Un equipo de ingenieros detectó 76 tapas de alcantarilla con «alto riesgo de explosión» en Río de Janeiro, informó hoy la Alcaldía de la ciudad brasileña.
Las tapas corresponden a arquetas de la red eléctrica que, en contacto con gases subterráneos, han provocado numerosas explosiones en los últimos meses causando varios heridos, miedo en la población y han puesto en alerta a las autoridades cariocas.
Después de la explosión de seis tapas en un día, el alcalde de Río, Eduardo Paes, decidió contratar a una empresa a comienzos de julio para revisar miles de alcantarillas en un plazo de seis meses.
Entonces, el alcalde admitió que las personas ya «no conseguían caminar por la calle» al cundir «un clima de pánico» en la segunda mayor ciudad de Brasil.
En el primer mes de verificación, los ingenieros de la compañía Concremat revisaron 4.255 alcantarillas y detectaron 76 de ellas con riesgo de una explosión inminente.
Las alcantarillas afectadas fueron arregladas inmediatamente por las concesionarias de los servicios de gas y electricidad, según la Alcaldía.
Las primeras alcantarillas que han sido sometidas a inspección fueron las ubicadas en el centro y las barrios turísticos que lindan con las playas de la ciudad, como Ipanema y Copacabana.
Precisamente en Copacabana se han registrado las explosiones más graves en los últimos tiempos.
En junio del año pasado, una tapa de alcantarilla de 300 kilogramos voló varios metros envuelta en llamas e hirió gravemente a una pareja de turistas estadounidenses.
La mujer, Sarah Nicole Lawri, que tenía en ese momento 28 años, sufrió quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo y pasó 68 días hospitalizada.
El incidente más aparatoso también se produjo en este barrio, el pasado 1 de abril, cuando una tapa de cerca de dos toneladas de peso, ubicada en un paso de cebra, voló por los aires y cayó sobre dos taxis.
Cinco personas resultaron heridas, los dos vehículos quedaron reducidos a chatarra y se formó un cráter de seis metros de diámetro en medio de la principal avenida de Copacabana, ante la mirada atónita de centenares de vecinos y turistas.
La explosión de seis arquetas en un día al comienzo de julio, en diferentes puntos de la ciudad, fue el detonante para que la Alcaldía decidiera tomar cartas en el asunto.
La empresa Concremat, contratada de urgencia, sin licitación, por 4 millones de reales (unos 2,5 millones de dólares), se sirve de termovisores y medidores de gas para revisar las transformadoras y las subestaciones eléctricas.