La investigación sobre las causas de la mortífera explosión en la planta de fertilizantes de West, en Texas, el pasado mes de abril ha dado un giro inesperado tras la detención esta madrugada de un paramédico voluntario de la localidad por posesión de materiales para fabricar una bomba casera.
El suceso que le costó la vida a 15 personas y dejó más de 200 heridos y numerosos daños materiales, había sido hasta ahora considerado un accidente, pero las autoridades han anunciado que se abría una investigación criminal. Esta madrugada, agentes federales detuvieron a Bryce Reed, de 31 años y quien había sido uno de los héroes de la tragedia, tras determinar que era el dueño de unos componentes químicos para la elaboración de un «dispositivo destructivo», según consta en el parte judicial. Ver más