La ausencia de prevención de las enfermedades profesionales tiene profundos efectos negativos.
Hace poco más de un año, el derrumbe en un taller textil en Bangladesh, en el que morían 1200 trabajadores, ocupaba tan solo un espacio secundario en los medios masivos de comunicación a escala planetaria. En algunos casos fue mencionado apenas un par de días hasta que acontecimientos de la política internacional terminaron eclipsando un drama para nada excepcional, en plena era de la globalización económica donde la creciente precariedad laboral se transforma en norma.
El 24 de abril del 2013, en el edificio Rana Plaza, ubicado en la barriada obrera de Savar, cerca de la capital Dhaka, miles de obreros fueron víctimas de la inseguridad laboral naturalizada no sólo por las autoridades de control municipal de la populosa ciudad capital de Bangladesh, sino por las grandes firmas internacionales que confeccionan ropa pret-a-porter con trabajo cuasi esclavo, en tugurios insalubres no solamente en la capital del país asiático sino en decenas de ciudades de los llamados «países en desarrollo». Ver más