Ni bien se traspasa el umbral de la escuela Rodolfo Rivarola alerta el olor a madera y papeles quemados. Varios pasos más allá la imagen sea quizás más chocante que el aroma: los desechos de una pira son nada menos que libros. Un grupo de vándalos no tuvo mejor idea el domingo a la madrugada que cortar el tejido de seguridad, romper el vidrio de una ventana, prender un aerosol y arrojarlo en la biblioteca de la Escuela Nº816 (Cullen 2910) en el distrito Oeste. Como resultado del salvaje acto, el establecimiento perdió una inestimable cantidad de libros nuevos y usados, mobiliario y hasta una computadora donde se estaban informatizando las colecciones.
En medio de la adversidad, las autoridades de la escuela reconocieron el gesto de los alumnos, padres y ex alumnos que inmediatamente donaron libros, y de la delegada del Ministerio de Educación en Rosario, Adriana Bertolotti, quien le pidió a la directora del establecimiento, Adriana Claria, un presupuesto para la compra de libros y para enrejar todo el perímetro de la Rivarola, un antiguo requerimiento de esa comunidad educativa.
El hecho ocurrió cerca de las 5.30 del domingo, y los bomberos fueron avisados de un incendio en el interior de la escuela. Con la ayuda de cooperadores, consiguieron apagar el fuego, producido, según dijeron las autoridades de la 816, con un aerosol encendido y arrojado al interior de la biblioteca. Debido a los elementos allí almacenados, el fuego se extendió rápidamente tomando libros, armarios, estantes, mesas, sillas, el cielo raso y hasta una computadora, detalló la bibliotecaria Alicia Scampino.
La escuela Rivarola está en medio de una inmensa barriada de zona oeste y atiende a unos 800 alumnos en el nivel inicial y los tres ciclos de la EGB. Este año ya soportaron el robo del comedor y la salida de funcionamiento de todo el tendido eléctrico por un sabotaje.
Y aunque pudiera entenderse una toma de posición extrema, luego de escuchar de la seccional 32a. -donde se radicó la denuncia- un simple «hacemos lo que podemos», la directora sólo llamó a la reflexión: «Los que hacen esto son chicos enfermos. Más que policías ellos necesitan médicos que los curen». La educadora se refería a problemas de adicción a drogas y a la falta de contención: «Acá se necesita un polimodal, porque cuando terminan la EGB y pueden ir a otra escuela, quedan en la calle sin asistencia alguna».
Es más, según explicó Glaria, la escuela presentó un proyecto a la Municipalidad, en el marco del Presupuesto Participativo, para desde el año próximo ofrecer en la escuela talleres de prevención en adicciones. La directora solicitó que cualquier donación se haga llegar a la escuela o bien se avise al establecimiento al teléfono 472-7583.