Ayer, un hombre que manejaba una retroexcavadora murió aplastado
El accidente de un operario paraguayo de 25 años, que ayer murió aplastado por una máquina en una obra en Parque Patricios, reavivó el debate por la posible falta de inspecciones en las construcciones de la Capital.
El hecho ocurrió por la mañana en Rondeau al 3400, cuando un hombre que maniobraba una retroexcavadora en una obra dentro de un garaje «aparentemente se desvaneció dentro de la cabina y fue aplastado por la propia máquina», según indicaron fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación. En el caso interviene la Fiscalía de Parque Patricios, que realiza peritajes en el lugar para determinar las causas del siniestro.
Alberto Crescenti, titular del SAME, confirmó a la nacion que cerca de las 7.50 recibieron una llamada que los alertó sobre el accidente, pero que cuando llegaron a Parque Patricios el obrero «ya había fallecido».
Desde la Agencia Gubernamental de Control (AGC), voceros de prensa informaron: «Aunque todavía se investigan las causas de la tragedia, sabemos que se trató de un accidente laboral». Sin embargo, destacaron que «llama la atención que el obrero estuviera trabajando en un día tan lluvioso como el de hoy (por ayer), cuando normalmente los arquitectos no exponen a sus empleados a excavar».
Si bien las mismas fuentes aclararon que «la obra de 1100 m2 estaba registrada» y que «fue inspeccionada por última vez en abril pasado», el accidente reactivó las denuncias sobre la inseguridad laboral en este tipo de construcciones.
«En la ciudad prácticamente no hay control», aseguró el diputado porteño (MST) Alejandro Bodart. Y agregó que «la Subsecretaría de Trabajo debía asegurarse de que el obrero fallecido no trabajara un día de lluvia, pero no lo hizo».
En tanto, desde la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) también se sumaron al reclamo por la falta de control en la obra donde ayer murió el operario. Las fuentes consultadas indicaron que en agosto, septiembre y octubre de 2013 habían realizado «tres denuncias por irregularidades en la construcción de Rondeau al 3439».
Entre los incumplimientos más relevantes, Ricardo Caamaño, vocero de la Uocra, puntualizó que en la obra faltaban «líneas de vida», que es un soporte al que va enganchado el arnés del obrero y evita una posible caída al vacío. Y agregó: «También carecía de una verificación del estado de las máquinas y herramientas eléctricas; un control de los accesos y salidas seguras de los puestos de trabajo, y las vías de circulación apropiadas».
UN DECRETO POLÉMICO
El legislador Bodart cuestionó, además, el decreto firmado días atrás por la Ciudad que prevé eliminar a los peritos verificadores de obras, habilitaciones, ascensores y otras especialidades que controlan lo que se construye en la Capital. La decisión, publicada en el Boletín Oficial, establece eliminar del registro a 1453 profesionales y reemplazarlos por 20 especialistas.
Desde el gobierno porteño argumentaron que la medida se tomó porque en los últimos tres años recibieron 14.000 denuncias por obras que no coincidían con los planos originales o que se realizaban sin medidas de seguridad.
«Disolver esta tarea, que se creó en 2000 para combatir la corrupción, incrementará las irregularidades en las obras de construcción y posiblemente haya más muertes. ¿Cuáles son las supuestas ventajas de sustituir la tarea de 1000 profesionales verificadores independientes por 20 inspectores?», dijo Bodart.
El diputado agregó que «el promedio de derrumbes en la ciudad es de 1,25 construcciones por mes, según datos de los inspectores de la Subsecretaría de Trabajo porteña».
En tanto, el director general de Fiscalización y Control de Obras, Osvaldo Alonso, comentó: «En 2000, a la Ciudad le pareció bien tercerizar las inspecciones, pero no tenían la potestad de clausurar una obra. Ahora decidimos entrenar a 20 profesionales con tecnología lo que aporta más transparencia a los controles».