CASI 900 MIL MENORES TRABAJAN EN BOLIVIA
Bolivia se encuentra trabajando en un polémico proyecto que aprobaría que los niños desde 10 años que quieran trabajar “por cuenta propia” puedan hacerlo con la autorización de la Defensoría de la Niñez. El proyecto, denominado Código del Niño, Niña y adolescente, ya consiguió el aval en Diputados y ahora será revisado por la Cámara alta. De ser aprobado, entrará en vigencia en agosto de 2015.
Actualmente, la edad mínima para trabajar es de 14 años en Bolivia. Sin embargo, la ley en estudio admite excepciones, como el caso de menores desde 10 años que trabajen “por cuenta propia” o de forma independiente. Se busca legalizar así la situación de miles de niños que son lustrabotas en las áreas urbanas como forma de obtener algún ingreso para sobrevivir.
Hoy en día, el régimen laboral en Bolivia prohíbe específicamente el trabajo de niños en la cosecha de caña de azúcar y de castaña, en la minería, en las ladrilleras, en la venta de bebidas alcohólicas y en la recolección de desechos que afecten a la salud.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo infantil alcanza en Bolivia el 35% y afecta a casi 900 000 menores, especialmente en las áreas rurales, lo que dificulta la aplicación de su regulación.
La cultura del trabajo de los menores de edad en las áreas rurales está muy extendida, y se considera que el trabajo de los niños forma parte de su aprendizaje como miembro de una familia y una comunidad.
El proyecto que habilitaría que los niños trabajen prevé la incorporación de menores en la Seguridad Social y una jornada laboral de seis horas. Los niños que accedan al mercado laboral tendrán los mismos beneficios que un adulto, como por ejemplo derecho a participar en organizaciones sindicales e incluso podrán convertirse en dirigentes.
El tema es complejo de abordar, no sólo por lo que significa el trabajo infantil y la importancia de preservar a los niños en la escuela, sino porque es precisamente en el mismo ámbito de los niños donde el gobierno de Evo Morales encuentra una feroz resistencia a la hora de querer prohibir el trabajo infantil antes de los 14 años.
Ya a fines del año pasado, cuando el gobierno tenía decidido aprobar el proyecto de ley que fijaba los 14 años como la edad mínima para trabajar, la protesta de los chicos consiguió postergar la decisión.
Tras serios disturbios, con represión policial incluida, Evo debió recibir a 30 niños y adolescentes en el Palacio Quemado, encabezados por el jefe del sindicato de niños trabajadores, Henry Apaza, de 13 años.
Ellos no quieren que se prohiba el trabajo infantil a menores de 14 años. De hecho, los niños son un segmento muy importante del ámbito laboral boliviano, especialmente porque ofrecen mano de obra barata o gratuita, si trabajan para la familia.
El primer presidente indígena del país recuerda que él mismo tuvo que trabajar como niño pastor de llamas. “Por supuesto, no se puede explotar al niño, pero a veces la necesidad obliga a trabajar”, afirmó el propio Morales.
Ahora, el texto de la norma con las modificaciones, incluye una serie de observaciones. La denominación “por cuenta propia”, que abarcaría a los niños a partir de 10 años con autorización y a los mayores de 14, se refiere al desempeño del menor que “sin formar parte de la actividad familiar o comunitaria realiza un trabajo sin que exista relación de subordinación o dependencia laboral”.
En las áreas urbanas, la principal actividad que realizan “por cuenta propia” es la de lustrabotas.
Que lamentable que suceda estos en Bolivia y otros lugares en el mundo.
Los chicos debieran tener como obligaciones estudiar y disfrutar su niñez, el estado es el responsable de garantizar estos derechos.
La familia (base fundamental de crianza de los niños) y la educación, entre otros, son herramientas que pueden generar grandes cambios sociales, culturales y dar progreso al país.
Es una locura que vivamos en el siglo XXI y todavía no entiendan ésto los encargados de gobernar y velar por los habitantes de un país.