Por fortuna, todo se quedó en un susto monumental. El reloj marcaba las 13:15 horas el pasado martes cuando una gran explosión se oyó en la Bodega Mego, enclavada en el centro de El Espinar, junto a la plaza de la Constitución y la Casa Consistorial de la villa. En esos primeros instantes de desconcierto se desconocía lo que había pasado. Los transeúntes que pasaban en ese momento por la zona se llevaron un sobresalto mayúsculo, no menos que el que sobrecogió al dueño y los trabajadores del establecimiento. Por suerte no pasó nada, la explosión no causó daños personales, aunque sí materiales.
La deflagración destrozó el escaparate del negocio y originó desperfectos en la vitrina. En ese momento no había clientes y el suceso no pasó a más. Eso sí, los nervios se apoderaron del titular; de María, que trabaja allí, así como de una amiga que se encontraba en el lugar. La empleada de bodega relata que si hubiera pasado otro día o un poco más tarde, a la hora del vermú, «hubiera sido una desgracia». Así que, dentro de lo malo, «ha sido una suerte».
Ver más