Versión reparada.
Bajar el programa de: www.redproteger.com.ar/programas
Entre la una y las dos de la tarde de hoy la Laboral será un zona catastrófica con despliegue de servicios de emergencias y urgencias. Pese a que sólo será una exhibición, con presencia de público incluida (quien quiera presenciar el simulacro deberá estar en la Laboral antes de las 12.45 horas), el despliegue será total y se espera que sólo se distinga de una emergencia real en el bajo nivel de dramatismo. Será la actividad que cierre las jornadas nacionales formativas en transporte sanitario y no se escatimarán medios.
La base del simulacro será un importante siniestro en la Universidad Laboral. Tras una fuerte explosión se origina un incendio en el interior de un edificio perteneciente al recinto de la Laboral, y unos instantes después se produce otra explosión con derrumbe de parte de la estructura interior. El accidente requerirá presencia de bomberos, policías, personal de seguridad, 25 técnicos del transporte sanitarioÉ Todos se volcaran en atender a 23 alumnos de la Escuela de Teatro que resultarán heridos de diversa gravedad (dos de ellos incluso fallecerán) y tendrán que ser trasladados a Cabueñes en 13 vehículos. Pero, lo dicho, todo será un simulacro.
Emilio Calatayud Pérez es un campechano Juez de Menores de Granada. Con un verbo demoledor, este padre de familia da una lección magistral sobre lo que implica tener hijos. No cometas el error de no ver este vídeo.
Emilio Calatayud Pérez (Ciudad Real, 22 de diciembre de 1955) es un magistrado español, juez de menores de Granada conocido por sus sentencias ejemplares.
Sus sentencias educativas han bajado la delincuencia en Granada y han aumentado el número de menores que no reinciden en el delito. En casi 20 años, el «padrazo» ha juzgado a más de 10.000 jóvenes a los que, siempre que puede, da esa segunda oportunidad que todos alguna vez hemos necesitado.
Según el propio Emilio:
«Mi mayor satisfacción es que ahora estén aquí, sentados a mi lado, rehabilitados, contentos con sus nuevas vidas. ¿Cuándo un juez se encuentra así, amigablemente, como yo hoy, con tres de sus antiguos condenados?» Emilio Calatayud lo dice con auténtico orgullo. Junto a él, Jesús Antonio, Enrique y Federico sonríen a quien todos en Granada conocen también como el «padrazo», el juez de Menores más conocido de España, aquél de las condenas ejemplares que en cada chaval jamás ve a un mero «delincuente», sino a «un joven que cometió un delito» y, aun más, a una víctima de un sistema social que demuestra fracasar cada mañana en la que él vuelve a condenar a un crío. Ante esa instancia, su desafío es claro: rehabilitar sin encerrar a quienes han delinquido, trabajar con ellos en el mismo entorno en el que cometieron sus faltas. Lleva 17 años intentándolo, e incluso lográndolo: el 82 por ciento de los menores que cumplen condenas en el régimen de medio abierto –libertad vigilada y prestación de servicios al beneficio de la comunidad– no reincide en el delito. «Hoy ya evitamos incluso que un 70 por ciento de los menores vaya en un futuro a prisión –explica–, un gran logro de los profesionales que trabajan conmigo y de los que yo soy sólo la cabeza más visible.»
Los alumnos del centro �ngel de la Guarda para enfermos de parálisis cerebral ensayan con éxito una evacuación y abandonan las instalaciones en seis minutos y medio.
Usuarios, profesores, y miembros de Protección Civil, durante la evacuación del centro.
jesús farpón
El centro de terapia ocupacional para enfermos de parálisis cerebral del �ngel de la Guarda de Latores realizó ayer un simulacro de incendio en el que fueron evacuadas las 85 personas que diariamente acuden a realizar talleres ocupacionales. En total la evacuación duró 6 minutos y 30 segundos, «una cifra muy buena, teniendo en cuenta la gran cantidad de personas en silla de ruedas, y con problemas de movilidad graves», señaló el director del centro, Fernando Crespo.
Minutos antes de las once de la mañana llegaban al Ã?ngel de la Guarda diez miembros de Protección Civil para organizar el dispositivo con los responsables del centro. «Ellos van a observar cómo se realiza la evacuación para decirnos si está bien o mal y qué debemos mejorar», explicaba Crespo. A las once y cuarto en punto saltaba la alarma y la megafonÃa del centro anunciaba la situación de emergencia mientras pedÃa tranquilidad. Inmediatamente y de manera ordenada los distintos usuarios del Ã?ngel de la Guarda fueron abandonando las instalaciones para reunirse en el punto de encuentro, situado en frente al patio cubierto. Algunos, con muchos problemas de movilidad, salÃan por su propio pie e incluso animaban a sus compañeros; otros, en silla de ruedas, tenÃan que ser evacuados por los profesores del centro.
En total, la operación duró 6 minutos y 30 segundos, «un buen tiempo teniendo en cuenta los problemas de estas personas, que al igual que los profesores desconocÃan el simulacro. Es un ejercicio muy necesario en casos como el nuestro. Los chicos habÃan ensayado muchas veces y estamos contentos, ha salido bien», señaló Crespo.
La evacuación fue vigilada por efectivos de Protección Civil y de Bomberos de Oviedo, que tras el dispositivo se reunieron con los responsables de la institución para explicar cuáles habÃan sido los aciertos y corregir posibles fallos.
El centro Ã?ngel de la Guarda, que pertenece a la Asociación de Ayuda a Personas con Parálisis Cerebral de Oviedo, cuenta además con un colegio en el que se atiende a niños de hasta 18 años. Una vez que cumplen la mayorÃa de edad, pasan al centro ocupacional. En total, entre los dos centros, se atiende a 165 personas.
Haga clic en uno de nuestros contactos a continuación para chatear en WhatsApp