La llegada del verano lo es también la de las vacaciones. El calor invita a la playa y la piscina, y un porcentaje muy elevado de españoles aprovechan estas fechas para escapar del trabajo. Pero no son todos. Los hay que tienen que convivir en estas fechas con el trabajo y con los rigores del calor.
Y, quizás, el caso más leonino es el de los trabajadores de la construcción, que tienen que soportar duros trabajos bajo las inclemencias del estío. Por eso, desde hace años, el sector viene estableciendo la incorporación de jornadas intensivas, para evitar largos tiempos de exposición al sol, perjudiciales para la salud, y que representan un obstáculo físico real para la realización de los trabajos.