Un menor de 13 años falleció hace dos meses al caerle una portería en Chiva

No es el primer incidente que ocurre en una portería en lo que va de verano. El pasado 4 de julio un niño de 13 años falleció tras sufrir un accidente en el polideportivo de Chiva. El pequeño pereció al caerle una portería encima que le golpeó en la cabeza.

Según relataron testigos de los hechos, el accidente se produjo cuando el menor emprendió la carrera hacia una de las porterías de la cancha multiusos del polideportivo municipal de Chiva. Al llegar al lugar en que se hallaba el marco, se colgó del travesaño con ambas manos.

El niño no pudo asirse con fuerza al larguero y sus dedos resbalaron del poste metálico. Cayó de espaldas sobre el pavimento y se golpeó en la nuca.

El infortunio del menor no se quedó aquí. La portería cayó entonces sobre el pequeño y recibió un segundo golpe en la frente.

Inmediatamente, el joven recibió las atenciones del socorrista que estaba trabajando en la piscina municipal.

Posteriormente, el fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos del pabellón de Infantiles del Hospital La Fe de Valencia, donde finalmente falleció.

Fuente: Las Provincias Digital

Reimplantan la oreja a un joven que la perdió tras engancharse su ‘piercing’ con una portería

La policía recogió el órgano de la víctima en el campo de fútbol de un instituto de Dénia.

Un joven de 20 años sufrió el sábado la amputación de gran parte de una oreja al engancharse su â??piercingâ?? con la malla de una portería de fútbol en Dénia. La Policía Local encontró el órgano en el suelo y lo llevó al hospital del municipio, donde los médicos consiguieron reimplantárselo tras una intervención quirúrgica.

Practicar el fútbol sala no parece un deporte de riesgo, pero hacerlo con un piercing quizá lo sea. Un joven de 20 años, cuya identidad responde a las iniciales de J. M. S. E. S., sufrió este fin de semana un lamentable accidente por este motivo en la pista del Instituto Nou Chabás, en Dénia.

Pasaban pocos minutos de las ocho de la tarde del sábado cuando un grupo de amigos saltó la valla del centro de secundaria para divertirse con el balón. La víctima defendía el puesto de portero.

En el fragor del juego un pendiente que llevaba en la parte superior de su oreja se enganchó con la malla de la portería del campo, lo que le causó una drástica y doloro- sa sección de parte del pabellón auditivo y una gran pérdida de sangre.

Sus compañeros de juego alertaron enseguida a los servicios de urgencia y rápidamente se desplazó hasta el lugar una ambulancia de la Cruz Roja de Dénia para trasladar al herido al Hospital Comarcal.

También se personó una patrulla de la Policía Local para investigar las circunstancias del accidente, ya que en un primer momento se pensó que la portería había cedido.

Entre las mallas
Sin embargo, una vez aclarado todo lo ocurrido, los policías del municipio encontraron entre las mallas de la portería el pedazo de oreja que el joven había perdido por culpa de su piercing .

Los agentes transportaron urgentemente el órgano hasta el Hospital de la Pedrera, muy cerca del instituto, y los médicos consiguieron reimplantárselo en una intervención quirúrgica. El joven, que se encontraba de vacaciones con su familia en Dénia, pudo recibir el alta médica ayer por la mañana.

No es la primera vez que un grupo de jóvenes se introduce de forma ilegal en las pistas deportivas del instituto para jugar o para realizar actos vandálicos, a pesar de que las instalaciones están valladas. Según fuentes del centro escolar donde sucedió la tragedia, â??los intrusos han roto persianas junto a la puerta de acceso del profesorado.

LUCÃ?A RONDA/ DÃ?NIA

Fuente: Las Provincias Digital

A un alumno le cayó un pedazo de techo del aula en la cabeza

Un joven de la Escuela Media N° 2, en la localidad de General Rodríguez, fue golpeado por un trozo de loza que dio en su cabeza.

Esta mañana seguía en reposo el estudiante que recibió un fuerte golpe en la cabeza producto del desprendimiento de un pedazo de loza del aula de la Escuela Media N° 2, en la localidad bonaerense de General Rodríguez.

Por esta razón, los alumnos, acompañados por sus padres y algunos docentes, realizarán una sentada en repudio a la inoperancia de las autoridades del establecimiento.

Según dijeron, no retomaran las clases hasta no tener una respuesta concreta al su reclamo.

Además, los estudiantes denunciaron el malísimo estado de las instalaciones de la escuela. â??Las paredes están electrificadas, dan corrienteâ??, aseguró a Canal 9 una de las compañeras de aula del joven.

Fuente: www.infobae.com

Treinta alumnos marplatenses intoxicados por fuga de gas

Se debió a un caño en mal estado dentro del colegio. Fueron trasladados al hospital zonal. Los escolares son alumnos de sexto grado.

Cerca de treinta alumnos de una escuela primaria de Mar del Plata sufrieron síntomas de intoxicación a raíz de un escape de gas, y fueron trasladados a un hospital, informaron autoridades escolares.

Directivos de la Escuela Provincial 16 Pedro Goyena, ubicada en Falucho 4070 de esta ciudad, informaron hoy a distintos medios marplatenses que 22 alumnos del sexto año fueron trasladados con signos de intoxicación con gas.

Además, precisaron que un caño de gas en mal estado fue el que provocó la pérdida y aseguraron que en el mismo momento se evacuó completamente el establecimiento.

Varias ambulancias trasladaron a los alumnos al Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, en tanto la directora solicitó por las radios locales que los padres concurran al establecimiento a retirar a sus hijos.

Fuente: www.infobae.com

Polémica por la seguridad de los chicos en una escuela platense

EDUCACION : INSOLITO CASO EN LA EGB Nº 102
Una directiva pidió a los padres que firmaran un acta para responsabilizarse por posibles accidentes de sus hijos. Estaban sin luz y se llovían las aulas. Habían autorizado a dar clases pero la vicedirectora quiso cubrirse.

Para dejar a los alumnos en el aula, los padres de la EGB Nº 102 de La Plata tuvieron que firmar un acta donde asumían la responsabilidad por eventuales accidentes de sus hijos, provocados por las deficiencias edilicias. No todos aceptaron esta inusual exigencia. Quienes se negaron, decidieron modificar el contenido del documento y dejaron constancia de que «el director General de Escuelas, Mario Oporto, y las autoridades de esa dependencia son responsables directos por la calidad edilicia y la seguridad de nuestros hijos».

La polémica estalló en la escuela Nº 102 «Dardo Rocha», ubicada en 7 y 32 de la capital bonaerense. Fue otra secuela del temporal de viento y lluvia del martes. Ese día, suspendieron las clases porque estaba inundada la entrada al edificio. Pero, también se llovían las galerías, las aulas y otras dependencias, por las filtraciones del techo.

La directora, Cristina Noval, llamó a los inspectores de Infraestructura de la Dirección de Escuelas y acordaron retomar las actividades a partir de ayer. Sin embargo, la vicedirectora Gladys Etchegaray, a cargo del servicio educativo en el turno matutino, consideró que el establecimiento no estaba en condiciones de recibir los casi 400 alumnos de 1º a 6º año que cursan en la escuela 102. «No había luz, los pisos estaban mojados y evalué que existía riesgo para los niños», explicó la funcionaria a Clarín.

Por eso, solicitó el aval de los padres que después se transformó en reclamo para el Gobierno y Oporto. «Fue una determinación equivocada. Un directivo no puede eludir su responsabilidad. No tuvo capacidad de resolver el contratiempo», dijo la inspectora de Educación Primaria de La Plata, Mabel Antonelli. Y atribuyó ese error a la edad de la mujer: Etchegaray tiene 73 años y ocupa desde 2002, ese cargo en la «Dardo Rocha».

La medida tuvo el respaldo de los docentes y los padres que, luego de modificar los términos del acta, estamparon su firma. «Los techos se caen no sólo por la lluvia: este edificio sufre por el abandono de las autoridades», se quejó Fernando Ferro, padre de un alumno de 4º año, turno mañana. «Esta escuela no soporta más lluvias y hace meses que reclamamos los arreglos. El único mantenimiento se hace con el esfuerzo de la cooperadora. Existe una responsabilidad colectiva por las grietas, las perforaciones y los baños inutilizables», dijeron a Clarín, los docentes Daniel Cadabán, María Cristina Caneta de 6º y Sira Castro de 3º.

La determinación de la vicedirectora derivó en una investigación «primaria» para determinar si existió una falta leve o grave en la actitud de Etchegaray. «Bajo ningún punto de vista la Dirección General de Cultura y Educación provincial va a responsabilizar a los padres de la integridad de sus hijos en las escuelas. Y menos aún exigirles que firmen un acta haciéndolos responsables por cuestiones que atañen al cuidado y mantenimiento de los edificios escolares», aseguró a Clarín la subsecretaria de Educación provincial, Delia Méndez.

La funcionaria – quien ayer estaba a cargo de Escuelas, en ausencia de Mario Oporto – consideró que «no debe tomarse esto como un castigo, sino que al directivo se le exige responsabilidad, equilibrio y sentido común para tomar decisiones ante emergencias, situaciones de la convivencia escolar u otras cuestiones como preservar la integridad de los alumnos».

La EGB Nº 102 es una construcción de más de 50 años y está incorporada a un programa de refacción edilicia. Según explicó el director de Mantenimiento y Equipamiento, Marcelo Gardinetti, esta semana comenzarán los trabajos para cambiar el techo. Las autoridades anunciaron una inversión de $ 100.000 que incluye también la pintura de aulas y el arreglo del baño de profesores. Los trabajos se harán con los alumnos en clase porque —dicen los directivos— no implica una alteración en las actividades de la escuela.

Fabián Debesa. LA PLATA. CORRESPONSALIA
laplata@clarin.com

Disparates en cadena

Que un directivo pida a los padres que firmen un acta para hacerse responsables de los daños físicos que pudieran sufrir sus hijos en la escuela es un disparate. Y otro más grave aún que el Estado – las máximas autoridades educativas bonaerenses – autorice a dictar clases en un edificio inundado por el temporal y con los techos en problemas. A la vicedirectora no le alcanzó el respaldo de sus superiores, sintió miedo de que pasara algo y resolvió con bastante poco sentido común. Podría entenderse, en parte: vio cómo estaba el edificio y buscó cubrirse. Hay un gran bizco en esta historia: el Estado y sus funcionarios, los únicos responsables de que los chicos estudien seguros en escuelas seguras.

Victoria Tatti
vtatti@clarin.com

Fuente: Diario Clarín

Se intoxicaron por mezclar clonazepan y una bebida gaseosa

NEUQUEN. Diez alumnos de una escuela técnica fueron hospitalizados luego de haber ingerido una mezcla de Coca-Cola y Rivotril (cuya droga es el clonazepan), un poderoso medicamento ansiolítico y anticonvulsivo que suele prescribirse para epilepsia y ataques de pánico. Los chicos, todos de 15 años, fueron hospitalizados y a dos de ellos les lavaron el estómago. El hecho ocurrió el jueves por la tarde en la Escuela Provincial de Enseñanza Técnica N° 7, y causó conmoción en la comunidad educativa.

Los chicos fueron dados de alta el viernes, revelaron fuentes del hospital Horacio Heller, donde los asistieron. «Se caían, se dormían parados», expresó una docente sobre los primeros efectos que sufrieron los estudiantes tras ingerir la mezcla. El episodio se produjo en un recreo, dentro del establecimiento, el jueves último.

Los estudiantes, todos de segundo año, se caían, se dormían y hasta tenían dificultades para hablar, explicó a las autoridades de la escuela la docente que recibió a los alumnos en el aula después de que hubieran ingerido Rivotril con Coca-Cola.

Según Antonio Mengual, del servicio de Adicciones del hospital Castro Rendón, el medicamento es de uso corriente entre los jóvenes con problemas de adicciones en los barrios de Neuquén y entre los efectos secundarios figura la somnolencia.

Artemio Painemil, padre de uno de los alumnos que ingirieron la bebida, explicó que dos chicos fueron con un preceptor a comprar una gaseosa a una despensa del barrio. Uno de los jóvenes que tenía el frasco de Rivotril mezcló pastillas en una de las botellas y comenzó a convidarles a sus compañeros. «La mayoría de los chicos no sabía lo que estaba tomando y después, cuando empezaron a marearse y a dormirse, algunos se asustaron», dijo. Ante esta situación, el autor de la «travesura» le confesó a un directivo del colegio lo que había hecho y le entregó la caja del ansiolítico que había escondido en un rincón de un salón.

Fuente: Diario La Nación