En 1974, los miembros del Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos, durante un conflicto con la empresa, protagonizaron una de las más importantes experiencias de la clase obrera argentina, cuando no se limitaron a tomar la fábrica sino que gestionaron la producción durante casi un mes. Lo hicieron como una forma más de lucha.
Leónidas Ceruti – Mariano Resels (INDYMEDIA)
P.A.S.A. Petroquímica Argentina
Esta empresa construyó en la zona norte del Gran Rosario el complejo petroquímico más importante de América Latina para los años 60. Sus instalaciones se encuentran ubicadas en Puerto San Martín, a ocho kilómetros al norte de la ciudad de San Lorenzo, en la zona industrial del Gran Rosario.
Cinco corporaciones norteamericanas unieron sus respectivas experiencias industriales, conocimientos técnicos y recursos financieros de inversión de más de 500 millones de dólares para constituir la empresa: Continental Oil Co., Cities Service, U.S. Rubber, Fish International Corporation y Witco Chemical Compañy Incorporated.
PASA era la única planta de procesos totalmente integrada de América Latina y resumía en una sola fábrica la transformación de nafta, propano y butano, obtenidos de la industria petrolífera, en una amplia gama de hidrocarburos derivados, entre los cuales el más destacado era el caucho sintético.
La fábrica contaba con tecnología de punta, empleando 700 obreros con una preparación técnica de máxima especialización y entre cuyo personal existían técnicos químicos, mecánicos, altamente capacitados, que operaban una planta semiautomática.
El Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos – S.O.E.P.U.
Durante el gobierno de Frondizi, luego de varias negociaciones, distintas empresas multinacionales obtuvieron la aprobación para establecer “sindicatos por empresa”. Entre las más importantes estuvieron las cuatro plantas de FIAT – tres en Córdoba y una en Buenos Aires – y PASA Petroquímica.
El gremio se fundó en 1964 y los primeros dirigentes fueron “designados” por la empresa. Sus posiciones eran pro-patronales y, tras su breve mandato, fueron acusados de corrupción. Al decir de un petroquímico, surgió como un sindicato de “empresa, dócil y amarillo”, con acción geográfica limitada al radio de acción exclusivamente de los departamentos de Rosario y San Lorenzo. En 1967, obreros de distinto origen conformaron la Lista Verde, ganaron las elecciones y el sindicato “fue creciendo y desarrollándose con el transcurso de los años hasta plasmar una personalidad combativa, clasista y democrática que mantendría hasta el momento de ser el primer sindicato intervenido por los genocidas del 76.”
Provocación y asamblea en el interior de la fábrica
El 26 de julio de 1974, los petroquímicos fueron protagonistas, según sus expresiones, “de un hecho imborrable”. La agresión a un compañero del servicio del comedor por parte del concesionario motivó la respuesta inmediata de los trabajadores con el llamado a una Asamblea de Fábrica. En ella se resolvió exigirle a la patronal, en el lapso de tres horas, la caducidad del contrato, “ya que éste provocaba continuos roces entre el gremio y la patronal”.
Al ser rechazada la petición, inmediatamente se convocó a otra asamblea en el galpón de Mantenimiento, en el corazón mismo de la fábrica. Luego de un largo debate, sobre las medidas a tomar, un obrero de base, planteó “ toma de fábrica con gestión y control obrero de la producción”. La propuesta fue aprobada, ante el entusiasmo y el júbilo de los asistentes.
Se organiza la gestión obrera de la producción
Desde ese momento, el Comité de Lucha dio a conocer una serie de Comunicados dirigidos a la opinión pública. En el Nº 1, fechado el 26-7-74, el Gremio denunció al concesionario por agresiones físicas, insultos, amenazas de muerte a un dirigente del Sindicato, manoseo del personal del comedor, trabajo de menores en horas nocturnas, suspensiones arbitrarias, mala calidad de la comida, escasa provisión de la misma, aumento del vale respectivo y que al personal no se le pagaba de acuerdo al Convenio del Gremio según dispuso el Ministerio de Trabajo.
En dicho comunicado agregaban que “los representantes de la patronal escamotearon las únicas respuestas que esperábamos los trabajadores. Nos preguntamos: ¿Qué hubiera pasado si un obrero hubiera agredido a un patrón? PASA, empresa al servicio del imperialismo yanqui, no deja de demostrar en cuanta oportunidad puede su mentalidad represora y antiobrera y en contra del pueblo argentino, provocando constantemente situaciones conflictivas, creando situaciones de desabastecimiento y promoviendo a su vez la desocupación, como prueban estos últimos acontecimientos en que permite que 18 compañeros queden cesanteados con el grave problema social que esto acarrea”. (1)
La gestión y el control obrero de la producción se organizó a partir de distintos “Comités”, cuyos miembros eran elegidos en Asambleas en cada una de las Secciones de la Fábrica; en ellos se debatieron aquellas medidas necesarias para el funcionamiento de la fábrica. Todos los trabajadores, luego de los turnos de trabajo, permanecieron dentro de la Planta y percibieron sus sueldos y aguinaldos.
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