Luego de la fatal explosión ocurrida el año pasado en una empresa de fertilizantes que diezmó una pequeña ciudad de Texas, NFPA ha sido un recurso clave para las agencias reguladoras y para la jefatura de bomberos del estado, quien tiene la misión de hacer correr la voz sobre la seguridad en el almacenamiento de productos químicos
A alrededor de las 19:30 del 17 de abril de 2013, los operadores de los servicios de emergencia recibieron informes sobre la presencia de humo y llamas en el centro de almacenamiento y distribución de la West Fertilizer Company, de la ciudad de West, Texas (población de 2,800 habitantes), ubicada en la ruta Interestatal 35, justo al norte de la carretera que parte de Waco. Los bomberos del cuerpo de voluntarios de la ciudad fueron inmediatamente hacia el lugar del hecho, y se encontraron con un incendio que se intensificaba rápidamente. Los vecinos que vivían en las cercanías, entre ellos muchos residentes del Hogar de Cuidados Intermedios West Rest Haven, ubicado a tan solo 200 yardas (183 metros) de las instalaciones de West Fertilizer, observaban detenidamente el feroz espectáculo. El hogar estaba tan cercano a la humareda que el personal de las instalaciones comenzó a trasladar a los residentes hacia áreas más protegidas del interior del edificio, a fin de evitar riesgos.
Una dotación de 22 socorristas llegó al lugar y, con la asistencia de dos habitantes de West, intentaron sofocar las llamas. El incendio era de grandes dimensiones y continuaba creciendo, y estaba a punto de envolver un depósito de madera. La estructura estaba compuesta por cajones de armazones y paredes de madera que contenían aproximadamente 60 toneladas de nitrato de amonio de grado fertilizante, un sólido granulado que puede detonar en determinadas ocasiones, cuando interactúa con el fuego. Construido en 1961, el edificio no tenía rociadores automáticos ni dispositivos de supresión y no se había requerido su instalación, dado que Texas no cuenta con ningún código de incendios estatal. No había reglamentaciones estatales que indicaran cuáles eran las cantidades de fertilizantes apropiadas que podían almacenarse. No había personas en las instalaciones al momento en que se produjo el incendio.
Aproximadamente 20 minutos después de haberse informado el incendio, el nitrato de amonio detonó, generando una inmensa explosión que pulverizó gran parte del sitio de West Fertilizer y arrojó trozos de concreto, madera y acero que se abalanzaron sobre las vecindades circundantes. La onda expansiva de la explosión sacudió toda la ciudad. La explosión se escuchó a una distancia de 80 millas con un temblor de una magnitud de 2.1, registrado por el Centro de Estudios Geológicos de los Estados Unidos. En el Hogar de Cuidados Intermedios West Rest Haven, las ventanas estallaron y se derrumbó el techo, dejando a muchos de los residentes de avanzada edad debajo de los escombros. Frente al hogar, el complejo de apartamentos West Terrace fue destruido por la explosión. A una distancia de media milla del sitio de la explosión, la Escuela Secundaria West sufrió grandes daños, lo mismo que la Escuela Intermedia West. Casi 200 viviendas resultaron dañadas o destruidas.
En la explosión murieron 15 personas: 10 bomberos, de entre 26 y 52 años de edad; sus dos colaboradores civiles; dos residentes del complejo de apartamentos West Terrace; y un residente del hogar de cuidados intermedios. Alrededor de 200 personas resultaron heridas. Desde entonces, muchas de las estructuras impactadas—entre ellas las dos escuelas, el hogar y el complejo de departamentos—han sido demolidas. La Junta de Seguridad Química de los Estados Unidos (U.S. Chemical Safety Board o CSB), que había publicado los hallazgos preliminares sobre el incidente y actualmente trabaja en la elaboración de un informe final, estima que el total de daños podría exceder los US$230 millones. La causa del incendio no ha sido determinada; en sus hallazgos preliminares, CSB expresó que “la explosión fue el resultado de un intenso incendio… que provocó la detonación de” el nitrato de amonio almacenado.
En junio pasado, Rafael Moure-Eraso, presidente de CSB, asistió a una audiencia del Comité del Senado de los Estados Unidos sobre Medio Ambiente y Obras Públicas. “Visité West… un par de semanas después de la explosión”, dijo al comité. “Los daños en las viviendas, escuelas y comercios resultaba fuera de lo imaginable, incluyendo en comparación a desastres con productos químicos de gran escala. “Puedo asegurarles que pasarán años antes de que las cicatrices físicas de esta terrible explosión comiencen a desaparecer”. En su sitio web, csb.gov, CSB documenta el desastre ocurrido en West, e incluye un video en el que Daniel Horowitz, director gerente de CSB, denomina al incidente de West como “el peor de todos los accidentes con productos químicos ocurridos en la historia de la CSB”.
Agencias de Estados Unidos, con mucho en juego con respecto a la seguridad del almacenamiento de productos químicos, emplean a la NFPA como fuente para entender lo que ha sucedido en West. CSB y otras organizaciones están trabajando conjuntamente con el Comité Técnico de Productos Químicos Peligrosos (responsable del NFPA 400, Código de Materiales Peligrosos) con el fin de poder incorporar las lecciones aprendidas en la edición 2016 del código. Los requisitos establecidos en NFPA 400 se centran principalmente en las instalaciones nuevas, lo que significa que aún si hubiera sido adoptado, muchas de las disposiciones del código no habrían sido aplicadas en las instalaciones de West. Un nuevo grupo de tareas de NFPA 400 está determinando los requisitos para las instalaciones existentes, entre otros temas. (Ver “Lista de seguridad“.)
El incidente en West impulsó un decreto del Presidente Barack Obama, según el cual el gobierno federal debe mejorar la seguridad y la protección en instalaciones de productos químicos, y el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security) ha procurado la asistencia de la NFPA como parte de sus acciones para dar cumplimiento a dicho decreto. La Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency o EPA) también ha respondido al llamado a la acción de parte del presidente y de CSB, participando de un grupo de trabajo, en el que se incluye la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (Occupational Health and Safety Administration u OSHA), que aborda el tema de la seguridad en instalaciones de productos químicos.
La actividad es oportuna y necesaria, dado que el potencial de otro desastre se extiende más allá de West, Texas. EPA estima que 13,000 establecimientos, similares a West Fertilizer, representan una amenaza para las comunidades de todo Estados Unidos.
MAGNITUD: En el centro, peritos con chalecos de color naranja posicionados justo frente al epicentro de la explosión, que arqueó las vías del ferrocarril, cubrió los campos de juego aledaños con escombros y dejó un cráter de aproximadamente 100 pies de ancho y 10 pies de profundidad. Inserto, un mapa del impacto de la explosión basado en una evaluación de CSB. Casi todas las viviendas o estructuras situadas dentro un radio de 1,500 pies resultaron dañadas o destruidas
Conocer los riesgos
El desastre ocurrido en West fue un llamado de atención para Chris Connealy, jefe de bomberos del estado de Texas desde junio del 2012. La explosión “tuvo un profundo impacto en la comunidad de West”, dice Connealy, de 55 años de edad, miembro del cuerpo de bomberos de Texas desde hace 36 años. “Los costos financieros y emocionales han sido extremadamente altos. Junto con NFPA, intentamos hacer todo lo que podemos para reforzar y crear nuevas mejores prácticas, a fin de evitar otra situación como la ocurrida en West. Ello plantea algunos desafíos… pero como sociedad necesitamos tener algunos requisitos regulatorios para garantizar que las personas cumplan con al menos ciertos criterios de las mejores prácticas, con el fin de minimizar el riesgo”.
Menos de dos semanas después de la explosión, la oficina de Connealy contactó a NFPA para obtener información sobre la seguridad en instalaciones de productos químicos, en particular sobre las disposiciones establecidas en la edición 2013 de NFPA 400. El código se aplica al almacenamiento, manipulación y uso de diversos productos químicos peligrosos, entre ellos el nitrato de amonio. NFPA 490, Norma sobre el almacenamiento del nitrato de amonio, ha abordado estos temas, pero la norma fue retirada en 2009 y sus disposiciones fueron incorporadas en la edición 2010 de NFPA 400—su primera edición—que hace referencia a diversos productos químicos.
Como el nitrato de amonio, un compuesto químico habitualmente utilizado como fertilizante, se presenta en diferentes formas, los requisitos varían, en función de su composición. Una forma más pura del compuesto, por ejemplo, requeriría más controles que una versión de mezcla, dado que el compuesto tiene un grado más alto de riesgo si no está diluido. (En las instalaciones West se mezclaban los fertilizantes para los clientes minoristas y el producto no era fabricado en el sitio). EPA, junto con OSHA y la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosiones, emitieron un informe de asesoramiento sobre productos químicos, en agosto pasado, acerca del almacenamiento, manipulación y tratamiento del nitrato de amonio. El informe menciona que la sustancia puede provocar una explosión, dado que es un potente oxidante, rico en nitrato, y su presencia en las proximidades de combustibles o calor constituye una “situación de muy alto riesgo”.
De acuerdo con CSB, el nitrato de amonio abarca alrededor del dos por ciento del total de fertilizantes con nitrógeno aplicados en los Estados Unidos, aunque ha sido parte de algunos de los accidentes con productos químicos más desastrosos ocurridos el siglo pasado, uno de ellos una explosión extrañamente similar en la Ciudad de Texas, Texas, en 1947. (Ver “Plan de acción“.) Era también el componente de la bomba terrorista doméstica que se utilizó para destruir un edificio federal de la Ciudad de Oklahoma, Oklahoma, en 1995, donde murieron 168 personas y resultaron heridas otras casi 700.
Debido a su singularidad, el nitrato de amonio es el único producto químico o agente mencionado en NFPA 400 que tiene su propio capítulo. Entre los requisitos del código descriptos en el Capítulo 11 se incluyen las disposiciones sobre almacenamiento, rociadores y cantidades máximas permitidas—la cantidad umbral de un producto químico que, una vez excedida, requiere de controles adicionales o determinados requisitos sobre construcciones. “El nitrato de amonio tiene propiedades únicas que hacen que represente un desafío difícil de comprender en su totalidad”, expresa Nancy Pearce, personal de enlace de NFPA 400. “Puede ser muy inocuo y no plantear ningún tipo de problema. Pero cuando hay un incendio y confinamiento, ahí es cuando puede haber deflagración y detonación. Hay situaciones en las que se vuelve más peligroso de lo que habíamos previsto que fuera. El comité tiene actualmente mayores conocimientos sobre el nitrato de amonio y sobre los nuevos requisitos necesarios para sus diferentes formas”.
El año pasado, el presidente del Comité Técnico de Productos Químicos Peligrosos creó el Grupo de Tareas sobre Nitrato de Amonio, con el fin de elaborar un nuevo texto sobre seguridad en el almacenamiento de productos químicos para NFPA 400, que incluya nuevas disposiciones sobre la seguridad en el almacenamiento de productos químicos en instalaciones existentes. El grupo está conformado por los miembros del comité de NFPA 400 y por representantes de las agencias gubernamentales, entre ellas CSB y OSHA, y por asociaciones industriales como la Asociación de Minoristas Agrícolas y el Instituto de Fertilizantes. Los hallazgos preliminares de la CSB obtenidos en su investigación indican que ninguna de las disposiciones del código prohíbe el almacenamiento de nitrato de amonio en cajones de madera colocados en instalaciones de madera, similares a West Fertilizer. En realidad, según lo expresado por CSB, la colocación del nitrato de amonio en edificios de madera es la norma en los Estados Unidos.
Como parte de sus denodadas acciones para el tratamiento de estos temas, Connealy ha manifestado su apoyo para la creación de un código de incendios estatal que cumpla con lo establecido en NFPA 1, Código de Incendios. También se ha unido al comité técnico de NFPA 400 en diciembre pasado, al ser invitado por Pearce. “Ha sido de gran utilidad la comprensión de lo establecido en NFPA 400 y ello arrojó cierta luz para los desafíos que se plantean [en instalaciones de productos químicos]“, dice Connealy. “Espero que se introduzcan cambios significativos en el código luego de lo ocurrido en West”. Se prevé que el grupo de tareas presente la modificación del proyecto sobre el texto del Capítulo 11 y de las disposiciones relacionadas para obtener la opinión del público antes del mes de mayo e informará todas las recomendaciones al comité en su reunión de agosto.
Respuesta a la medida de Texas
Su incorporación al comité de NFPA 400 es solo parte del activismo de Connealy, una obra que puede tener impacto en la seguridad de las instalaciones de productos químicos en todo el país.
Desde la explosión en West, Connealy se ha transformado en un evangelista que recorre el estado en busca de seguridad en el almacenamiento de productos químicos. Él y su equipo han ido condado por condado, haciendo presentaciones para los socorristas, planificadores urbanos, gerentes de instalaciones y otros sobre prácticas para almacenamiento de productos químicos y tácticas para la respuesta a incidentes. Las áreas en las que ha elegido hacer proselitismo no son selecciones azarosas; en su tarea ha identificado más de 100 instalaciones, en 68 condados de Texas, con grandes cantidades —10,000 libras o más—de nitrato de amonio. Desde febrero, Connealy ha dado siete presentaciones en siete condados—”y quedan 61 más pendientes”, dice, con una ligera sonrisa y una tenaz convicción. Los habitantes pueden también acceder a un mapa recientemente elaborado en el sitio web de la jefatura de bomberos del estado, tdi.texas.gov/fire, que les permite saber si hay instalaciones de almacenamiento de productos químicos en la zona correspondiente a su código postal. “Ha sido de gran popularidad para el público poder cerciorarse de lo que hay en sus comunidades”, sostiene Connealy.
Además, la oficina de Connealy llevó a cabo inspecciones voluntarias el año pasado, en 134 establecimientos de Texas en los que había nitrato de amonio y les envió el documento “Referencias relacionadas con las mejores prácticas—almacenamiento de nitrato de amonio”, que incluye información sobre NFPA 704, Sistema normativo para la identificación de los riesgos de los materiales para respuesta a emergencias. La norma menciona, entre otras cosas, que deberían colocarse carteles de advertencia que identifiquen los contenidos potencialmente peligrosos en al menos dos lugares de cualquier edificio en el que se almacenen materiales peligrosos y en cada uno de los medios principales de acceso al edificio.
Aunque los problemas más graves que Connealy ha encontrado en sus inspecciones van más allá del alcance de una norma de identificación. Según la opinión de Connealy, dos de las principales deficiencias que ha observado en estas instalaciones son que están construidas con materiales combustibles, principalmente madera, y que no tienen rociadores. Los códigos actuales no prohíben materiales de construcción combustibles y no definen claramente cuáles son las instalaciones en las que debería haber rociadores.
Parte de la solución, argumenta Connealy, es la adopción de un código de incendios a nivel estatal. Texas es solo uno de los dos estados—Missouri es el otro—que no cuenta con un código de incendios de alcance estatal y Connealy avala la idea de llevar a cabo inspecciones de acuerdo con lo establecido en NFPA 1, con referencias a NFPA 400. Sin embargo, la Legislatura de Texas debe aprobar esta medida antes de que Connealy pueda hacerla cumplir. Una acción más probable en el corto plazo, expresa, es establecer reglamentaciones más estrictas para instalaciones de productos químicos. En la preparación de la sesión legislativa 2015 del estado—Texas celebra las sesiones cada dos años—y en respuesta al incidente de West, Joe Straus, portavoz republicano de la Cámara, ha encomendado al Comité de Seguridad Nacional y Protección Pública de la Cámara la investigación de las deficiencias en seguridad, gestión de riesgos y planificación de desastres en instalaciones de productos químicos. El comité también determinará si deberían hacerse cambios en las leyes o reglas existentes sobre inspección, investigación u observancia.
Mientras tanto, Connealy impulsa que la adopción del NFPA 1 no requiera de acciones legislativas. Ha recibido el apoyo de diversas partes interesadas y agencias para la inspección de 16,000 edificios de propiedad y administración estatal—prisiones, hospitales estatales y universidades, para mencionar solo algunos—de acuerdo con lo establecido en NFPA 1. Adhiriendo al proceso normativo del estado, Connealy espera recibir la aprobación para la adopción antes de junio.
“El incidente ocurrido en West ha tenido implicancias mucho más allá que en esa comunidad”, expresa Connealy. “Estamos trabajando muy estrechamente con CSB, el Departamento de Seguridad Nacional y otras asociaciones estatales para evitar que vuelva a haber otro West. Creo firmemente que tenemos un deber. Ninguna otra comunidad debería soportar este tipo de desastre”.
La nación responde
Los oficiales de Texas no fueron los únicos que sintieron la obligación de actuar después de la explosión en West. En agosto pasado, el Presidente Obama firmó un decreto en el que se le encomendaba al gobierno federal la mejora de la seguridad en instalaciones de productos químicos y la reducción de los riesgos en las comunidades vecinas. Entre las directivas se prevé la mejora en la coordinación entre las agencias federales y el abordaje de enfoques que identifiquen las instalaciones de alto riesgo, las inspecciones y la observancia. Específicamente tratándose del nitrato de amonio, el decreto ordena a las agencias la evaluación del almacenamiento, la manipulación y la venta de este material. La División de Cumplimiento de la Seguridad de Infraestructuras del Departamento de Seguridad Nacional contactó a la NFPA para determinar cuál de sus códigos y normas podrían brindar asistencia con estas directivas. Pearce, personal de enlace de NFPA 400, le suministró al departamento información sobre el código.
CSB ha elogiado las denodadas acciones del gobierno, aunque también ha manifestado la necesidad de acciones más rápidas. En un artículo de opinión publicado en enero en The New York Times, el presidente de CSB, Moure-Eraso, cita los aspectos “complicados” de la reforma regulatoria y la “gran demanda de tiempo” que implica; y urge a EPA a que ejerza la facultad que se le otorga en la Ley de Aire Limpio para requerir a los propietarios y administradores de instalaciones de productos químicos a que identifiquen los riesgos, y diseñen y mantengan instalaciones más seguras. “He sido vehementemente alentado por los líderes de la Casa Blanca sobre este tema”, expresa Moure-Eraso. “EPA trabaja conjuntamente con otras agencias para cumplir con ello. Pero, mientras tanto, la agencia tiene la facultad de actuar ya, por su propia cuenta, para requerir un diseño, equipos y procesos inherentemente más seguros que contribuirían sobremanera en la prevención de más catástrofes”.
EPA sostiene que ha respondido a lo establecido en el decreto al formar parte de un Grupo de trabajo para la seguridad y protección de las instalaciones de productos químicos, integrado por representantes de la misma EPA, el Departamento de Seguridad Nacional, OSHA y otros sectores. El grupo publicó recientemente una lista preliminar para la mejora de las opciones de protección y seguridad de los productos químicos, que está actualmente disponible para la opinión pública. Las opciones consideran mejorar específicamente, las prácticas de gestión de riesgos en instalaciones de productos químicos, así como el del almacenamiento y la manipulación del nitrato de amonio.
“Hemos comprometido a la industria a que identifique los riesgos y estamos analizando sus actividades y programas existentes para determinar de qué modo pueden ser propiciados”, expresó EPA en una declaración formulada al NFPA Journal.
“También hemos escuchado a los socorristas locales. Tienen importantes necesidades, tales como estar preparados y capacitados y poder contar con el rápido acceso a la información fundamental que necesita ser tratada”.
Nadie conoce mejor estas necesidades que Connealy, especialmente cuando toma en cuenta el impacto que el incidente en West ha tenido en sus compañeros bomberos. “En la historia del estado, este incidente ocupó el tercer lugar, en cuanto al número de bomberos que murieron durante el desempeño de sus funciones”, dice. “Eso es un verdadero horror. Tenemos que seguir aprendiendo a mantener al fuego alejado del nitrato de amonio. Eso es fundamental”.
Fred Durso, Jr. es escritor del NFPA Journal. Puede seguirlo en Twitter en @FredDursoJr.
Plan de Acción
Enfoques seguros en la respuesta a emergencias con materiales peligrosos
Aunque separados por un plazo de 66 años, dos trágicos eventos ocurridos en Texas muestran una similitud inquietante. La explosión en las instalaciones de West Fertilizer de West, Texas, ocurrió el 17 de abril de 2013 e incluyó la detonación de nitrato de amonio en las instalaciones de distribución y almacenamiento de fertilizantes. En el incidente murieron 12 socorristas—10 bomberos y dos colaboradores civiles—y ocupa el tercer lugar en cantidad de muertes de bomberos en el cumplimiento de su deber en la historia del estado, expresa el Jefe de Bomberos del Estado de Texas, Chris Connealy.
El 16 de abril de 1947, en la Ciudad de Texas, cerca de Galveston, se estaba transfiriendo nitrato de amonio desde una planta química a un buque, cuando se desató un incendio a bordo. Se produjo una gran explosión en la que murieron cientos de personas, entre ellas 27 de los 28 miembros del Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Texas. El incidente todavía es considerado el peor accidente industrial ocurrido en la historia de los Estados Unidos; es solo uno de los cuatro incidentes incluidos entre los 20 incendios y explosiones más fatales y entre los 20 incendios y explosiones más costosos ocurridos en la historia de los Estados Unidos, junto con los ataques al World Trade Center del 11 de septiembre de 2001, el terremoto de San Francisco y el incendio de 1906, y el gran incendio de Chicago del año 1871. La Ciudad de Texas sigue siendo el lugar en el que tuvo lugar el incidente con mayor cantidad de muertes de bomberos ocurridas en el cumplimiento del deber en la historia de Texas.
Connealy admite que la tragedia ha dejado lecciones. Mientras él y otros aguardan los informes finales acerca del modo en que los bomberos respondieron al incidente de West, emplean todo lo que esté a su alcance para evitar fatalidades similares. Connealy ha dado presentaciones a socorristas en la Ciudad de Texas, en las que se promueven 16 iniciativas para la seguridad humana—tácticas para la respuesta a incidentes violentos y de gestión de riesgos, para nombrar solo algunos—establecidas por la Fundación Nacional de Bomberos Caídos (National Fallen Firefighters Foundation), y disponibles en lifesafetyinitiatives.com.
NFPA también cuenta con una gran cantidad de recursos para la preparación de socorristas en el caso de incidentes con materiales peligrosos. NFPA 1500, Programa de seguridad y salud ocupacional del cuerpo de bomberos, colabora con los cuerpos de bomberos en el desarrollo de las tácticas de respuesta para ocupaciones de riesgo elevado y planes de gestión de riesgos. “Tenemos parámetros de referencia para la evaluación de riesgo versus beneficio. En West, hubo una respuesta a un incendio, pero el potencial de lo que podría ocurrir allí fue mucho mayor que un incendio”, dice Ken Willette, gerente de la División de Protección contra Incendios Pública de la NFPA. “El análisis de gestión de riesgos descripto en la norma contribuye a que los departamentos locales sepan cuándo se debe alertar a los cuerpos de bomberos aledaños y a las autoridades estatales”, para obtener asistencia adicional.
NFPA 472, Competencias del personal de respuesta a incidentes con materiales peligrosos/armas de destrucción masiva, hace referencia a los conocimientos y al entrenamiento requeridos para responder de manera efectiva a incidentes con materiales peligrosos. “En muchas de las muertes de bomberos ocurridas en el cumplimiento de su deber, hay factores comunes que, posiblemente, contribuyeron a una tragedia”, sostiene Willette. Uno es la responsabilidad de todos los bomberos presentes en el escenario del incendio. En West, hubo socorristas de diversas agencias que no pertenecían al cuerpo de bomberos local. No queda claro si el comandante del incidente sabía que estaban allí. ¿Estaban correctamente entrenados, tenían los equipos de protección apropiados? A veces, hay que marcar un límite y decir:”Quédate allí y déjame ver qué es lo que necesito y te diré si emplearé tus servicios”, en lugar de dejar que las personas se autodesplieguen.
Otra norma, NFPA 1620, Planificación previa a un incidente, contribuye en la evaluación de las condiciones actuales en instalaciones de alto riesgo. La norma incluye los formularios que los socorristas pueden utilizar para documentar los riesgos y otros peligros. “Saber que hay un oxidante, nitrato de amonio, presente en las instalaciones es clave”, dice Willette.
La división de Willette revisará los nuevos informes sobre la respuesta en West, entre los que se incluyen aquellos elaborados por CSB y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional—las fechas de publicación aún no han sido anunciadas—para determinar todas las consideraciones del código. Compara este desastre con otros incidentes trascendentales para los cuerpos de bomberos, entre ellos el incendio en un depósito en Worcester, Massachusetts, en 1999, en el que murieron seis bomberos y el incendio en la tienda Charleston Sofa Super Store, ocurrido en 2007, en South Carolina, que se llevó la vida de nueve personas. “Dichos incidentes cambiaron las reglas en los cuerpos de bomberos estadounidenses”, dice Willette. “Creo que West será uno de ellos, también”.
Lista de seguridad
Temas abordados por el Grupo de tareas sobre nitrato de amonio de NFPA 400
+ Formas (líquidas, mezclas, etc.) y propiedades del nitrato de amonio
+ Cantidad máxima permitida: cantidad umbral de nitrato de amonio que, una vez excedida, demanda la aplicación de requisitos adicionales
+ Materiales de construcción de instalaciones en las que se albergue nitrato de amonio y de los cajones de almacenamiento
+ Requerimiento de rociadores
+ Condiciones que podrían incitar la detonación del nitrato de amonio
+ Requisitos y propiedades de los fertilizantes colocados en bolsas y almacenamiento en cajones
+ Mejores prácticas de la respuesta a emergencias
Por Fred Durso, Jr.
Fuente: www.nfpajla.org