario» y apela a la responsabilidad de éstos para evitar accidentes.


Manuela Mojarro posa para este diario momentos antes de la entrevista.


La directora del Centro de Prevención ojea una de las normativas en seguridad laboral de la Junta de Andalucía.

Dice que no le gusta salir en fotografías, que le da cierta vergüenza, pero posa bastante bien. Cuando se le cambia la cara a Manuela Mojarro es cuando le comunican que ha habido un accidente mortal en el trabajo. Dirige las riendas del Centro de Prevención de Riesgos Laborales de la Junta de Andalucía y, pese a que se hacen muchos esfuerzos, parece muy difícil acabar con esa lacra laboral. Muy simpática, de risa contagiosa, Mojarro explica cómo es el día a día en un organismo cuyo objetivo último y tal vez utópico es que todo el mundo esté sano y salvo.

-Seguridad y Salud Laboral, son cosas que se deberían dar por hechas pero que no es así.

-Llevo ocho meses en el cargo y por ahora me he dedicado a ver cómo está la situación en la provincia. En este centro vigilamos la salud de los funcionarios de la Junta de Andalucía y también nos dedicamos a trabajar con los empresarios y los servicios de prevención ajenos. También somos el apoyo técnico a los servicios de la Inspección de Trabajo. Nunca podemos dejar de ser sensibles a los accidentes en el trabajo porque nuestro objetivo es que haya una siniestralidad cero. Estamos trabajando pero hay mucho que mejorar.

-¿Cómo es la relación con los empresarios?

-Tenemos muchos programas puestos en marcha con ellos. Uno de los más conocidos es el Plan de Actuación sobre las Empresas de Mayor Siniestralidad (Paemsa) en el que llevamos ya tres años trabajando y gracias al cual hemos conseguido reducir un 46% el índice de siniestralidad de los 872 centros de trabajo de la provincia que hemos analizado.

-¿Es difícil fomentar la cultura preventiva?

-No se consigue ni en un año ni en dos. Dentro del nivel estatal, Andalucía es una de las comunidades que lleva más tiempo trabajando. Hemos sido una de las primeras comunidades en empezar a trabajar con un plan consensuado con los empresarios y los sindicatos y se ha ido desarrollando en estos últimos cuatro años. En julio de 2007 se firmó la estrategia española hasta 2012 y un buen número de sus objetivos ya estaban recogidos en Andalucía, por lo que esta comunidad es pionera en varios puntos.

-Imagino que el objetivo cero en accidentes es algo casi utópico.

-Puede parecer una utopía pero hay que trabajar en esa línea. Es difícil pero está más que demostrado que el grueso de los accidentes se pueden prevenir con una buena gestión en la empresa y eso es en lo que fundamentalmente estamos trabajando.

-Hablaba usted anteriormente del Paemsa, ¿cuáles son esas empresas de mayor siniestralidad?

-Bueno, hay en todos los sectores, en la industria, en los servicios (aquí normalmente es en los desplazamientos), si bien es verdad que el 40% pertenecen a la construcción. En este sector es donde las empresas tienen más accidentes en términos absolutos y por número de trabajadores.

-¿Por la dificultad del trabajo o porque no hay medidas suficientes de protección?

-Por las dos cosas. En la construcción el mayor riesgo que estamos viendo es la caída en altura y los aplastamientos. En ambos casos, las medidas a tomar son claras. En las primeras hay que poner andamios homologados, redes, que los trabajadores estén enganchados mediante un arnés. Las medidas están muy estudiadas y son más que conocidas. Lo que hay que garantizar es que el empresario, cuando le encarga al arquitecto el diseño del proyecto, también le encargue de forma simultánea el diseño del plan de seguridad. Y además debe ser algo de forma integrada, que vayan las dos cosas juntas. En la ejecución de la obra, además de la misma, también se tiene que hacer un seguimiento de que esos planes de seguridad se están cumpliendo.

-¿No se hace hasta ahora?

-Yo no digo que no se haga (se ríe). De hecho es obligatorio por ley. Estamos actuando con el mismo objetivo dos centros, la Inspección de Trabajo y nosotros como Centro de Prevención.

-¿Por qué cree usted que hay empresarios que no se interesan por la seguridad? ¿Por desidia, por no querer invertir…?

-Es lo que hablábamos antes. La cultura preventiva todavía no está interiorizada. Hace 20 años no era tan normal en otras profesiones que los trabajadores siempre se limpiaran las manos y ahora es algo habitual. Incluso en la población general, hoy todo el mundo se ducha todos los días porque se ha interiorizado esa cultura de higiene. Eso no lo hacía todo el mundo hace dos décadas. Ahora trabajamos en esa cultura de la prevención y, por ejemplo, les explicamos a los niños mediante juegos la seguridad que hay que tener en la casa, en la carretera y en el trabajo. Normalmente se tarda de ocho a diez años en interiorizar una cultura.

-¿Se están viendo ya resultados?

-En nuestros análisis vemos que cada vez hay una tendencia a que se disminuyan los accidentes, aunque habría que acentuarla aún mucho más. Desde primeros de años tenemos en nuestro servicio cinco técnicos habilitados para apoyar a inspectores de trabajo. Nuestro objetivo es visitar 800 empresas en 2008.

-Los sindicatos y los propios funcionarios se quejan de que hay pocos inspectores.

-Ahora hay una convocatoria pública en la que han salido más plazas de inspectores. Lo que sí que es verdad es que el hecho de ir a la empresa y analizarla hace que ésta suela tomar una actitud de cambio y mejora. No se puede tener un inspector detrás de cada empresario. Lo importante es que el empresario, sin necesidad de que se le controle, sepa que tiene la responsabilidad de garantizar la salud de sus trabajadores.

-Los sindicatos y, más concretamente, Comisiones Obreras tilda a algunos empresarios de «asesinos». ¿Le parece exagerada esta definición?

-Tenemos que tener mucho cuidado en no alarmar a la población. Es muy importante el papel de sensibilizar y transmitir la importancia que tiene la seguridad porque un trabajador nunca debe asumir que puede tener una lesión leve o mucho menos un accidente mortal por ir a su empleo. De todas formas hay que ser prudente con la información que se da.

-¿Qué se encuentran sobre el terreno cuando apoyan las Inspecciones de Trabajo?

-Hay mucha disparidad. La respuesta suele ser buena porque supone que hay voluntad. En general el empresario acepta las recomendaciones y pone medidas para que no vuelvan a suceder esos accidentes.

-Además de la prevención de accidentes, ustedes también vigilan la salud de los funcionarios de la Junta ¿cuáles son los dolores más frecuentes?

-Lo más habitual es todo lo relacionado con los dolores de espalda. Las posturas que se adoptan en el trabajo, tanto en aquellos empleos que hay que levantar cargas como en aquellos que estás ocho horas sentado en una silla. Los ordenadores, los portátiles, todo lo relacionado con la visualización de los datos y la iluminación.

-¿Es frecuente encontrar a personas que tienen mucho cuento?

-Mientras no se demuestre lo contrario, entiendo que si hay una baja laboral dada por un médico yo no tengo por qué cuestionarla. Lo hace la Inspección de la Seguridad Social. A nosotros el trabajador nos viene cuando está sano y de alta. Si vemos que podría enfermar como consecuencia de algo que ocurra en el trabajo, lo comunicamos a la Junta de Andalucía para que ponga los medios necesarios.

-¿Han visto algo raro?

-En los ocho meses que llevo en el cargo no ha habido nada significativo. Hay un sector que es más delicado que son aquellos trabajadores que en un momento dado pueden estar afectados por el amianto, sobre todo, en la Confederación Hidrográfica.

-La situación económica no ayuda a que las empresas hagan más gastos de los imprescindibles ¿se puede notar en la prevención de riesgos?

-La pasada semana se publicó en el BOJA las subvenciones a las pymes y micropymes para ayudas a las condiciones materiales para la prevención de riesgos laborales, tanto para el tema de equipos como de planes.

-O sea, que no hay excusa.

-Usted lo ha dicho perfectamente. Lo que tienen que hacer las empresas es ponerse en contacto con la Junta de Andalucía. Normalmente las subvenciones que no se dan no es por falta de dinero sino por falta de documentación.

-¿Cree que el sector inmobiliario ha crecido de forma desproporcionada en Málaga en los últimos años?

-Vine a Málaga en 1988 y conozco muy bien toda la zona de Carretera de Cádiz y el litoral y hay muchísimas cosas nuevas. En estos 20 años, por lo menos en la capital, el crecimiento ha sido descomunal.

-¿Le preocupa la situación económica actual?

-Sí y espero que las medidas planteadas por el Gobierno nacional y autonómico den su fruto.

-Por último, ¿qué es lo que más le gusta de Málaga y lo que menos?

-Levantarme por la mañana y ver el mar y poder pasear. Lo que menos es el tráfico.

Fuente: www.malagahoy.es

Sólo cuatro empresas contratan discapacitados en Rosario

Tener una discapacidad vuelve, obviamente, más dura la vida. Y uno de los problemas básicos con que se topan las personas en esa situación es conseguir trabajo. Hay excepciones: a partir de incentivos del Estado y de la lucha de organizaciones no gubernamentales, unas pocas empresas ya contratan a gente con alguna discapacidad. En Rosario, por ejemplo, lo hacen Falabella, Mc Donaldâ??s, Accenture y en unos días más Briket, aunque entre todas no suman más de 14 empleados.


Susana trabaja en Mc Donald’s

– Además, en la zona existen cuatro talleres protegidos que, con una modalidad distinta y gracias a ayuda estatal, logran incorporar a la producción a 118 personas. Números muy bajos, para una población de números muy altos.
– Según datos de la Encuesta de Discapacidad que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) realizó en el 2004 â?? primera de su tipo en el país y única en América latina â?? existen en Argentina 2.176.123 personas que tienen algún tipo de discapacidad, lo que representa el 7,1 por ciento del total.
– Si se proyecta ese porcentaje sobre la población de Rosario, se desprende que más de 70 mil personas se encuentran en esa situación, el 48,5 por ciento de las cuales (más de 30 mil) tiene entre 15 y 65 años, la etapa laboralmente activa.

Protección y competencia

Para entender el panorama, es necesario distinguir entre lo que es el trabajo protegido y el mercado laboral competitivo.

– El trabajo protegido busca insertar en la producción a adultos y jóvenes que, por su tipo de discapacidad (o por las experiencias de tratamiento que han recibido), no logran ingresar al mercado formal.
– Participan de talleres protegidos que pueden producir bienes dentro de una institución (como en el taller Protegido Rosario, que depende de Dinad, y el Nazareth, que fabrica las pastas Benfatti) o en empresas que tercerizan una línea de producción (como otro taller de Villa Gobernador Gálvez, que arma juegos de aros de pistón para Mahle SA, ex Dana). Hay otro en San Lorenzo, que incursiona con Cargill.
– Siempre se trata de experiencias en ámbitos protegidos, que hacen eje en la integración social no competitiva. A cada uno este año la provincia le otorgó 70 mil pesos.
– Rosario cuenta, además, con el programa de pasantías de la Fundación de la Cuenca, que a través del grupo empresario Unidos AFJP ofrece un â??ensambleâ?? entre el último tramo de la escolaridad especial y el ámbito laboral. El objetivo, explicó la terapista ocupacional Natacha Duks, â??tiende a una posterior incorporación al mercado laboralâ??. La fundación trabaja con entre 12 y 15 pasantes.

Beneficios impositivos

El desafío es que las personas con alguna discapacidad consigan un empleo efectivo. Es decir, que puedan cumplir tareas, cobrar un sueldo, respetar un horario y demostrar, más allá de una discapacidad, de qué sí son capaces.

– Para llegar a ese objetivo, es imprescindible que el privado responda. El Ministerio de Trabajo de la Nación tiene programas de inserción laboral para personas con discapacidad que otorgan beneficios impositivos. En uno de ellos, durante los primeros 9 meses los contratados reciben 150 pesos como parte del salario a cargo del gobierno y no del empleador.
– En la oficina de empleo que funciona en la Dirección Municipal para Personas con Discapacidad, tienen una base de datos con 470 postulantes. La repartición intenta que las empresas adhieran al programa. Pero ni municipio ni provincia cumplen con la ley que los obliga a tener un 4 por ciento de los planteles de empleados cubiertos por gente con discapacidades (ver página 4).
– Por el contrario, hay firmas (la mayoría multinacionales) que hace años vienen ofreciendo â??empleo con apoyoâ?? a personas discapacitadas bajo estándares de â??responsabilidad corporativaâ?? y â??empresas comprometidasâ??. En Rosario son Mc Donaldâ??s, Falabella y Accenture. Repsol YPF lo hizo por dos años y ahora se sumará Briket.
– También hay otros negocios que, frecuentemente sensibilizados con la problemática por relaciones de parentesco o amistad, ofrecen trabajo a discapacitados.

Silvina Dezorzi – Silvia Carafa / La Capital

Fuente: www.lacapital.com.ar

Día del Trabajador en honor a mártires de Chicago

Instaurado por la Segunda Internacional Socialista, el 1º de mayo se conmemora el aniversario de la represión de una movilización y huelga obrera, en defensa de la jornada laboral de 8 horas. Aunque ocurrió en Estados Unidos, paradójicamente allí se lo denomina Día de la Ley.


Mártires de Chicago

Hoy no será, como a veces se confunde, el Día del Trabajo, sino el Día Internacional del Trabajador, puesto que la fecha no celebra la gracia de tener empleo, sino a los obreros estadounidenses que defendieron la jornada de 8 horas y a los mártires que fueron ahorcados por exigirla.

La American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), en manos de socialistas y anarquistas, había anunciado su resolución un año antes: lo hizo en su IV Congreso, el 17 de octubre de 1884, y fijó su ultimátum para el 1 de mayo de 1886.

Esto había despertado el interés de otras organizaciones y hasta del propio gobierno, que veían en la reducción de la jornada – por entonces de 12 y hasta 18 horas – la posibilidad de generar más empleo y reducir la desocupación.

Con este propósito, ya en 1868 el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, había promulgado la Ley Ingersoll, estableciendo para los empleados del estado de Columbia y para todos los contratistas de obra pública, la jornada de 8 horas.

Una veintena de estados imitaron casi en seguida ese gesto, pero en la práctica la ley Ingersoll apenas se cumplió.

La prensa jugó entonces un triste papel: los principales diarios de la Unión habían calificado la demanda por las 8 horas como «indignante e irrespetuosa» o como «delirio de lunáticos».

Lamentablemente, tal derecho en los Estados Unidos tuvo que esperar medio siglo para ser aprobado: lo fue recién en 1935 bajo la presidencia de Franklin Roosvelt.

En los meses previos al 1 de mayo de 1886, mientras miles de trabajadores hacían correr el alerta de paro, las fuerzas policiales iban siendo equipadas ex profeso con nuevas armas por poderosas corporaciones que se oponían a las 8 horas.

Chicago – por entonces, la segunda ciudad más importante de los Estados Unidos – fue el centro principal de los tumultos.

Llegado el 1 de mayo de 1886, Albert Parsons, líder de la organización «Caballeros del Trabajo de Chicago», dirigió una manifestación callejera de 200 mil trabajadores de esa ciudad, en demanda de la reducción del horario laboral.

En los días siguientes se le unieron 350 mil en todo el país y la huelga nacional afectó a más de mil fábricas.

El 3 de mayo, August Spies, que dirigía un periódico obrero, dirigió otra marcha de 6 mil trabajadores hasta la fábrica McCormick; cuando salieron los obreros que no habían acatado el paro, recibieron una paliza; la policía intervino, mató a un manifestante e hirió a muchos más.

El 4 tuvo lugar la masacre de Haymarket: Spies, Parsons, Georg Engel, Louis Linng y Samuel Fielden citaron a los trabajadores frente al mercado para protestar por la masacre del día anterior.

Nunca se supo por qué ni por obra de quien – aunque se supone que fue por accidente y dentro de un móvil policial – una bomba detonó y mató a un policía, lo que sirvió de pretexto para perseguir a los cabecillas, saquear sus casas y detenerlos.

El 21 de junio de 1886, 31 líderes fueron acusados de conspiración y asesinato; finalmente, la acusación sólo prosperó contra ocho: los cinco nombrados fueron condenados a la horca, dos a prisión perpetua y otro a 15 años de trabajos forzados.

El fiscal le pidió al jurado: «Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones». La ejecución tuvo lugar el 11 de noviembre de 1887.

En 1889, en París, durante el Primer Congreso de la Segunda Internacional Socialista, se decidió en su homenaje que el 1 de mayo se conmemoraría mundialmente la solidaridad laboral.

En 1954 el papa Pío XII apoyó esta jornada de memoria colectiva al declarar la festividad de San José Obrero.

Paradójicamente, en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Andorra no se celebra el 1 de mayo como Día del Trabajador. Por lo contrario, se lo denomina Law Day (Día de la Ley).

En los Estados Unidos, el presidente Grover Cleveland auspició otra fecha por miedo a que el 1 de mayo reforzara en su país al movimiento socialista: allí es el primer lunes de septiembre y se lo llama Labor Day (Día del Trabajo, no del trabajador).

A lo largo del siglo XX y lo que va de éste, los beneficios para los asalariados se acrecentaron en materia de derechos, mejor retribución y amparo social, pero en la década anterior tales progresos retrocedieron bajo la influencia del neoliberalismo.

Fuente: www.26noticias.com.ar