En Colombia el sistema de registro de Accidentes de Trabajo, AT, y de Enfermedad Profesional, EP, no se encuentra estandarizado.
Los registros se hacen manualmente, no se realizan fórmulas de cálculo y aún está por desarrollar un manejo normalizado de los datos. Así lo reveló un estudio del grupo de Investigación Giscyt de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.
Estos índices de frecuencia y severidad de los accidentes de trabajo y de enfermedad profesional permiten que se evalúe la capacidad de las empresas para garantizar buenas condiciones de trabajo y se tenga en cuenta, de manera real y efectiva, la seguridad física de sus empleados.
Los índices no buscan prevenir, es decir, se realiza el conteo de los eventos pero no se definen acciones de control concretas, lo cual se debe a que las empresas aun están desarrollando sistemas de indicadores para este tipo de datos, afirmó Juan Alberto Castillo, investigador que lideró el estudio.
“A pesar de existir una legislación vigente en Colombia, la consulta a las diferentes entidades que registran este tipo de datos muestra una diversidad de formas de cálculo y tratamiento de los mismos”, señaló.
La investigación señala que en Colombia el análisis combinado de estos índices con fines de desarrollo de políticas de prevención en el trabajo está aún por desarrollarse.
Destaca que aún no se ha medido el impacto de las transformaciones laborales, tales como la subcontratación y tercerización en la calidad de los índices reportados por las empresas y entidades responsables.
En lo referido a indicadores de salud (EP, enfermedad general y ausentismo) se nota un vacío grande de manejo, no se efectúan análisis de envejecimiento de la población trabajadora e incremento del ausentismo y no se correlaciona con el fenómeno del accidente de trabajo.
Según la Federación de Aseguradores Colombianos, Fasecolda, el crecimiento del número de accidentes de trabajo, sumando todos los sectores, ha incrementado en un 7% anual desde 1996 hasta 2008 en Colombia, aunque las cifras del gremio reportan que en 2010 se registraron 45 muertes menos por accidentes laborales.
La Organización Internacional del Trabajo, OIT, indica que los datos de lesionados en el país coinciden con el número de eventos; es decir que aproximadamente cada accidente presentado deja un lesionado, lo que significa días perdidos de trabajo y baja de la productividad, sin mencionar la carga del Sistema de Salud que esto ocasiona.
El estudio recomienda trabajar en el desarrollo de sistemas de registro de índices armónicos que correlecte estos índices en pro de un mejor conocimiento del fenómeno de la accidentalidad y de la enfermedad profesional en el trabajo.
“La falta de este sistema dificulta obtener una adecuada representación del fenómeno en el país y adicionalmente dificulta analizar el impacto de las inversiones en seguridad y prevención con respecto a la reducción de los índices”, dijo el investigador.
Registros de AT orientados a buscar culpables
El estudio encontró que existen diferencias en los criterios definidos para clasificar los eventos y en las fórmulas de cálculo en los indicadores de accidente de trabajo, específicamente en el número de horas consideradas, y que no todos los indicadores fueron registrados por las empresas que participaron de la investigación.
Respecto al uso de los índices, las empresas manifiestan que estos son analizados a la par de los requerimientos de productividad.
El 70% de las empresas ven afectados sus logros y metas de productividad en el momento de ocurrencia de eventos.
Se halló que las empresas que llevan registros de accidente de trabajo los emplean en una perspectiva de búsqueda causal orientada a responsabilizar a alguien, antes que adoptar un enfoque sistémico del problema.
Se debe trabajar en el desarrollo de sistemas de registro de índices armónicos que correlecte estos índices para un mejor conocimiento del fenómeno de la accidentalidad y de la enfermedad profesional en el trabajo.
La falta de este sistema dificulta obtener una adecuada representación del fenómeno en el país y dificulta analizar el impacto de las inversiones en seguridad y prevención con respecto a la reducción de los índices.
Para realizar mejores proyecciones es recomendable desarrollar indicadores de ausentismo y enfermedad. Estos pueden contribuir de manera significativa a comprender la problemática de la accidentalidad y de la salud en el trabajo.
En lo referido al ausentismo se recomienda determinar en las empresas el grado de influencia de la edad y del tiempo de antigüedad en el oficio en la producción de Accidentes de Trabajo.