Pekín. (EFE).- Un incendio, al parecer provocado, que se inició hace 180 años en una mina del noroeste de China ha podido ser apagado este mes por un equipo especial de bomberos que llevaba trabajando en la extinción desde 1997, informó hoy la prensa estatal.
El fuego fue provocado, al parecer, en el siglo XIX por unos mineros que habían discutido con su capataz, en la mina Rujigou de la región autónoma de Ningxia, y aunque los habitantes de la zona habían intentado apagarlo de vez en cuando, los primeros intentos serios de extinguirlo empezaron hace 10 años.
El incendio ha devorado en casi dos siglos 30 millones de toneladas, la décima parte de la reserva total del yacimiento, y ha puesto en peligro a la población local, con la frecuente aparición de humeantes grietas en el suelo y un alto riesgo de corrimientos de tierra. «Una vez vi como una cabra caía en una de esas grietas y era completamente consumida por el fuego en unos pocos minutos», relató a la agencia Xinhua (estatal) Wang Jihai, capitán del escuadrón de 120 bomberos que durante una década trabajó en la extinción del fuego.
Debido a la alta toxicidad que los humos causaban en la mina, cada bombero podía trabajar cerca del incendio 10 minutos como máximo, lo que eternizó las tareas.
Los incendios de larga duración en minas, muy difíciles de apagar debido a las dificultades de acceso, son frecuentes en países como China o la India, debido a la falta de control de muchos pozos pequeños, que son abandonados dejando en su interior grandes cantidades de polvo de carbón, altamente combustible.
El fuego de Rujigou, junto al cercano de la mina de Baijigou, eran considerados, según los expertos, los incendios más antiguos de China, iniciados cuando el país todavía era un imperio bajo el mando de la dinastía Qing.
Los especiales esfuerzos para apagar el incendio de Rujigou se debieron a que el carbón de ese pozo es de una variedad de antracita de altísima calidad, llamada «heibao» («gema negra») por los mineros chinos.