Pese a la presencia de los bomberos, las llamas cobraron intensidad por las altas temperaturas que se registran estos días y por la falta de humedad. Afecta a una gran parte de la ciudad. Afirman que aún es poco lo que se puede hacer (Foto AP).
(EFE). Un fuerte incendio en las inmediaciones de la ciudad estadounidense de Los Angeles, que cobró intensidad debido a las altas temperaturas, forzó hoy a la evacuación de los residentes en el área.
El incendio comenzó en el barrio residencial de Chatsworth, al oeste de Los Angeles, a última hora del miércoles como un fuego local avivado por la maleza seca en la zona pero del que se desconocen las causas.
Pese a la presencia de los bomberos, las llamas cobraron intensidad durante la noche gracias a las altas temperaturas que se registran estos días, en torno a los 32 grados centígrados, y a la falta de humedad.
En total el incendio afecta a unas 2.835 hectáreas.
Un equipo de mil bomberos, ayudados por helicópteros y aviones cisterna, sólo ha conseguido controlar el cinco por ciento del fuego.
«Es difícil la lucha cuando hay tanta maleza seca. Hay poco que se puede hacer para detener (el incendio)», afirmó Paul Shakstad, portavoz del departamento de bomberos de Los Angeles.
A pesar de la voracidad de las llamas, los bomberos consiguieron alejar el fuego de las zonas más pobladas y por el momento tan sólo un hogar ha quedado destruido.
El tráfico rodado también se vio afectado por este incendio, situado a ambos lados de la autopista 101, una de las más transitadas de la ciudad y que une las comunidades de la costa con el corazón de Los Angeles.
El incendio ha forzado a la evacuación en áreas rurales como Bell Canyon, Lake Manor, Kanan Road o Malibú Canyon, entre otras.
Esta zona está salpicada de ranchos y hogares entre las áridas montañas que flanquean las populares playas de Malibú.
La zona de Malibú, conocida como la residencia de las estrellas y afectada en otras ocasiones por este mismo tipo de incendios, se mantiene fuera de peligro por el momento.
Los meses de septiembre y octubre se conocen como la temporada de incendios en la zona ante la sequedad del terreno tras un caluroso verano y la llegada de los vientos de Santa Ana, un sistema de alta presión que sopla desde el desierto hacia la costa y que mantiene las temperaturas elevadas.
«Es el típico Santa Ana que llega puntual», declaró a la prensa el meteorólogo Bill Patzert del laboratorio de Propulsión a Chorro de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).