Un soldador ecuatoriano abandonado en pleno accidente de trabajo

# Perdió su mano izquierda y su jefe le ordenó que no dijera que era empleado suyo.
# De él dependen su madre (aún en Ecuador) y una hija menor.
# El Consulado de Ecuador lo apoya para que llegue hasta el final con la demanda.

ZULMA SIERRA / BARCELONA / 31 de enero 2011 La vida de Arturo* dio un giro de 180 grados el 12 de enero, cuando su mano izquierda se enganchó en un torno. Desde 2005 trabajaba como soldador en una fábrica de piezas para barcos en Vilassar de Mar y, pese a su sobrada experiencia, sufrió lo que menos se esperaba: un accidente laboral.

Arturo viene trabajando como soldador desde 2005 en la misma empresa que hoy le da la espalda.

«El encargado llamó al jefe y me lo pasó al teléfono. Me dijo: ¿te has hecho mucho daño?. Yo le dije que sí y enseguida me pidió que me quitara el mono de trabajo, que no dijera que había sido en la empresa porque si no, los jodía a todos», recuerda Arturo en conversación telefónica con EnLatino.

Él, que trabajó con contrato entre 2005 y noviembre de 2008, tuvo que aceptar seguir «sin papeles» a partir de ese momento y cobrar «en negro». «Acepté esas condiciones porque no quería perder mi trabajo y porque siempre han sido puntuales con el pago». Sin embargo, aquel día, «me dejaron tirado y eso no se hace».

Una vez en el hospital de Mataró, Arturo y su encargado sostuvieron la mentira de que se había tratado de un accidente en el espigón, mientras pescaba.

«Me amputaron la mano izquierda y no sé qué va a ser de mi vida. Quiero hacerme la comida yo mismo, pero no puedo. No puedo hacer prácticamente nada», dice entre lágrimas este ecuatoriano que llegó a Barcelona en 2003 y del cual dependen su madre (aún en Ecuador) y una hija.

Él no quiere que ellas se enteren de lo sucedido y, mientras tanto, se apaña como puede en casa con ayuda de su mejor amigo, el boliviano Freddy.

Su jefe fue a verlo al hospital en dos ocasiones; pero siempre para recordarle que no dijera nada; que ya resolverían lo del pago de su alquiler y el envío de dinero a su madre. Que no lo delatara.

El Consulado de Ecuador en Barcelona y la Federación de Asociaciones de Ecuatorianos en España (FAEC) lo convencieron de lo contrario y ha interpuesto una demanda contra la empresa.

El empresario, Jaume Comas, y el encargado que llevó a Arturo hasta el hospital están en libertad con cargos, a la espera del llamado del juez.

Al empresario le atribuyen delitos contra los trabajadores, omisión del deber de socorro y obstrucción a la justicia. Al encargado, omisión del deber de socorro y encubrimiento.

El Consulado espera que el caso se resuelva favorablemente para su compatriota y que, además de una indemnización justa se le conceda el permiso de residencia y trabajo en España.

Fuente:
http://www.enlatino.com/

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