Un empresario ha reconocido su responsabilidad en un accidente laboral ocurrido en Corvera en junio de 2012, en el que falleció un trabajador tras caerle encima un armario eléctrico de unos 300 kilos de peso. El acusado aceptó una condena por un delito contra la vida y salud de los trabajadores y otro por homicidio imprudente, tras reconocer los hechos planteados por la Fiscalía, por lo que ha sido condenado a un año y seis meses de prisión. Los familiares del fallecido habían renunciado al ejercicio de las acciones penales y civiles.
Un empresario ha reconocido su responsabilidad en un accidente laboral ocurrido en Corvera en junio de 2012, en el que falleció un trabajador tras caerle encima un armario eléctrico de unos 300 kilos de peso. El acusado aceptó una condena por un delito contra la vida y salud de los trabajadores y otro por homicidio imprudente, tras reconocer los hechos planteados por la Fiscalía, por lo que ha sido condenado a un año y seis meses de prisión. Los familiares del fallecido habían renunciado al ejercicio de las acciones penales y civiles.
Fue sobre las 12 horas del 11 de junio de 2012 cuando F. M. H., nacido en 1956, se encontraba en el polígono industrial Sánchez Cima I, La Rozona (Corvera), junto con otros operarios, realizando tareas de montaje de centros de transformación para fotovoltaica.
Dentro del contenedor se encontraban F. M. H., de un lado, y un compañero, del otro. En un momento dado, el armario se desequilibró y se desplomó sobre F. M. H., que sufrió un traumatismo craneoencefálico severo, que le produjo la muerte.
El accidente se debió al hecho de transportar y posicionar verticalmente un armario de ese peso, con las pinzas de un toro, sin elemento alguno de fijación o amarre. Se omitieron las condiciones apropiadas de seguridad para el riesgo que se creó, teniendo en cuenta las características del lugar, el equipo de trabajo y el procedimiento que se empleó, totalmente inadecuado.
Según Fiscalía, el acusado era gerente de la empresa para la que trabajaba el fallecido y el máximo obligado en materia de seguridad. Conocía el procedimiento inadecuado que se empleaba para la introducción de los armarios y debería haber adoptado los medios para que se estudiara y planificara la forma adecuada y segura de introducción de los equipos eléctricos.
También tiene que abonar una multa de 1.280 euros y pago de una indemnización al Sespa por los gastos sanitarios. De esta cantidad responderá de forma directa la aseguradora de la compañía para la que trabajaba el fallecido y, subsidiariamente, la propia empresa.