Los accidentes de trabajo se cobran 2,2 millones de vidas al año

Uno de cada cinco siniestros mortales ocurridos en los países europeos más ricos se registra en España.


Los bomberos recogen el cuerpo de un obrero fallecido en una obra en Picanya (Valencia). / M. BRUQUE-EFE

Los accidentes laborales se cobran 2,2 millones de vidas al año y producen lesiones de distinto alcance a más de 270 millones de personas. Estos datos sobrecogedores fueron dados a conocer ayer con ocasión del Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que ha sido conmemorado por multitud de países. Aquí, UGT y CC. OO. emitieron sendos informes en los que destacan, como dato negativo, que en España se producen una quinta parte de los siniestros de este tipo que tienen lugar en la llamada Unión Europea a 15, que reúne a los Estados más ricos del club comunitario.

Si se analizan las cifras de la UE a 25 en su conjunto, las cifras también asustan. Cada año se pierden 150 millones de días laborables como consecuencias de los accidentes de trabajo que, a su vez, suman unos 4 millones cada ejercicio. El coste económico de todas estas bajas se aproxima a los 1.000 millones de euros anuales, a los que habría que añadir otros 20 billones por los costes generados en el sector de los seguros por el pago de las pólizas correspondientes. Ocho de cada diez percances -el 90%, con consecuencias mortales- tienen lugar en las pequeñas y medianas empresas.

La principal causa de las muertes en el trabajo es el cáncer, que es responsable de casi una tercera parte de ellos (32%), mientras que los accidentes en sí (19%) y las enfermedades transmisibles (15%) suponen un volumen similar. En cuanto a las consecuencias de esta lacra social, el descenso de la competitividad, la jubilación anticipada por motivos forzosos (el 40% de los trabajadores que dejan de trabajar antes del tope legal padecen alguna enfermedad laboral y la mitad de ellos sufre dolor de espalda o alguna molestia muscular), el absentismo (el 5% de los trabajadores se ausentan de su puesto cada día por ese problema), el desempleo y el empobrecimiento de los hogares figuran entre ellas.

El 4% del PIB mundial

A nivel mundial, las cifras son aún más abrumadoras. A los más de dos millones de muertos anuales en el trabajo, se unen los 160 millones de personas que sufren algún tipo de enfermedad relacionada con su actividad laboral. Todo ello supone un coste económico equivalente al 4% del producto interior bruto (PIB) mundial, es decir, unas veinte veces más que todos los recursos que se dedican a la ayuda oficial al desarrollo en cualquier país del planeta. Por este motivo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprovechó la jornada para realizar toda clase de actividades conmemorativas.

A las ceremonias solemnes ya habituales en este tipo de fechas, se unieron también diferentes campañas de sensibilización que, bajo lemas como ‘Los accidentes no son parte del trabajo’, tratan de concienciar a empresarios y empleados para que las prácticas de prevención sean efectivas. En España, por ejemplo, los sindicatos lamentan que las empresas aún vean este tipo de acciones como una «obligación» y «un coste más que tienen que asumir», y eso que han pasado más de diez años desde la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

UGT y CC. OO., recuerdan que España sufre el 20% de los accidentes laborales mortales que se registran en la UE a 15 (y eso que en el 2006 se contabilizaron 966, 24 menos que el ejercicio anterior), una proporción que creen «intolerable» y que temen que se mantenga en los próximos años (entre enero y febrero se habían contabilizado ya 178 percances de ese tipo). Un trabajador murió en la madrugada de ayer en Calaf (Barcelona) cuando se encontraba haciendo unas operaciones en una catenaria eléctrica, informaron los Mossos de’Esquadra. El accidente, cuyas causas se desconocen por ahora, se produjo sobre las 01.30 horas. El fallecido es un joven de 23 años que trabajaba para una empresa de mantenimiento.

En otro accidente laboral ocurrido sobre las 11.05 de ayer murió un joven de 19 años, quien quedó atrapado en una cinta transportadora de una cantera de Gibraleón (Huelva), informó el servicio de emergencias 112.

El accidente se produjo cuando el joven trabajaba junto a la cinta y, por causas desconocidas, quedó atrapado sin que pudiese liberarse, a pesar de los intentos de sus compañeros.

Fuente: www.larioja.com

Seis operarios y dos guardias civiles, heridos en una explosión en unas obras en Vizcaya

La explosión que ayer hirió a seis operarios y a dos guardias civiles en las obras del túnel de Zaramillo se produjo cuando se procedía a quemar el material sobrante de los explosivos utilizados en las obras, informaron la Diputación de Vizcaya y la subdelegación del Gobierno.

Tres de los trabajadores heridos fueron trasladados al hospital de Basurto, en Bilbao, y otros tres al de Cruces, en Barakaldo, mientras que los dos agentes de la Guardia Civil fueron evacuados por sus compañeros a una clínica bilbaína. Cinco de los trabajadores, según la Diputación, presentan heridas leves por golpes y magulladuras y el otro sufre lesiones en una rodilla.

Entre los operarios heridos figuran el director de la empresa que ejecuta la obra para la Diputación, el experto autorizado para realizar la voladura, un guarda de seguridad y otros tres trabajadores.

En la explosión un vehículo oficial de la Guardia Civil sufrió daños «importantes», según la Subdelegación del Gobierno en Vizcaya.

La realización de voladuras tiene un estricto procedimiento, que también se siguió en este caso, que establece que el explosivo y los detonadores se deben transportar en vehículos diferentes, con vigilancia de la Guardia Civil, que controla todo el proceso de principio a fin.

La voladura únicamente la puede realizar un experto en Minas autorizado para ello y, una vez hecha, todas las cajas, paquetes y restos deben ser destruidos, lo que habitualmente, como en este caso, se hace quemándolos, de forma que ningún material vuelva a la fábrica de explosivos.

Fuente: www.eldiariomontanes.es

Relámpago inicia incendio y explosión en refinería de Oklahoma

WYNNEWOOD, Oklahoma, EE.UU. (AP) – Lenguas de fuego y columnas de humo brotaron al cielo el sábado desde una refinería de petróleo donde cayó un relámpago que provocó un incendio y una explosión tan fuerte que se sintió a varios kilómetros de distancia, dijeron las autoridades.

No se reportó ningún lesionado y tampoco se emitieron órdenes inmediatas de evacuación del poblado del sur-centro de la ciudad de Oklahoma, informó Mike Hancock, vocero de la Refinería Wynnewood.

El fuego y el humo alcanzaron cientos de metros de altura desde dos tanques de 302.800 litros (80.000 galones) en el complejo petrolero Wynnewood, dijeron las autoridades.

Los bomberos rociaron espuma en el área que rodea los tanques, agregó Hancock.

«El fuego en tanques es un incendio bastante peligroso. Es fácil de contener, pero difícil de apagar», añadió Hancock. «Es difícil estimar cuánto tiempo pasará. Puede tomar un día o algo así para que se queme el producto», precisó.

El fuego empezó el viernes cuando el relámpago cayó en un tanque que contenía un combustible del que se deriva la gasolina, informó Ken Moore, jefe de la policía.

Los bomberos rociaron espuma en las llamas y sacaron el combustible del tanque, pero horas después la explosión extendió el fuego a un segundo tanque, añadieron las autoridades.

Fuente: www.univision.com

El coste de un accidente es siete veces superior al de su prevención

El consejero de Empleo presenta un estudio sobre los costes económicos de los siniestros UGT y CC OO piden que «no haya más dinero para empresas si no garantizan la seguridad»

Hoy sábado es el Día Internacional de la Seguridad y la Salud de los Trabajadores. Sin embargo, los sindicatos optaron por adelantar todos los actos programados al día de ayer. La jornada comenzó con asambleas sindicales y concluyó con una manifestación que recorrió el centro de Logroño para acabar frente a la sede de la Federación de Empresarios de La Rioja (FER).

Organizada por UGT y CC OO con el lema ‘¿No atentéis contra nuestra salud! ¿Cumplid la ley!’, congregó a unas 250 personas y supuso el estreno de Javier Granda como secretario general de UGT. Los argumentos de los manifestantes eran claros: 6.811 accidentes laborales, seis mortales, en La Rioja a lo largo de 2006. A lo que habría que añadir los cuatro trabajadores fallecidos en el primer trimestre del presente año.

La secretaria de Salud Laboral de CC OO, Lina Sierra, y el secretario de Acción Sindical de UGT, Enrique Raposo, apuntaron que, pese a unas «buenas» leyes de prevención, la siniestralidad «no está bajando». También, hicieron hincapié en que el reconocimiento de las enfermedades profesionales son «otra asignatura pendiente».

La solución, apuntaron, pasa por la concienciación de los empresarios, «no pueden pensar que la seguridad va en contra de sus beneficios». Esta idea fue avalada por el estudio sobre los costes económicos de los accidentes de trabajo que ayer presentó el consejero de Hacienda y Empleo, Juan José Muñoz.

Este informe cuantifica los costes pecuniarios que soportaron las empresas riojanas por accidentes laborales en 2005 y el gasto en las medidas preventivas que hubieran podido evitarlos. La conclusión es que «la inversión media en prevención es siete veces menor que el coste que origina el propio accidente de trabajo».

En cifras, un percance laboral supone, incluidos costes de personal, daños materiales y responsabilidades administrativas, un gasto medio de 3.427 euros. Su prevención habría originado un desembolso de 500 euros, incluida formación y equipamiento.

A lo largo de la jornada, Raposo apuntó que «el Gobierno lo más que hace son campañas para lavar su responsabilidad». En su opinión, «no puede ser que se concedan millones (a las empresas) sin ninguna consideración sobre las condiciones de trabajo». Por ello, exigió que «no haya más dinero, mientras que las empresas no garanticen el derecho a la salud». USO también reclamó políticas que «sirvan para disminuir hasta erradicar la siniestralidad».

Fuente: www.elcorreodigital.com

La OMS pide medidas para evitar las 200.000 muertes anuales por cáncer originado en el trabajo

De todos los cánceres el de pulmón es el que más relacionado está con el lugar del trabajo por la inhalación de fibras de amianto y humo de tabaco, que aún se permiten en algunas empresas.

Todos los años, al menos 200.000 personas mueren de cáncer relacionado con sus lugares de trabajo, según aseguró hoy en un comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La organización ha aprovechado la celebración del ‘Día mundial por la seguridad y la salud en el trabajo’ para reclamar a los gobiernos y a la industria medidas para proteger a los trabajadores.

Entre otras medidas, mencionó que no se use el amianto, introducir disolventes libres de benceno, prohibir el consumo de tabaco en el trabajo y procurar ropas adecuadas a los empleados que trabajan al sol.

Prevenibles

Millones de trabajadores corren el riesgo de desarrollar cáncer, como el de pulmón y mesotelioma (tumor maligno de la pleura o tejido que recubre el pulmón) por la inhalación de fibras de amianto y humo de tabaco.

Asimismo, también pueden desarrollar leucemia por la exposición, en el lugar de trabajo, al benceno (disolvente utilizado como reactivo en operaciones de laboratorio y usos industriales).

La buena noticia es que los riesgos para desarrollar un cáncer laboral son prevenibles, según la OMS.

El más común

El cáncer de pulmón, mesotelioma y el cáncer de vejiga son los más comunes, siendo el primero el que más relacionado está con el lugar de trabajo.

Actualmente 125 millones de personas, en todo el mundo, están expuestas al amianto en sus trabajos, y cada año mueren 90.000 personas de enfermedades relacionadas con esta sustancia. Miles más mueren de leucemia por la exposición al benceno.

«La tragedia del cáncer provocado por amianto, benceno y otros cancerígenos es que lleva mucho tiempo sin que se tomen medidas de protección», dijo Maria Neira, directora de Salud Pública y Ambiental de la OMS.

En el mundo desarrollado

En la actualidad, la mayoría de las muertes causadas por factores de riesgo ocupacionales ocurren >b>en el mundo desarrollado. Esto es resultado del uso extendido de sustancias cancerígenas desde hace 20 ó 30 años.

Si el uso actual de productos cancerígenos en países en desarrollo continúa, en las próximas décadas se producirá un aumento significativo del cáncer ocupacional, advirtió la OMS.

Fuente: www.websalud.com

Trabajar ¿enferma?

Pese a que la pregunta puede tender a la broma, un gran número de patologías proviene de algo tan impensado como respirar durante ocho horas diarias un aire «viciado». «Cada profesión tiene su riesgo», dijo un médico a Infobae.com.

Una persona que cumple jornadas de ocho horas respira durante su trabajo 14 mil litros de aire. Semejante volumen establece indudable relación entre los factores ambientales del trabajo y la salud de los trabajadores expuestos.

El doctor Jorge Draghi es especialista en Neumonología y coordinador adjunto de la sección enfermedades respiratorias de origen ocupacional de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMAR).

Con motivo de celebrarse mañana el Día Internacional de la Salud y Seguridad Ocupacional, Infobae.com consultó al profesional acerca de las patologías de origen laboral.

â??Son más de las que uno creeâ??, destacó el doctor, quien aseguró que la mayoría de las enfermedades son â??tóxicas del aparato respiratorio y provienen de las más de 400 sustancias que causan enfermedades pulmonaresâ??.

Para el profesional, â??todas las ocupaciones tienen un porcentaje de riesgoâ?? y generalmente â??tiene que ver con falta de medidasâ??, como el uso de ropa adecuada, máscaras o fallas en el sistema de ventilación.

Al conocido daño que ocasiona el tabaco en las empresas en las que se permite fumar, se suman neumoconiosis (enfermedad causada por la inhalación de polvos orgánicos o gases irritantes) y otras producidas por asbesto (presente en las fábricas de embriagues), diluyentes de pinturas, soldadoras.

También los pasteleros y panaderos están expuestos a sustancias que producen enfermedades respiratorias de origen ocupacional, así como los trabajadores del campo, quienes manipulan diferentes tipos de venenos.

Pero si usted es un empleado â??de cuello blancoâ?? – tal como se conoce a quienes se desempeñan en oficinas, bancos, empresas- las emanaciones de tóner de impresoras o fotocopiadoras, el humo del tabaco o la falta de limpieza de los filtros de aire acondicionado (que acopian hongos que traen patologías respiratorias) y alfombras (en las que proliferan los ácaros y sustancias tóxicas) serán sólo algunos de los factores de riesgo a los que estará expuesto.

Draghi destacó, asimismo, que la climatización de los edificios suele predisponer a quienes allí trabajan a â??resfríos, bronquitis o neumoníaâ??.

â??Las temperaturas en algunas empresas, cines o bancos acostumbran ser extremas, tanto de frío o calor, lo que provoca diferentes enfermedades respiratoriasâ??, remarcó el profesional. Y agregó: â??En verano, los aires acondicionados deberían estar entre los 24 y 26 grados, sin embargo los mantienen a 19 grados, lo que expone al cuerpo humano a cambios abruptos de temperaturaâ??.

Pero las enfermedades laborales que comprometen al sistema respiratorio y con él tanto la salud general como la calidad de vida son más comunes de lo que se supone.

Si bien cada paciente es tratado en forma individual, detectar el origen laboral de una enfermedad permite establecer el agente causal. Esto dará cuenta de la posibilidad de generar estrategias preventivas no sólo para el paciente afectado sino también para su entorno de trabajo.

La característica de las enfermedades laborales, especialmente las respiratorias, es que al conocerse su origen es posible diseñar procedimientos preventivos, para anular o minimizar la agresión ambiental.

La característica de las enfermedades profesionales respiratorias es su prolongado período de latencia: 10, 15 años o más, desde la exposición laboral y la aparición de los síntomas. Por eso, un diagnóstico preciso requiere exhaustiva anamnesis (estudio de los antecedentes del caso) y una evaluación de la historia laboral del paciente.

En nuestro país, el tema tiene escasa repercusión y es insuficiente la cantidad de peritos o expertos en el tema. Los reportes de disturbios de origen laboral expresan una casuística moderada, pero engañosa. Esto se debe a un claro subdiagnóstico respecto de la etiología, o sea, del origen de una patología laboral.

La casuística mundial declarada por la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) señala que las enfermedades de origen laboral producen el 82% de las patologías ocupacionales, mientras que los accidentes de trabajo sólo suman el 18%, aproximadamente.

En nuestro país, según las estadísticas de la Superintendencia del Trabajo, se detectaron en 2005 solo 1,7% de enfermedades ocupacionales: las respiratorias ocupan el segundo lugar. Siendo la mayor casuística atribuible a los accidentes de trabajo y los accidentes in itinere.

Un detalle de las patologías

Las primeras patologías respiratorias laborales estudiadas fueron las que afectaban a los operarios de minas carboníferas. La inhalación reiterada de polvo de sílice conllevaba a una enfermedad respiratoria conocida como silicosis. Si bien más tarde la economía mundial dejó de usar carbón como primera opción energética, aún hoy en los países subdesarrollados este mal afecta a muchos trabajadores: los trabajos en canteras y túneles, en la extracción de minerales, en la molienda de piedra.

El uso de abrasivos como lija y chorro de arena en trabajos de pulido, la utilización de talco industrial, los trabajadores de la cerámica, vidrio y de la construcción también originan silicosis. Este efecto de la inhalación de partículas de sílice conduce al trabajador expuesto a insuficiencia respiratoria por fibrosis pulmonar y los afectados estarán, por añadidura, más expuestos al desarrollo de tuberculosis, bronquitis crónica y otras patologías respiratorias.

La inhalación de agentes orgánicos como excrementos de ave, hongos y bacterias pueden provocar neumonitis por hipersensibilidad, denominada también alveolitis alérgica extrínseca. Se han detectado más de 30 sustancias patogénicas. Comienza con un cuadro pseudo-gripal, febril y muchas veces con un componente obstructivo de las vías aéreas y cuando el enfermo deja de estar en contacto con los factores desencadenantes, los síntomas se atenúan o desaparecen. Pero en ocasiones estas neumonitis se tornan severas y conducen a un estado de fibrosis pulmonar irreversible luego de un largo período de latencia.

La International Agency for Research on Cancer (IARC) produjo un listado de carcinógenos reconocidos: arsénico, asbesto (amianto), éter, cromo, sílice, ciertos hidrocarburos, níquel, cadmio, radón, gas mostaza. Y como posibles, aunque no definitivamente probados agentes de cáncer, los insecticidas no arsenicales, acronitrilo, cloropreno, dimetilsulfato, compuestos del plomo, humos de soldadura y varios otros. Muchos de estos factores están presentes en el medio laboral, principalmente en las industrias químicas, siderúrgicas y metalúrgicas.

Según las fuentes estadísticas la proporción de cáncer de pulmón de origen ocupacional oscila entre el 10% y 40% de todas las patologías oncológicas. Estos cánceres, al igual que el provocado por el hábito tabáquico son absolutamente prevenibles y no están relacionados con el tiempo de exposición.

La exposición a asbesto es un factor de riesgo oncogénico conocido, se potencia con el tabaco: los fumadores expuestos quintuplican la probabilidad de contraer cáncer de pulmón.

El mesotelioma maligno, tumor derivado de células de la cavidad pleural y peritoneal, tiene una fuerte relación con la exposición al asbesto. La incidencia en el Reino Unido, por ejemplo, supera los 1.000 casos al año y allí se teme que en 2020 alcanzará los 3.500.

Se considera que de 5 a 15 % de los casos de asma son de origen laboral. Es la enfermedad respiratoria ocupacional más extendida en países desarrollados. Se conocen más de 150 sustancias capaces de ocasionar asma ocupacional (AO), que se pueden clasificar en dos grupos. El primer grupo requiere un período de sensibilización o latencia, como el polvillo de madera y la inhalación de polen, entre otros.

En el segundo, la exposición a potentes irritantes derivados del cloro, resinas, poliuretanos y otros elementos produce un tipo de asma sin período de latencia llamada asma inducida por irritantes. Condiciones laborales que incluyan estos agentes pueden agravar un asma anterior o bien desencadenarla. Mecanismos inmunológicos tienen un papel central en el AO con período de latencia.

En cuanto al AO sin período de latencia (inducida por irritantes) se caracteriza por síntomas respiratorios después de inhalar tóxicos como cloro, amonio, dióxido de azufre y otros. Clínicamente, el AO se caracteriza por un cuadro que mejora en vacaciones y fines de semana, pero esta relación no siempre es evidente. Si el trabajador expuesto no es alejado de la fuente laboral que origina dificultad respiratoria obstructiva, puede generarse un asma crónica que no se recupera ni siquiera después de años de abandonar la exposición

Los agentes etiológicos de este grupo de enfermedades son identificables y mensurables; por lo tanto, prevenibles. Todo dependerá de las políticas laborales y en especial en qué condiciones de trabajo se desea implementar para garantizar un ambiente laboral confortable, un trabajo digno.

Si la ciencia y la técnica originaron el riesgo, serán éstas las que deban generar soluciones para que el trabajo dignifique, sin enfermar a quien lo realice.

Por Valeria Chavez Infobae.com

Fuente: www.infobae.com