Un gran número de niños mueren en nuestro país a causa de lo que se denomina «cuerpos extraños en vía aérea y esófago». Maníes, tapas de biromes, monedas y juguetes, entre los objetos que más episodios provocan. Qué hacer ante un evento de este tipo
«Fueron dos minutos que me descuidé»; «Estaba al lado, no sé cómo no lo vi»; «Con los chicos hay que tener dos pares de ojos»… son algunas de las frases que suelen escucharse y que reflejan que, por más atento que se esté a los movimientos de los menores en el hogar, un segundo puede ser –literalmente– fatal.
Es que la aspiración o ingesta por parte de bebés y niños de alimentos y objetos cotidianos como monedas, pilas botones, agujas, maníes, semillas de girasol y fragmentos de juguetes es uno de los accidentes domésticos más comunes.
Y lo que quizá muchos desconocen es que esos cuerpos extraños (CE) pueden quedar alojados en algún sector del aparato respiratorio o digestivo y permanecer allí largo tiempo, lo que puede provocar secuelas irreversibles y hasta la muerte. Ver más
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