La novedosa estructura de fuego controlado es una de las tres que hay en todo el país. Los integrantes del cuerpo quieren ser reconocidos como servicio profesional de emergencias.
En uno de los containers del simulador se realiza la práctica con fuego. El trabajo de los bomberos es supervisado por instructores.
Desde hace algo más de cinco años, en el cuartel de los Bomberos Voluntarios de Pérez funciona uno de los tres simuladores de incendios del país —los otros se ubican en Luján y Río Tercero—, cuya finalidad no sólo es entrenar al plantel de ese cuartel sino de hacerlo a través del dictado de cursos de capacitación con colegas de todo el país y del continente. De hecho, hasta el momento se ha capacitado a unos 700 bomberos y brigadistas con el solo objetivo de brindar un servicio profesional.
El cabo Eduardo Grimaldi es el responsable del Centro de Entrenamiento Avanzado para Bomberos y Brigadistas (Ceabb) y es quien explica a La Capital cómo se fue desarrollando este proyecto, que busca convertir a los bomberos de Pérez en referentes de lo que a capacitación profesional se refiere.
“Nuestra idea, que empezó seis años atrás, fue formar un centro de entrenamiento destinado a lo que son bomberos colegas y empresas, y ofrecer una capacitación que por ese entonces había poca en el país. Nos contactamos con una academia de bomberos voluntarios de Suecia, que es la número uno del mundo, y desde allí nos remitieron a Oregon, Estados Unidos, y realizamos un entrenamiento de 10 días. Fuimos recopilando información, planos, contactos y así se llegó a la construcción del simulador”, cuenta.
El simulador es casero y se construyó con fondos surgidos de la propia asociación de bomberos perecinos y del aporte de algunas empresas. Básicamente, se trata de una estructura construida en base a containers de exportación. El ubicado en el cuartel de calle Belgrano consta de cuatro partes: la más importante es la denominada “casa de humo”, que alcanza unos 12 metros de altura por casi dos de ancho, reforzada con trabajos de herrería. “El esquema de la casa consiste en distintos recorridos dentro de los cuales los bomberos trabajan en condiciones de humo. Es como una casa simulada, con obstáculos, escaleras. Después se ubican dentro del predio otros containers donde se realiza la práctica con fuego”, comenta Grimaldi.
En los restantes tres containers ubicados de forma paralela y que representan distintos escenarios, fundamentalmente habitaciones de una vivienda, se puede apreciar una puerta de inspección a través de la cual el instructor supervisa la escena y los participantes no saben con qué escenario se van a encontrar. “Es como si fuera una casa real, uno no sabe cuál es la disposición de las habitaciones”, abunda el suboficial.
Los simuladores están provistos de puertas antipánico, ventanas con aberturas hacia ambos lados y las paredes están revestidas con un tipo de ladrillos aislantes especiales denominados Retak, que aguantan mil grados y que permiten que el container dure más tiempo.
Grimaldi explica que “un entrenamiento comienza con la organización de un curso, en el cual se hace una charla introductoria de unas dos horas para bomberos y brigadistas. Primero se realizan ejercicios sin fuego, para ver técnicas, como por ejemplo manejo de lanzas, líneas de agua, ejercicios con el equipo autónomo de aire para ver cómo se manejan en espacios reducidos, y también sin visibilidad”.
El paso a los hechos se da luego de los ejercicios teóricos. El fuego se inicia en un sector ubicado en el fondo del container con la quema de tarimas de madera y el fuego avanza en sentido lineal hacia los bomberos. Hay chimeneas para que el instructor regule cómo va evolucionando el fuego en función de lo que se quiere lograr con el ejercicio. Por ejemplo, qué pasa cuando hay una abertura, cómo cambia la corriente de aire, la llama y el humo. Depende de lo que el instructor desee que dure la quema, el ejercicio puede durar alrededor de 20 minutos, porque también estás limitado por la autonomía de los equipos de aire.
El bombero —de 40 años y abogado de profesión— resalta las medidas de seguridad con las que hay contar durante los ejercicios: “Mientras se respeten ciertas normas y haya determinada cantidad de instructores por cantidad de bomberos está todo normal. Por qué, ¿qué peligros pueden existir? Por ejemplo, que si echás mucha agua acá adentro, te hervís. Si tenés mil grados de fuego y lanzás agua, tenés mil grados de vapor. La idea es tratar de que en un incendio el bombero y las personas a rescatar sobrevivan. Porque el problema es que muchos bomberos mueren como consecuencia del vapor que traspasa el equipo y no por el fuego en sí. Lo que se trata de enseñar es eso: manejarse con la cantidad de agua justa, cómo se comporta el fuego, e ir reduciendo el mismo en forma paulatina hasta que lográs controlarlo”, señala el encargado del Ceabb.
Grimaldi resume el trabajo que llevan adelante los bomberos de Pérez y dice que buscan ser “un referente, que la gente nos reconozca como servicio profesional de emergencias, que a pesar de que somos voluntarios, de que no cobramos un salario por esto, no se vea esto como algo de menor calidad. Por eso no dejamos de entrenarnos y perfeccionarnos. Por eso los cursos, el servicio a la comunidad y a las empresas”.
Por Mario Candioti / La capital