Está primera en el ranking de siniestros producidos en la construcción. Casi dobla la media del país en los rubros agricultura, industria y comercio. Impulsan medidas para frenar el flagelo.
En Mendoza se produce el doble de accidentes en la construcción en comparación con el promedio nacional.
Según las estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo que conduce el mendocino Juan Horacio González Gaviola, en el 2010 se accidentaron en la provincia 211 obreros por cada 1.000 trabajadores asegurados con ART. Mientras que en el mismo período, el promedio nacional indicó que se accidentaron 121 trabajadores cada 1.000 contabilizados.
La diferencia es tan abrupta que esto llevó a las autoridades nacionales a encarar acciones tendientes a mejorar la situación en la provincia (ver recuadro).
Pero no sólo en la construcción se producen más accidentes en Mendoza en comparación con el promedio nacional. En el rubro de la industria manufacturera, en la agricultura e incluso en el comercio casi se dobla el número de siniestros. Esto ubica a Mendoza entre las provincias con mayor número de juicios laborales en marcha. Es la tercera después de Santa Fe y Córdoba. Cada 10.000 trabajadores protegidos con ART hay 180 que mantienen juicios por accidentes de trabajo, según las estadísticas.
Esta es una de las consecuencias indeseables de los accidentes.
El alto índice de siniestralidad encarece los seguros que las empresas deben pagar y desalientan la llegada de inversiones que buscan asentarse en las provincias con índices de judicialización más bajos.
La otra consecuencia nefasta de los accidentes recae directamente sobre los trabajadores y sus familias, las víctimas de los accidentes que terminan con secuelas, discapacidades o complicaciones laborales posteriores.
Construcción insegura
¿Cuál es el motivo por el que se producen tantos accidentes en la construcción mendocina?
“Falta concientización entre los empresarios y, a la vez, ellos aducen que los obreros no usan los elementos de seguridad imprescindibles para evitar los accidentes”, explicó González Gaviola.
“Hace falta más capacitación para los trabajadores para que tomen conciencia de la importancia de protegerse, también para los capataces, que son quienes están en todas las etapas de una obra, y más inversión por parte de las empresas, que deben entender que invertir en seguridad es negocio. Algo que las grandes multinacionales entendieron hace tiempo”, planteó el funcionario.
En términos generales, la construcción es un trabajo riesgoso. Si bien el promedio nacional es mucho mejor que el mendocino, esta actividad es la que más accidentes registra. “Tiene muchas particularidades que colaboran para eso. Hay muchos trabajos que se tercerizan, por lo tanto la constructora no se siente parte de la seguridad de esos trabajadores. Es además uno de los rubros que tiene más trabajo en negro o en gris”, detalló González Gaviola.
Los trabajos más riesgosos
Dentro del rubro de la construcción, los accidentes más graves se producen en las construcciones de altura por falta de andamios seguros, sin barandas o de arneses, y en las excavaciones o demoliciones, donde sucumben trabajadores producto de derrumbes cuando no se toman los recaudos necesarios.
Las pymes
Según las estadísticas, en Mendoza hay 807 empresas constructoras y, según el perfil analizado, son las pymes las que arrojan mayor número de siniestros, mientras que las empresas muy chicas que tienen tres o cuatro trabajadores y las de gran envergadura están mejor conceptuadas.
Municipios que controlen
Una de las alternativas que se impulsarán en Mendoza es involucrar a los municipios para que controlen la seguridad de las empresas cuando inician los trámites para solicitar los permisos de construcción. “De la misma manera que evalúan el impacto ambiental de cortar un árbol para hacer una obra, deberían evaluar las condiciones de seguridad con que trabajan los empleados”, terminó el funcionario.
Sara González
sgonzalez@diariouno.net.ar
Municipios que controlen
Una de las alternativas que se impulsarán en Mendoza es involucrar a los municipios para que controlen la seguridad de las empresas cuando inician los trámites para solicitar los permisos de construcción. “De la misma manera que evalúan el impacto ambiental de cortar un árbol para hacer una obra, deberían evaluar las condiciones de seguridad con que trabajan los empleados”, terminó el funcionario.