Los niños mineros, esclavos del infierno

Más de un millón hace trabajos forzados.

Sumergidos en las entrañas del infierno desde su más tierna infancia, arrastran sus pequeños cuerpos por estrechos túneles, oscuros y peligrosos. Sus manos se convierten en improvisadas herramientas con las que recogen piedras, o escarban la tierra durante largas jornadas. Colocan explosivos y acarrean pesadas cargas. Se estima que un millón de niños trabajan en la minería y en las canteras de todo el mundo. La mayoría no ha cumplido los 10 años…

Esclavitud en pleno Siglo XXI

No tienen juguetes, ni van al colegio; trabajan sin horarios ni derechos. Sólo conocen una obligación: contribuir a la subsistencia familiar como si fueran adultos, privados de educación y en perjuicio de su desarrollo psicológico, físico y emocional.

Son más de 250 millones de niños de entre 5 y 17 años de edad, los que trabajan en el mundo. De estos, 180 millones lo hacen en las peores formas de esclavitud infantil, servidumbre por deudas, prostitución, o como niños soldados.

Alrededor de 70 de cada 100, trabajan en la agricultura, la caza, la pesca, en comercio minorista, y en la explotación forestal. La mayoría en América Latina, Africa, y Asia.

Trabajo para los padres

En contacto con gases tóxicos, con frecuencia, sufren cansancio constante, problemas musculares y de espalda. Roturas de extremidades y heridas graves, debido a las caídas y a las cargas excesivas que tienen que transportar, y que no son acordes con su desarrollo corporal.

Para luchar contra la explotación de niños, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) lleva a cabo desde hace años el «Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil», que se desarrolla en países como Mongolia, Tanzania, Nigeria, y la región andina de Sudamérica.

El director de la oficina de la OIT en España, Juan Felipe Hunt, destaca entre algunos casos más señalados del programa, el de la joven nepalí Susha, que comenzó a picar piedra a los 12 años para ayudar a su familia porque, según ella, no le quedaba otra «alternativa».

Aunque el salario que recibe Susha es mínimo, representa una parte importante de los ingresos familiares.

Los proyectos pilotos puestos en marcha por la OIT, demuestran que es posible eliminar este peligroso trabajo infantil mediante el apoyo a las comunidades donde operan para que puedan organizar cooperativas, u otro tipo de unidades productivas y mejorar la salud y la productividad de sus adultos, para que además cuenten con acceso a servicios básicos, como escuelas, agua potable y servicios sanitarios.

Hunt explica el caso de una cooperativa de mujeres en la Ciudad de México, creada con ayuda de microcréditos, que cuenta con una red de distribución de comidas por toda la ciudad y ha permitido que sus hijos acudan al colegio.

En contacto con gases tóxicos, con frecuencia, sufren cansancio constante, problemas musculares y de espalda. Roturas de extremidades y heridas graves, debido a las caídas y a las cargas excesivas que tienen que transportar, y que no son acordes con su desarrollo corporal.

Es peor en los países pobres

«La mejor forma de sacar a los niños de este mercado laboral es consiguiendo un trabajo a sus padres, o mejorando el que tienen para poder suplir los ingreso económicos que obtiene el menor», apunta el director de la oficina de la OIT en España.

Pero Nepal no es el único país con niños mineros. También existen en las excavaciones de oro en Costa de Marfil, en las de piedras preciosas en Tanzania, en las canteras de piedra de la India, en las minas de Madre de Dios en Perú, y en las de carbón en Mongolia, entre otros.

«La carencia de infraestructura sanitaria cercana a los lugares de trabajo dificulta, además, que los menores accidentados puedan recibir atención médica adecuada», señala Hunt, quien destaca la labor de programas desde España que han logrado sacar de esta situación laboral a 100 mil niños iberoamericanos.

Algunos ejercían la prostitución en Colombia o trabajaban en las minas de Bolivia.

Cada año mueren trabajando 22 mil niños

Mediante el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), la OIT genera fuentes de ingresos alternativas para las familias, fomenta la salud y servicios sociales así como la formación técnica y crea escuelas de recuperación para los niños mayores.

Según la OIT, unos 22 mil niños mueren al año en accidentes relacionados con el trabajo. De estos 2.5 millones de menores trabajan en países desarrollados, y otros tantos en economías de transición.

Del total de niños que trabajan en el mundo, 73 millones son menores de 10 años. El mayor número de jóvenes menores de 15 años que trabajan (127 millones), vive en la región de Asia y el Pacífico.

Sin embargo la mayor proporción de niños trabajadores se encuentra en el Africa subsahariana, casi un tercio de los menores de 15 años (48 millones).

Por sectores, un 70 por ciento de los menores que trabajan lo hace en la agricultura, la caza y la pesca con fines comerciales.

Un 8 por ciento labora en la industria manufacturera, otro tanto en el comercio al por mayor, por menor, restaurantes, hoteles, y en un 7.4 por ciento en los servicios personales, sociales y comunitarios, como el servicio doméstico.

Un total de 8.4 millones de menores están atrapados en la esclavitud, el tráfico de personas, la servidumbre por deudas, la prostitución, pornografía, y otras actividades ilícitas, según datos de la OIT.

Son más de 250 millones de niños de entre 5 y 17 años de edad, los que trabajan en el mundo. De estos, 180 millones lo hacen en las peores formas de esclavitud infantil, servidumbre por deudas, prostitución, o como niños soldados.

Pilar García del Pozo, EFE
25 de Julio de 2005

Fuente: www.univision.com

Nuevas víctimas de la tragedia de Bhopal

India: Obreros limpian residuos tóxicos

BHOPAL, India. El inicio de la limpieza de los residuos tóxicos de la planta de Bhopal, en India, con trabajadores vestidos con chancletas, pantalones cortos y camisetas de tirantes, incluso sin mascarillas, ha despertado de nuevo la indignación de un pueblo golpeado por una de las más graves tragedias industriales de la historia, que provocó la muerte de miles de personas en la fuga de gas de la medianoche del 3 de diciembre de 1984.

Sin protección ni trajes especiales

A pocos días de la celebración del Día Mundial del Medioambiente, el Gobierno del estado central indio de Madhya Pradesh, cuya capital es Bhopal, decidió cumplir con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia que le obliga a descontaminar el lugar antes del 20 de junio.

Sin embargo, el modo en que se está llevando a cabo la limpieza ha hecho que las organizaciones humanitarias y ecologistas y las asociaciones de víctimas protesten con firmeza contra este acto que, según ellas, supone un absoluto desprecio de los Derechos Humanos y la seguridad pública.

Después de 20 años de exigir que se limpie la zona de residuos tóxicos, más de 100 activistas de estas organizaciones entraron en la planta de fertilizantes abandonada de la empresa estadounidense «Union Carbide», que ahora pertenece a la también norteamericana «Dow Chemicals», para tratar de parar este proceso.

Un olor insoportable

Vinuta Gopal, portavoz de Greenpeace India, dijo que «el Gobierno ha contratado a trabajadores desplazados en paro, que no utilizan ninguna protección, para cargar y descargar sacos de residuos químicos y pesticidas peligrosos».

«Al entrar en la fábrica, se siente de inmediato un olor a productos químicos que enseguida resulta intolerable. Esas sustancias han provocado la muerte, hasta el momento, de cerca de 30 mil personas y han causado enfermedades crónicas a 120 mil», agregó Gopal.

Por eso, añadió, «no pueden ser movidas de un lado para otro por gente que ni siquiera lleva guantes, ni ser trasladadas en camiones abiertos», precisó al calificar el proceso de ser «absolutamente inaceptable».

Greenpeace denuncia que una retirada de residuos tóxicos como esta no se puede llevar a cabo con «métodos medievales».

«Deben respetarse las medidas internacionales de seguridad, lo que implica emplear personal calificado, protegido con máscaras de gas, botas de goma y equipos adecuados», indica la organización. «Además deben instalarse duchas de descontaminación y hay que mantener un equipo médico en alerta por si hubiera algún accidente».

Por su parte, Rachana Dhinga, portavoz de la «Campaña Internacional para la Justicia en Bhopal» (CIJB), dijo que los trabajadores, que están inhalando tóxicos a cada minuto, están indefensos y son en su mayoría campesinos desplazados por las sequías, que buscan trabajo como cargadores en mercados y otros lugares.

«Estos hombres desconocen totalmente el peligro al que están siendo expuestos y además son contratados para trabajar por un día, por lo que el Gobierno no tendrá que asumir responsabilidades sobre los efectos que esto tenga en su salud», afirmó, mientras añadía que su organización denunciará al Gobierno regional por violar las normas de seguridad en el trabajo y los derechos humanos.

Según Greenpeace, el Gobierno «debe establecer y hacer público un protocolo de limpieza y tiene que permitir la supervisión de expertos independientes y representantes de la sociedad civil, e informarnos de qué es lo que van a hacer con esos residuos y dónde los van a llevar».

Se necesitan expertos independientes

«Exponer a los trabajadores a estas toxinas mortales supone cometer una doble injusticia para con el pueblo de Bhopal», agregó.

Después de tantos años de lucha, la CIJB, que agrupa a miles de afectados por la tragedia, ha decidido exigir que se detenga la retirada de residuos.

Según Dhinga, el Gobierno «debe establecer y hacer público un protocolo de limpieza y tiene que permitir la supervisión de expertos independientes y representantes de la sociedad civil, e informarnos de qué es lo que van a hacer con esos residuos y dónde los van a llevar».

«Una limpieza tóxica no se puede llevar a cabo creando aún más riesgos para una población empobrecida, superviviente de una horrible tragedia y que, a día de hoy, continúa bebiendo agua contaminada, sufriendo enfermedades crónicas y siendo ignorada por la administración», añadió.

Javier Moro, escritor español coautor junto con Dominique Lapierre del libro «Era medianoche en Bhopal» y fundador de una clínica para el tratamiento de las víctimas, dijo que «esto es otra más de las maniobras políticas para seguir engañando a las víctimas de Bhopal, que continúan sufriendo las secuelas del envenenamiento de hace veinte años».

El autor, que califica la tragedia de Bhopal como «una herida abierta en la piel de la humanidad», afirma que la limpieza de la fábrica costará millones de dólares y que «no se puede descontaminar en 15 días una planta que lleva desde el inicio de su existencia soltando productos químicos que han penetrado la capa freática y envenenado los pozos de agua de los alrededores».

«Para limpiar el lugar de verdad tienen que quitar montones y montones de tierra y no mover sacos de un lugar a otro», añadió Moro, quien recordó que el accidente industrial de Bhopal es mucho más grave en cuanto al número de víctimas que el de Chernobil.

La fuga de gas de Bhopal provocó en los primeros días la muerte de unas 8 mil personas pero al menos otras 20 mil han muerto posteriormente según organizaciones humanitarias.

Más de veinte años después de la catástrofe, muchas de las víctimas y sus familiares continúan sin recibir compensaciones y sin posibilidad de acceder a tratamientos médicos y más de 20 mil personas se ven obligadas a beber agua contaminada a diario, según esas organizaciones.

Las agrupaciones de afectados, formadas mayoritariamente por mujeres, continúan luchando incansablemente por sus derechos y denuncian que muchos aún no han recibido ninguna compensación económica.

Aún hay decenas de miles afectados

La cadena de televisión británica BBC publicó el pasado diciembre una investigación que indicaba que el agua en Bhopal «alcanza un nivel de contaminación 500 veces más alto que el límite establecido por la Organización Mundial de la Salud».

Amnistía Internacional también ha advertido reiteradamente que la zona sigue contaminada y que la empresa no ha frenado la degradación tóxica que empezó cuando se abrió la planta, a principios de los años setenta.

También denuncia que Dow Chemicals continúa ocultando información vital para establecer un tratamiento médico efectivo para las víctimas, como la composición exacta del gas que se fugó y su cantidad.

Distintas organizaciones no gubernamentales indican que más de 500 mil personas sufren en la actualidad enfermedades como ceguera, cáncer, tuberculosis, problemas respiratorios, depresión, irregularidades menstruales, problemas articulares y otras afecciones achacables a la contaminación causada.

Alrededor del 50 por ciento de los supervivientes del escape de gas están total o parcialmente minusválidos. Miles de niños han nacido en la zona en estos 20 años con graves deformidades.

La incidencia de la tuberculosis y el cáncer se ha multiplicado por cuatro. Muchas mujeres, que eran niñas cuando ocurrió la fuga, tienen la menopausia a los 30 o 35 años.

Cada mes, treinta personas mueren por enfermedades relacionadas con la contaminación química en Bhopal, según datos de Greenpeace.

Las agrupaciones de afectados, formadas mayoritariamente por mujeres, continúan luchando incansablemente por sus derechos y denuncian que muchos aún no han recibido ninguna compensación económica.

El pasado 28 de mayo, supervivientes de la tragedia escribieron con su propia sangre una carta al primer ministro de la India, Manmohan Singh, para pedirle que la empresa estatal petrolera Indian Oil Corporation, abandone sus planes de entablar negocios con la norteamericana Dow Chemicals.

Mientras, la estructura de metal oxidada de la fábrica abandonada de Dow Chemicals, con su contenido tóxico dentro, permanece inalterable a las protestas y la actividad de su interior, y se alza en Bhopal como un recordatorio de que en el mundo hay dobles estándares.

Las mismas empresas que se someten a duras normativas de seguridad en occidente no toman medidas similares cuando se instalan en países en desarrollo, de los que pueden irse impunemente, como ha ocurrido en Bhopal, dejando atrás un reguero de muerte, enfermedad y contaminación.

Distintas organizaciones no gubernamentales indican que más de 500 mil personas sufren en la actualidad enfermedades como ceguera, cáncer, tuberculosis, problemas respiratorios, depresión, irregularidades menstruales, problemas articulares y otras afecciones achacables a la contaminación causada.

Ana Cárdenes Alonso, EFE
8 de Junio de 2005

Fuente: www.univision.com

Bhopal – 20 years on

World’s worst

During the early hours of 3 December 1984 the world’s worst industrial accident unfolded in the Indian city of Bhopal.
Poisonous gas escaped from a chemical plant and killed 3,000 people, according to official estimates. Other estimates put the number at between 8,000 and 10,000.
Around 50,000 suffered permanent disabilities, and more died later.

City in danger

Many people lived in shanty towns built alongside the factory and thousands more lived nearby in the old city.
There was no contingency plan for evacuation in the event of an emergency.
Poor sales had led the company to cut costs, scale back production and lay off around a third of the workforce.
Safety systems had also been cut.

Lethal chemical

The main ingredient of the pesticide made at the plant was a chemical called methyl isocyanate or MIC.
MIC is one of the most toxic and lethal substances known to humans.
Safe storage requires it to be kept cool and isolated from water, which can trigger a violent runaway reaction creating heat and a deadly gas.

The leak

A worker cleaning out pipes with water sparked the disaster.
He did not use a basic but vital piece of equipment to isolate sections of pipe.
Water got into the tank where the MIC was stored, raising the temperature to over 200 degrees Celsius (392F), creating the lethal gas.
Several safety systems failed or were not working.

Fallout

Bhopal was asleep when the gas struck.
Simple advice to move upwind or stay indoors and seal doors and windows with damp cloths could have saved thousands but Union Carbide had not told people what to do if there was a leak.
Crowds of terrified people fled.
Bhopal’s hospital was overwhelmed, lacking information about the gas or antidote.

Legacy

Up to 500,000 survivors still suffer symptoms such as paralysis, partial blindness and impaired immune systems.
Union Carbide accepted «moral responsibility» for the disaster. It later blamed sabotage by a disgruntled worker.
After a legal agreement the firm provided victims with compensation averaging $500 (£300).

Fuente: www.bbc.co.uk/bhopal

La caída de un rayo destruye una harinera de Huesca

El pasado día 14 de abril de 2005, sobre las 18:10 horas, se produjo una fuerte explosión en el interior de una planta harinera situada en la localidad de Huesca. La fábrica es propiedad de la empresa «Harinas Porta» y se baraja como causa más probable la caída de un rayo durante una tormenta.
De los 20 trabajadores que se encontraban en el interior, 3 han muerto hasta el momento y otros 16 resultaron heridos de diferente consideración con quemaduras, cortes e impactos de piezas metálicas producidos por la deflagración, el posterior incendio y la lluvia de cristales. Los heridos más graves fueron trasladados a las unidades de quemados de los hospitales Miguel Servet (Zaragoza) y Valle de Hebrón (Barcelona), mientras que los más leves lo fueron al hospital San Jorge, de Huesca. El ayuntamiento, por su parte, prestó atención psicológica a las familias de los afectados.
Los bomberos controlaron el incendio en apenas media hora.
Los daños provocados por la explosión han afectado gravemente a la estructura de la planta, que ha quedado prácticamente destruida.
Los testigos presenciales afirmaron que la causa del siniestro fue la caída de un rayo.

Polvos explosivos

1. Los polvos liberados por distintos productos son combustibles sólidos que pueden resultar explosivos en un determinado rango de concentración y en contacto con un medio oxidante como es el aire. Son polvos explosivos el almidón de maíz, el azúcar en polvo, la malta de cebada, el carbón de Pittsburgh, la aspirina, el aluminio y, como en este suceso, la harina de trigo. Estos polvos combustibles, en contacto con una fuente de ignición, se inflaman y explotan.
2. El índice de explosividad de los polvos de harina de trigo está entre 1 y 10, rango en el que las explosiones pueden resultar fuertes y con consecuencias desastrosas. Por ejemplo, el polvo de harina en una concentración de 50 grs/m3 alcanza un índice de explosividad de 4,1 y genera una onda de presión de 45 kgs.
3. La causa de la explosión de la harinera de Huesca puede deberse a la existencia de un atmósfera explosiva en el interior de la fábrica que se inflamaría tras la caída fortuita de un rayo.
4. Estas explosiones pueden prevenirse utilizando diferentes métodos como la eliminación de las fuentes de ignición, succión del polvo ambiental y reenvío a colectores de salida o inertización de la atmósfera explosiva, que se consigue reemplazando parcialmente el oxígeno por gases inertes (muy empleado en las bodegas de los buques gaseros y petroleros).

Fuente: www.proteccioncivil-andalucia.org

Algunas lecciones aprendidas en Cromañon

El INTI ha tenido una participación periférica en las evaluaciones realizadas luego de la tragedia de Cromañon. En efecto, a pedido de la Superintendencia Federal de Bomberos hemos investigado algunas características de los materiales que entraron en combustión en el local bailable el 30 de diciembre de 2004, día del trágico episodio (espuma de poliuretano, «guata» y fibra sintética denominada «media sombra»).

Sin embargo, la necesidad de completar y perfeccionar nuestra información de cara a la prevención de situaciones futuras; así como la convocatoria recibida para la participación de comisiones conformadas en el ámbito del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y las numerosas consultas formuladas por familiares de las víctimas, organizaciones de la sociedad civil y personal médico, así como también de industriales involucrados en la temática, nos llevaron a contar con un importante volumen de material y a ordenar nuestras ideas. Por tal razón hemos considerado imperativo entregar estas refl exiones y las recomendaciones emergentes, como aporte a la sociedad.

El grupo de trabajo que intervino a convocatoria de Bomberos se integró con profesionales de la Gerencia de Calidad y Ambiente y de los Centros de Plásticos, Ingeniería Ambiental, Química y Construcciones (Unidad Técnica Fuego).

En la Unidad Técnica «Fuego» se analiza la resistencia al fuego de materiales y elementos constructivos, contando para ello con equipos convencionales y con una infraestructura única en Latinoamérica lograda hace algunos años a través de un Proyecto BID. Se identifi caron los materiales por análisis químicos, se determinaron las velocidades de propagación de llama del poliuretano y la guata y se determinó la cantidad de ácido cianhídrico generado en la combustión de la espuma de poliuretano.

En el informe original se explicó cuáles son los gases tóxicos que genera la combustión de los materiales aportados, analizando las concentraciones de gases letales de mayor importancia, que pudieron afectar a las personas durante el referido siniestro. Se compararon los datos obtenidos en los laboratorios del INTI con los provenientes de estudios realizados en otras instituciones, especialmente en el NIST (National Institute of Standards and Technology) de los Estados Unidos de Norte América, en su completísima investigación realizada sobre la tragedia (casi idéntica a la de Cromañon, tanto en su etiología como en sus consecuencias) ocurrida en la discoteca The Station, de la ciudad de Boston, el 20 de Febrero de 2003, que costó 100 muertos y 200 heridos (sobre un total de 400 asistentes).

Tomando en cuenta los informes mencionados y los distintos ensayos realizados en nuestros laboratorios, el INTI informa y pone a disposición de toda la comunidad argentina (a quien el INTI pertenece y debe servicio), Universidades, Asociaciones Profesionales, expertos y ciudadanos en general, las siguientes recomendaciones a todas las autoridades de aplicación con incumbencias en la materia, tanto locales como nacionales. Estas recomendaciones son aplicables a locales cerrados de masiva concurrencia, donde se reúna público en condiciones de riesgo similares. Las recomendaciones y propuestas de reforma a los Códigos en cuestiones de protección contra el fuego abarcando cualquier construcción edilicia son objeto de estudio en comisiones especiales, muchas de las cuales el INTI también integra.

El Informe completo fue presentado a la prensa el pasado Jueves 21 de Abril bajo el título de â??Algunas recomendaciones del INTI a las autoridades pertinentes, para salvaguardar al público del fuegoâ??, y puede consultarse en www.inti.gov.ar.

Autor: Enrique M. Martínez – Presidente del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial)

Fuente: Revistar «Saber Como» Nº 28 â?¢ Mayo de 2005 – INTI

Provisión de Agua Potable

La aparición en el mercado de un número importante de firmas proveedoras de agua en botellones, solucionó un problema bastante común en muchas Empresas.

Todas las ventajas que presenta este tipo de servicio podrían perderse si no se pusieran en práctica algunas medidas para asegurar la calidad desde «el origen» y si se descuidan aspectos importantes relacionados con el suministro.

Los «requisitos necesarios» para asegurar la provisión debieran ser:

1. Seleccionar un proveedor de marca reconocida y cuyo establecimiento embotellador se encuentre habilitado.
2. Solicitar periódicamente una certificación de potabilidad. Sin embargo, lo planteado no es «suficiente» para garantizar un consumo seguro y confiable. En ocasiones, se detectaron problemas digestivos entre consumidores de agua cuyo proveedor había cumplido ampliamente con el punto anterior, incluso algunos proveedores ozonizaban el agua previo al envasado.

El origen del problema puede deberse a alguna de las siguientes situaciones:

1. Distribución de los botellones en transportes que no poseen las condiciones necesarias para ello.
2. Almacenamiento de los recipientes en lugares inapropiados de la Empresa.
3. Ubicación inadecuada de los dispensers en las zonas de provisión. Todo lo mencionado colabora para que la parte exterior de los recipientes e interior de los surtidores se encuentre expuesto a contaminación.

Solución:

– Capacitar al responsable del suministro en las Empresas, para que opere cumpliendo los requisitos iniciales planteados.
– Rechazar aquellos botellones que no posean el adhesivo de la tapa.
– Lavar el cuello y exterior de los recipientes llenos.
– Previo al recambio, limpiar el interior de los dispensers, asiento de los botellones invertidos, vástago central y válvula dosificadora de salida.

Autor: Ing. Adrián D. Mariani – Prevención ART

Fuente: Newsletter Prevención A.R.T.
www.prevencionart.com.ar
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