Los traumatismos por caídas y golpes, y la ingestión de objetos pequeños generan la mayor cantidad de emergencias. Los descuidos en el hogar constituyen la primera causa de muerte en niños de 1 a 18 años. Para evitarlos es fundamental la prevención y el control constante de los padres.
En la guardia del hospital de Niños Dr. Orlando Alassia se atiende diariamente un promedio de 18 chicos que ingresan por haber sufrido un accidente doméstico. El año pasado de las 88.737 urgencias que los especialistas recibieron en el nosocomio 6.669 (7,5%) fueron consultas de pacientes a los que les había ocurrido un percance en el hogar. Las consecuencias en el cuerpo pueden ser severas y, en el peor de los casos, irreversibles.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) considera a los accidentes domésticos generan lesiones y son diferentes de los ocurridos en el tránsito. En las estadísticas de la SAP, a nivel nacional representan la primera causa de fallecimiento desde el primer año de vida hasta los 18. Para la definición es necesaria la comparación con los accidentes en el tránsito ya que los mismos constituyen la primera causa de muerte pero de 1 a 35 años.
A veces, la necesidad de explorar, un juego o una picardía puede convertir cualquier rincón de la casa en un riesgo latente. Según el doctor Lucas Navarro, secretario del Comité de Accidentes de la Sociedad Argentina de Pediatría (filial Santa Fe) y pediatra del hospital de niños Dr. Orlando Alassia, la ciudad se encuentra dentro del promedio nacional de accidentes ocurridos en las viviendas.
Padres atentos
Para los más chicos, la propia casa puede ser el espacio donde se sientan cómodos y contenidos aunque a veces, también representa innumerables peligros y tiene su correlato en la guardia del Alassia. Para evitarlos es fundamental la vigilancia permanente de los adultos.
Los traumatismos por caídas y golpes encabezan el índice de las atenciones en la guardia del Alassia por percances en el hogar en niños de 8 a 10 años. El uso del andador, una de las alternativas que se utilizan para que los bebés que todavía no caminan puedan movilizarse solos, es la principal causa de esas lesiones en niños de un año. El riesgo de que sufran un traumatismo de cráneo es cuatro veces mayor para los niños que se deslizan en el andador que para aquellos que no lo utilizan. “Es sabido que el andador no ayuda a que caminen antes e incluso, demora el aprendizaje porque el niño no ve sus pies”, precisó Navarro.
A raíz de su experiencia diaria en el hospital, el pediatra se mostró particularmente preocupado por los traumatismos que genera el desprendimiento de las piletas de lavar de hormigón que no están amuradas sino apoyadas sobre ladrillos. “Los chicos se cuelgan y se las tiran encima. Es preocupante las heridas que provocan en el abdomen, lesiones muy graves en el hígado y en el bazo. Atendimos niños que tuvieron que ser operados y permanecieron en terapia intensiva por muchos días”, precisó el especialista.
La ingestión de pequeñas piezas es la segunda causa de atenciones por accidentes domésticos en la emergencia del Alassia, particularmente en niños de tres a cinco años. “Se da en el momento que empiezan a jugar solos, por eso es muy importante que no tengan acceso a piezas pequeñas, que se puedan desarmar”, alertó Navarro.
Generalmente, los niños tienden a introducirse los objetos en la nariz, en los oídos o se los tragan. Los casos más preocupantes son aquellos en los que para retirarlos deben realizar una cirugía o en los que el tiempo corre en contra. Para sacar un alfiler, por ejemplo, los especialistas introducen una sonda con una pequeña pinza en el extremo y así lo retirarán de donde está alojado. Si en cambio un niño se traga una pila, el médico debe actuar inmediatamente porque despide tóxicos que pueden dañar seriamente los intestinos.
Las quemaduras se encuentran en el tercer lugar en la lista de atenciones de percances en el hogar y son provocadas en su mayoría por agua caliente de pavas o termos. Las lesiones y cicatrices quedan principalmente en el rostro y en las extremidades superiores.
El último de los índices lo constituyen las intoxicaciones, en la mayoría de los casos de medicamentos y productos de limpieza. “Es importante que cuando lo niños circulan por la casa, no encuentren esos elementos fácilmente. Siempre deben estar bien cerrados y a una altura considerable”, recomendó el pediatra.
Por Salomé Crespo
screspo@ellitoral.com