Los accidentes en instalaciones de hidrocarburos en España se han cobrado la vida de, al menos, trece personas desde 2002, incluyendo los dos trabajadores que han fallecido en el incendio de la refinería onubense de La Rábida de Cepsa en Palos de la Frontera.
La misma planta sufrió el 8 de octubre de 2001 una explosión por gas propano, que provocó un incendio de gran intensidad pero no hubo que lamentar desgracias personales.
El 14 de enero de 2002, un trabajador falleció y otro resultó herido en el incendio registrado en uno de los depósitos de la planta de carburantes de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) en Santovenia de Pisuerga, cerca de Valladolid.
El 14 de agosto de 2003 tuvo lugar la tragedia más grave en este tipo de plantas industriales.
Ese día, nueve trabajadores fallecieron y otros dos resultaron heridos graves a causa de una explosión que afectó a media docena de tanques de la refinería de Repsol YPF en Puertollano (Ciudad Real), que contenían 8.600 metros cúbicos de gasolina refinada.
El 15 de abril de este año, una explosión en la refinería de Repsol en A Coruña se cobró la vida de una persona y provocó varios heridos.