El gremio de la construcción realizará este miércoles a la mañana una marcha de protesta tras un nuevo accidente fatal en la actividad. Denunciaron que presentaron mil denuncias por irregularidades en los últimos cinco meses y que harían falta “250 inspectores en la calle y no doce como hay en Rosario”. Este martes falleció un pintor que se desplomó de un noveno piso, la séptima víctima del año.
Los trabajadores se concentrarán en la Uocra y realizarán una marcha por más seguridad.
Un trabajador cayó este martes desde un noveno piso mientras impermeabilizaba una medianera de un edificio en Urquiza al 1.900 y murió más tarde en el Heca. Se trata del quinto accidente fatal en la construcción registrado en las últimas cinco semanas. Eso motivó al gremio del sector, la Uocra, a realizar este miércoles a la mañana una marcha de protesta para reclamar mayor cantidad de inspecciones y controles en las obras.
El titular local del sindicato de la construcción, Carlos Vergara, aseguró que se dirigió al lugar del accidente este martes y constató que “había falencias de seguridad” en la obra.
“Por lo que pude ver, algo hizo zafar a la soga de la silleta donde estaba el trabajador y no tenía el cabo de vida”, dijo Vergara y explicó que esa soga es de seguridad y se ata en paralelo a otra lugar fijo e independiente a la silleta. “O sea que si se cae la silleta, él queda sujeto al cabo de vida, y no lo vi”, agregó en diálogo con el programa La primera de la tarde (Radio 2).
El representante de los obreros afirmó que no estaba claro si el trabajador fue contratado a través de una empresa pero en principio habría sido contactado por el consorcio.
Por otro lado se refirió a la ausencia de controles por parte del Estado. Vergara dijo que la Uocra presentó en los últimos cinco meses mil pedidos de inspección a obras por distintas irregularidades, tanto en materia de seguridad, como trabajo en negro o falta de ropa especial.
“No hay capacidad en el Ministerio de Trabajo para hacerlas (a esa cantidad de fiscalizaciones). Necesitaríamos no menos de 250 inspectores por día y sólo hay doce para el departamento Rosario”, señaló.
Por todo, el gremio realizará este miércoles cerca de las 9.30 una protesta. “Vamos a juntar a delegados y vamos a hacer una movilización. La única manera es poner más inspectores en la calle; queremos soluciones; culpas no le echamos a nadie, no nos interesa eso (dijo en relación al posible uso del tema en medio de las elecciones)”.
Uno por semana
Enterrados en zanjas cuyas paredes de tierra no son apuntaladas. Caídos al vacío por falta de arnés o de cabos de seguridad, mínimos e indispensables para realizar tareas en altura. Los obreros de la construcción pagan con su vida la carencia de normas de seguridad que empresarios no garantizan, contratistas no piden y el Estado no inspecciona.
La muerte registrada este martes fue la séptima en el año. La particularidad es que en las últimas cinco semanas hubo, en promedio, un caso fatal cada siete días.
A éste último se suma un joven de 19 años muerto aplastado por tierra en una zanja en Granadero Baigorria la semana pasada. Otros dos trabajadores muertos un hecho similar en la zona norte de la ciudad, el 8 de junio. Y un hombre que cayó de un techo en el Normal 2, el miércoles 15 de junio.
Los otros dos casos que completan las nueve muertes del año también se dieron con escasa diferencia de tiempo. El 9 de febrero, un albañil de 25 años murió cuando trabajaba en un tercer piso de una obra en San Lorenzo al 1.500 y se derrumbó la medianera sobre la que estaba operando. El viernes 25 de febrero, otro trabajador, de 50 años, cayó al vació cuando realizaba tareas de hormigoneado de la loza en el segundo piso de una obra ubicada en Perú al 2.300. Murió al dia siguiente en el Heca.
Según Narciso Cantero, responsable de la ONG Manos a la Obra, las víctimas de la construcción ascienden en realidad a nueve en lo que va del año. El trabajador del sector contabiliza otros casos fatales que no son por accidentes laborales directos, sino por una enfermedad contraída por el trabajo que a largo plazo causó una muerte y una víctima «in itinere», es decir un accidente ocurrido en medio de un desplazamiento desde el trabajo a su casa o viceversa.