La minería ha registrado al menos un muerto cada año desde 2000 – El pasado ejercicio se produjeron 1.809 accidentes con baja, 1.206 en Asturias
Langreo / Mieres, L. M. D. La minería del carbón (extracción de hulla, antracita y lignito) es, con mucha diferencia, el sector que, proporcionalmente, tiene la más alta siniestralidad laboral en España. En el año 2012, los 6.158 trabajadores que, según el Ministerio de Trabajo, están adscritos a esta actividad, sufrieron 1.809 accidentes laborales. Esto supone una tasa anual de incidencia de 29.376 (la cifra de accidentes laborales en caso de que hubiese 100.000 trabajadores), la más elevada del país, muy por delante (cuatro veces más) de actividades como la recogida, tratamiento y eliminación de residuos (7.166,7) o la metalurgia, fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones (6.502,7). Estos índices de siniestralidad contrastan con los sectores más tranquilos, que serían el personal doméstico en hogares (234,5) y las actividades financieras y de seguros (315,4). En todo el año 2012, se registró un accidente mortal en el sector. Este 2013 ya no podrá ser, desgraciadamente, el primer ejercicio sin víctimas desde el cambio de milenio, ya que un terrible escape de gas en el pozo Emilio del Valle de León acabó con la vida de seis trabajadores.
Únicamente con este accidente la minería del carbón española vivirá su peor año desde 2009, cuando también se produjeron seis víctimas mortales en el sector en toda España. En los últimos tres ejercicios, las accidentes con resultado de muerte se habían reducido a uno en 2012 y 2010 y a cuatro en 2011, el último año que hubo un muerto en Hunosa (en el pozo Candín). Desde el año 2000, eso sí, la tendencia en el sector ha sido claramente descendente. El número de trabajadores en la mina se ha reducido, pero también los accidentes. En 2000, hubo hasta 31 víctimas mortales en las minas nacionales. Hasta el momento, no ha pasado un año en el que no haya muerto ningún minero.
Las estadísticas del Ministerio de Trabajo dejan claro que el de la minería es, con mucha diferencia, el sector laboral más peligroso. En 2012, pese a las huelgas, los paros y los expedientes de regulación de empleo (ERE), en el sector hubo 1.809 accidentes que necesitaron pedir la baja laboral. El sector contaba, a finales de ese año, con 6.158 empleados (entre explotaciones de hulla, antracita y lignito). En 2011, la siniestralidad laboral fue incluso superior, al haber 2.127 accidentes que necesitaron la baja, con 6.651 mineros. En 2010, hubo 2.761 siniestros, y en 2009, 3.319.
En Asturias, la minería del carbón es, en números totales, la actividad que registra un mayor número de accidentes, a pesar de la caída del empleo en el sector. El bajón de actividad en la construcción volvió a situar a la minería al frente de esta estadística de siniestralidad laboral, ya que acumula el 11,5 por ciento del total de los siniestros con baja. Todo ello a pesar de que el sector da empleo directo a menos del 1% de todos los trabajadores de la región. En 2012, y pese a la huelga que paralizó las minas durante el verano, en Asturias hubo un total de 1.206 accidentes, si bien ninguno fue mortal. Esto supone que hubo al menos un siniestro con baja casi por cada dos trabajadores en el sector, ya que en Asturias había, a 31 de diciembre del año pasado, 2.542 trabajadores cotizando en el régimen especial de la minería.
Las inversiones en seguridad (paralizadas a finales de 2011 por el recorte de las partidas del Plan del Carbón), la formación, la concienciación de los trabajadores y los recortes de personal derivados de los planes de ajustes del sector lograron disminuir el número de accidentes en Asturias si se comparan con los años anteriores, ya que pasaron de 1.684 en 2010 a 1.423 en 2011 y los 1.206 de 2012.
El accidente del día 28 de octubre en el pozo Emilio del Valle fue el peor de la minería española desde el trágico suceso de Nicolasa, en Mieres, donde fallecieron 14 mineros en el año 1995. Un siniestro a partir del cual comenzaron a hacerse más habituales los medidores del nivel de grisú. Sin embargo, el peor accidente de la historia de la minería asturiana fue el ocurrido en el 2 de enero del año 1889 en la localidad allerana de Boo. Un total de 30 mineros murieron a consecuencia del siniestro, dos de ellos días después del accidente. Se da la circunstancia de que, al ser un día después del año nuevo, un buen número de trabajadores no había acudido a su puesto de trabajo, por lo que la tragedia podía haber sido mucho peor, tal y como relatan historiadores como Pedro Rodríguez Cortés (Cronista del Centro Asturiano de Oviedo).
Eso sí, la mayor tragedia de la historia de la minería en España no tuvo lugar ni en Asturias, ni en León, ni en Palencia, ni en Aragón, regiones con una amplia y aún viva tradición minera. El peor accidente registrado en el sector tuvo lugar el 28 de abril del año 1904, en el municipio de Villanueva del Río y Minas, en la provincia de Sevilla, en la explotación conocida como minas de La Reunión. El accidente le costó la vida a 63 mineros, y hubo un número indeterminado de heridos. El suceso se produjo cuando el rey Alfonso XIII estaba de visita en Andalucía, y trató de ser silenciado.
Las cifras
Comparativa entre sectores
La tasa anual de incidencia en la minería es de 29.376 (la cifra de accidentes laborales en caso de que hubiese 100.000 trabajadores), la más elevada del país. Es cuatro veces superior a la de actividades como la recogida, tratamiento y eliminación de residuos (7.166,7) o la metalurgia, fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones (6.502,7). En sectores más tranquilos como el personal doméstico en hogares (234,5) y las actividades financieras y de seguros (315,4), el índice es mucho menor.
Víctimas mortales
Con el accidente del pozo Emilio del Valle de León, en el que fallecieron seis trabajadores, la minería del carbón española vivirá su peor año desde 2009, cuando también se produjeron seis víctimas mortales en el sector en toda España. En los últimos tres ejercicios los accidentes con resultado de muerte se habían reducido a uno en 2012 y 2010, y a cuatro en 2011, el último año que hubo un muerto en Hunosa (en el pozo Candín).
Grandes accidentes
El peor accidente de la historia de la minería asturiana fue el ocurrido el 2 de enero del año 1889 en la localidad allerana de Boo. Un total de 30 mineros murieron a consecuencia del siniestro. La mayor tragedia de la historia de la minería en España tuvo lugar en Sevilla, donde perdieron la vida 63 mineros.