La muerte de tres operarios, a causa de una explosión en la empresa Metalúrgica Tandil, motivó el reclamo de urgentes medidas de seguridad.
Al parecer, según las denuncias que circulan por distintos medios y redes sociales, la situación dentro de ese establecimiento fabril, que pertenecería a una multinacional del rubro automotriz, sería muy delicada.
En ese sentido, se indicó que, a pocos días de la tragedia, ocurrida el pasado 9 de enero, las actividades ya se han reiniciado y muy a pesar de las quejas relacionadas con el estado de conservación de las materias primas y la infraestructura en los hornos, que son utilizados para fundir metal.
Según algunas versiones, el supuesto estado de precariedad de las instalaciones pondría en serio riesgo a los trabajadores, quienes, junto a familiares de las víctimas, ya realizaron una multitudinaria movilización por el centro de esa ciudad serrana para exigir justicia y políticas de inversión en la planta de la calle Figueroa 544.
El hecho, que es motivo de una investigación judicial, ocurrió cuando el estallido en un horno de fundición le causó la muerte a Lucas Serén (27); Luciano Vargas (31) y Juan Cruz Andrade (34), a causa de terribles quemaduras en distintas partes de sus cuerpos.