Aplazados en seguridad

En el país donde todos opinamos de todo, las cosas se repiten una y otra vez. Las muertes vuelven a tener el rostro de la irresponsabilidad y la poca conciencia. Otro episodio, y más preocupante en este caso porque las víctimas sabían con qué estaban jugando.

Signos de un país extraño. Luego de una tragedia enorme como la de Cromañón, que llevó a todo el mundo a hablar de seguridad y de responsabilidades, parece mentira que pueda ocurrir un hecho como el de la explosión del laboratorio de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Otra muestra de la desidia y el descuido que llevan a la muerte y que no alcanza con las explicaciones de aquéllos que tienen la obligación de responder, como es en este caso el rector de la institución, Oscar Spada.

N&P:- ¿Esto es como un nuevo Cromañón?

O.S.:- Yo no me atrevería a encararlo desde ese punto de vista. Está la Justicia trabajando y habría que ver cuáles fueron las causas por las que ocurrió esto. No nos olvidemos que la gente que estaba trabajando ahí es gente de excelentísima calidad y conocía bien su trabajo, por lo que queremos saber las causas que provocaron el accidente.

N&P:- Como ingeniero o rector, ¿el episodio le merece alguna reflexión?

O.S.:- Nosotros hemos iniciado la investigación de sumario dentro de la misma Universidad. No nos olvidemos de que hay una serie de mecanismos, como la firma de un convenio marco y después los convenios de trabajo que se realizan en cada una de las facultades dependientes de la Universidad. Queremos ver cuáles han sido las causas e inclusive cuáles son las medidas de seguridad que se tomaron al respecto.

N&P:- ¿Faltaban en el grupo conocimientos en seguridad industrial?

O.S.:- Hay cosas que debe determinar la Justicia porque no se puede andar aventurando conjeturas. La gente ha opinado, y lo debería hacer ante la Justicia para poder llegar a la verdad. El nuestro es un trabajo de todos los días: acompañar a los familiares, aportar todos los datos que la investigación requiere. Las universidades tienen distintos lugares, rangos, responsabilidades, y esto es lo que estamos tratando de llevar adelante y de compaginar toda esta situación.

N&P:- Se puso mucho énfasis en que tenían un convenio con un privado. ¿Es importante en el contexto de lo ocurrido?

O.S.:- No, porque no se les puede exigir a las universidades que no trabajen en fuerte vinculación, lo cual es parte del proceso educativo. Una investigación no aislada de los desarrollos tecnológicos que necesita, no aislada de lo formación del estudiante. Me parece que enfocarlo desde el punto de vista de que hay una empresa no es lo importante de esta situación. Esta Facultad fue acreditada a nivel nacional, y la carrera de Ingeniería Química está trabajando su acreditación a nivel Mercosur. Y para todo este tipo de cosas se necesitan tareas relacionadas con la industria.

N&P:- ¿Están trabajando en medidas de seguridad a partir de este accidente?

O.S.:- Se hizo una revisión de las conexiones. Pero me parece que hablar de una emergencia de seguridad cuando hay facultades que no tienen este tipo de estructura es exagerado. Hemos hecho todo el sistema de seguridad, hemos invertido más de $ 700.000. Pero evidentemente hay muchas cosas para realizar en el marco de un accidente que nos llena de preocupación.

El comisario mayor Javier De Olmos es el titular del Departamento de Bomberos que trabajó en esta tragedia. Desde la institución ya habían anunciado sobre mejoras en el sistema de seguridad.

N&P:- De lo que se estaba haciendo, ¿qué no correspondía hacer?

J.O.:- En este laboratorio se estaba buscando un nuevo octanaje para el biodiesel. Todos sabemos que estos combustibles se encuentran dentro de la categoría de solventes. Cada producto químico tiene un comportamiento muy diferente, son productos que toman combustión muy fácilmente. Hay varios puntos que se están analizando. Por ejemplo, qué día entraron los camiones. Porque hay que ver ese día quién recibió esa carga y por qué se almacenó en ese lugar, tratándose de un elemento de suma volatilidad.

N&P:- ¿Qué respuesta encontraron desde la Universidad?

J.O.:- La Universidad, a ciencia cierta, todavía está cerrada, no saben si va a abrir en enero o en febrero. Se está elaborando toda la parte de bioseguridad, que ya estaba armada desde hace algún tiempo. Desde Bomberos, en diferentes oportunidades habíamos sugerido las medidas de seguridad que tiene que adoptar esta ciudad universitaria.

N&P:- ¿Es decir que ustedes ya habían anticipado que había situaciones que corregir?

J.O.:- Esto no es una cuestión de ahora, viene desde hace 15 años. De parte de Defensa Civil de Río Cuarto -ellos son los que asesoraban- había un relevamiento, y nosotros les indicamos qué medidas tenían que adoptar no sólo en esta área, sino en las diferentes áreas. Sobre todo por el uso de matafuegos y luces de emergencia.

N&P:- Después de Cromañón, ¿no se encendió el alerta acerca de los peligros que hay en materia de seguridad?

J.O.:- Creo que hay que hacerse un replanteo generalizado de toda la ciudad universitaria. El lugar donde se produce este accidente está muy cerca de un jardín maternal en el que los empleados dejan a sus niños al resguardo de maestras jardineras. Gracias a Dios, dentro de lo que fue el gravísimo accidente, pienso que podría haber sido mayor. Con las actuaciones que ha tenido Bomberos, se ha logrado controlar en forma rápida cuando estaba muy próximo a estallar otro tambor.

N&P:- ¿Puede ser que no seamos capaces de proteger un lugar donde está lo más lúcido de nuestra sociedad?

J.O.:- Yo lo llevaría un poco más arriba. Estamos hablando de donde realmente está la ciencia, todos ingenieros físicos químicos abocados a diferentes tipos de proyectos y que, en el afán de avanzar, por ahí se centraliza y se olvida de otras tantas cosas. Por ahí la confianza de haber trabajado tantos años con sustancias químicas peligrosas hace que se olvide una parte esencial: la seguridad.

¿Tragedia?

Cuando ocurren este tipo de hechos, periodísticamente se discute acerca de cómo llamarlos: ¿tragedias? ¿Accidentes? ¿Crímenes? Los dichos del jefe de Bomberos de Río Cuarto dejan entrever que en este caso hubo bastante desatención a los llamados emitidos desde aquellas instituciones que se encargan de la seguridad. Cuando se averiguan los antecedentes, las cosas se ponen peor. Por ejemplo: se supo durante una asamblea interclaustros que en 2005 explotó una caldera en el comedor de la Universidad y que el año pasado estalló un horno en la Facultad de Veterinaria. Y se dijo que estos hechos no fueron suficientes para realizar un análisis y una revisión general de las instalaciones del complejo universitario. Ahí es cuando surge la duda acerca de cómo llamarlo. ¿Puede ser un accidente, cuando hubo antecedentes como para controlar ciertos elementos que pueden haber provocado este hecho? Nadie quiere decir que hubo intención de matar a alguien, pero ¿qué hacer con la ineficacia cuando genera muertes?

Fuente: www.noticiasyprotagonistas.com

El becario que quedó ciego en una explosión dice que estaba "para todo"

Un becario del Instituto de la Grasa de Sevilla, que quedó ciego en una explosión cuando trasladaba productos peligrosos en una mudanza de laboratorios, dijo ayer al juez que hizo el traslado porque le pareció que ésa era «su misión», que estaba allí «para todo» y que todo era «una ocasión para aprender». El becario declaró ayer como testigo en el juicio contra la ex directora, el ex gerente y otros dos empleados del Instituto de la Grasa, imputados por presuntos delitos contra los derechos de los trabajadores y lesiones por la explosión ocurrida el 6 de junio de 2001.

El joven, que sufre una ceguera irreversible, ha declarado que le pidió efectuar el traslado la auxiliar de laboratorio procesada F.L. y que obedeció, pese a que él es licenciado en Bioquímica. «Yo era el becario y me pareció que ésa era mi misión, que yo estaba allí para todo y, al ser el más joven, era lógico que hiciera el trabajo que requería esfuerzo físico».

La declaración de este joven dejó a la luz otras deficiencias en seguridad como la carencia en el laboratorio de pantallas faciales, gafas y mascarillas.

Fuente: www.diariodesevilla.com

Un informe oficial anticipó la tragedia de Río Cuarto

La Sindicatura General de la Nación presentó un relevamiento meses antes de la explosión, en el que advirtió sobre las falencias en las instalaciones en la Universidad que «exponen a la organización a riesgos innecesarios».

Hasta el momento murieron tres personas, dos docentes y un alumno, y otras se encuentran en estado crítico por las heridas recibidas en la explosión en la planta piloto de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Río Cuarto (UNRC).

La tragedia había sido alertada en el informe que la SIGEN elaboró a través de distintas evaluaciones anuales sobre el sistema de control de la institución.

«El espacio disponible para la atención a los alumnos y el lugar de trabajo del personal en la Facultad de Ingeniería es inadecuado», advertía el trabajo del organismo nacional.

Los trabajos correspondientes a los años 2005 y 2006 se destaca que la Universidad â??carece de una infraestructura formalmente aprobadaâ?? y que â??si bien cuenta con un área que debe entender en el mantenimiento del sistema contra incendios, éste no está estructurado u organizado. No existe un plan de respuestas ni tampoco existe un programa integral de adquisición de equipos de seguridadâ??.

â??Sobre un total de 23 máquinas verificadas, 65% de ellas (15) están sujetas a potenciales riesgos de responsabilidad, encontrándose aseguradas sólo cinco unidadesâ??, agrega el estudio de la SIGEN publicado por el diario La Voz.

Fuente: www.infobae.com

Explosión en Río IV: la Justicia determinó el origen del hexano

RIO CUARTO, (NA). – La investigación que se realizaba en la Universidad Nacional de Río Cuarto, al momento de la trágica explosión que ya dejó dos muertos era financiada por una empresa argentina con capitales belgas, que les proveía los materiales necesarios, entre ellos el hexano, la sustancia detonante.

A días de la tragedia en la planta piloto de Ingeniería de la UNRC, Carlos Juni, presidente de la firma De Smet SAIC, reveló datos salientes de la relación entre ambos organismos. De Smet es la principal proveedora nacional de todas las industrias aceiteras y de biodiésel de la Argentina y trabaja desde hace al menos diez años con la Universidad.

«Nuestra empresa se dedica a la construcción de plantas de extracción de aceites y la Universidad de Río Cuarto es la institución académica más importante, holgadamente, con reconocimiento internacional en materia de oleaginosas», explicó Juni. El directivo indicó que el miércoles pasado, los investigadores se encontraban realizando una serie de «ensayos que tenían por objeto mejorar la eficiencia de los procesos de extracción de aceites». Sin embargo, Juni aclaró que la empresa y la Fundación de la Universidad no tenían «ningún acuerdo» firmado, a pesar de que existían varios borradores, por lo que «se empezó a trabajar como muchas veces sucede en estos casos en que los procedimientos internos son más burocráticos y no acompañan los tiempos de los investigadores», dijo.

Para la realización del proyecto, la empresa envió alrededor de 13 tambores cargados de hexano, uno de los cuales tuvo una pérdida y ocasionó la explosión, que por ahora dejó dos muertos.

Investigación

La Justicia federal logró determinar la ruta que realizó la peligrosa sustancia hexano, por lo que ahora deberá establecer si hubo negligencia por parte de los investigadores en el manejo del tambor que provocó la pérdida y posterior explosión en la Universidad de Río Cuarto.

Según fuentes de la pesquisa, ya se sabe quién compró el hexano, qué empresa lo proveyó, cómo llegó a Río Cuarto y desde cuándo estaba instalado en la planta piloto de Ingeniería donde ocurrió la tragedia.

En el Rectorado no hay información oficial sobre el solvente ni sobre la investigación porque el trabajo con la empresa De Smet no había sido oficializado, estando la investigación a cargo del Ing. Miguel Mattea.

«La compra de hexano no es delito, adquirirlo y llevarlo no es delito. El tema es si se trabajó con ese solvente en lugares que no corresponden», explicó Carlos Ochoa, secretario penal del Juzgado Federal. Según el diario riocuartense El Puntal, el problema está en tratar de establecer cómo se dio la manipulación del hexano, si se trabajó con las normas de seguridad establecidas y si la Universidad tenía una planta acondicionada para almacenar 2.600 litros de la sustancia explosiva.

Fuente: www.laopinion-rafaela.com.ar

La empresa De Smet financiaba el proyecto

Río Cuarto.- El proyecto de investigación que se realizaba en la Universidad de Río Cuarto al momento de la trágica explosión era financiado por una empresa argentina con capitales belgas, que proveía a los investigadores los materiales necesarios, entre ellos el hexano, la sustancia detonante de la explosión.

Carlos Juni, presidente de la firma De Smet, reveló datos salientes de la relación entre ambos organismos. De Smet es la principal proveedora nacional de todas las industrias aceiteras y de biodiesel de la Argentina y trabaja desde hace al menos 10 años con la Universidad.

â??Nuestra empresa se dedica a la construcción de plantas de extracción de aceites y la Universidad de Río Cuarto es la institución académica más importante, holgadamente, con reconocimiento internacional en materia de oleaginosasâ??, explicó.

El directivo indicó que los investigadores realizaban una serie de ensayos para mejorar la eficiencia de los procesos de extracción de aceites.
Para la realización del proyecto, la empresa envió alrededor de 13 tambores cargados de hexano, uno de los cuales tuvo una pérdida y ocasionó la explosión.

Por el trabajo, De Smet iba a abonar a la Universidad alrededor de $ 10.000. (NA)

Fuente: www.lagaceta.com.ar

Mueren tres estudiantes en una estampida por falsa alarma de incendio

Tres estudiantes de una facultad femenina de la Universidad islámica egipcia de Al Azhar murieron hoy y otras 137 resultaron heridas en una estampida causada por una falsa alarma de incendio, informó la agencia de noticias egipcia MENA.

Según las primeras investigaciones, la avalancha de las alumnas de la Facultad de Estudios Islámicos de la ciudad de Zaqaziq, al noreste de El Cairo, se produjo después que una de sus compañeras gritase que había un incendio en el aula a causa de un cortocircuito.

La noticia se propagó a otras aulas de la facultad, de donde también las alumnas salieron despavoridas, por lo que las víctimas se produjeron al ser pisoteadas y aplastadas, indicó MENA.

Las indagaciones preliminares apuntan que no se produjo ningún cortocircuito, por lo que el fiscal general de Egipto, Abdel Mayid Mahmud, ha ordenado abrir una investigación para esclarecer los hechos.

Fuente: http://actualidad.terra.es