El lamentable episodio dejó gravísimas secuelas a Mónica Valoy y Jorge Barraza, el matrimonio de Gran Porvenir que espera por justicia.
ARGUMENTO. Casi la totalidad de los testimonios recogidos señalaron que el auto no contaba con oblea.
La investigación en busca de los responsables de la fatídica explosión del tubo de GNC en la estación de servicio bandeña, dio un paso de suma importancia ayer, cuando el fiscal que entiende en la causa imputó al playero que inició la carga aquella jornada.
Tal como se presumía, Juan Pablo Sayago, el empleado de la estación que accedió a cargarle gas natural comprimido al Dodge 1500 fue imputado por el supuesto delito de “lesiones gravísimas culposas en perjuicio de Mónica Valoy y lesiones graves culposas en perjuicio de Jorge Barraza”.
La medida fue confirmada por el Dr. José Alberto Piña, fiscal que interviene en la causa: “En el día de hoy (por ayer) se ha imputado al playero Juan Pablo Sayago y se le tomará declaración indagatoria el jueves”, sostuvo.
“Estamos realizando dos investigaciones paralelas, una siguiendo el camino que recorrió el tubo hasta llegar al auto del siniestro y otra, la responsabilidad que tendrían los de la estación de servicio. Sobre esta última es que ya tenemos los elementos para imputar”, explicó el representante del Ministerio Público Fiscal.
Seguidamente agregó: “La última declaración que le recibimos al playero de la otra estación (el que se negó porque el auto no habría estado en regla) que confirma que minutos antes ese auto había intentado cargar GNC sin la oblea es un elemento importante”.
Luego remarcó que “la calificativa que recaerá sobre Sayago será “lesiones gravísimas culposas en perjuicio de Mónica Valoy y lesiones graves culposas en perjuicio de Barraza”.
El caso
La mañana del 16 de enero último, Mónica Valoy (28), percibía la Asignación Universal por Hijo, por lo que junto a su marido, Jorge “Marcos” Barraza, su primo José Carrizo y con su beba de siete meses salieron temprano desde el paraje Gran Porvenir y se trasladaron hacia la ciudad de La Banda para hacer efectivo el cobro y comprar diversos elementos.
Una semana antes habían comprado un auto, un Dodge 1500, al que lo había cambiado por una motocicleta y unos $1.000.
Cerca de las 11, intentaron cargar gas en la estación de servicios que se encuentra frente al Hospital Antenor Álvarez, pero el empleado del lugar se negó a realizarles la carga, ya que el auto no contaba con la oblea correspondiente. El testimonio de este playero terminaría siendo clave para la imputación de Sayago.
Ante la negativa se trasladaron hasta la estación de avenida Libertador y paso a nivel norte, allí los atendió el playero de apellido Sayago, quien inició la carga normalmente y en minutos devino lo que todos saben.
El tubo de GNC explotó con tal violencia que destruyó el auto, le seccionó parte de las piernas a Mónica, la bebé que estaba en sus brazos cayó al suelo, Jorge perdió un ojo y terminó con vidrios incrustados en su cara. La onda expansiva rompió vidrieras y sembró el pánico en 300 metros a la redonda.
A las escenas de terror que se vivieron en el lugar le siguieron momentos angustiantes en el Hospital Regional, donde fueron trasladados los heridos y se aguardaba por el estado de salud de Mónica y Jorge, quienes presentaban las heridas de mayor gravedad. Con el pasar de los días, la pesadilla llegó a su fin y milagrosamente casi 10 días después del lamentable episodio, el joven matrimonio abandonó las instalaciones del hospital y regresó a su humilde casa donde los aguardaban sus tres hijos. Ahora esperan que la Justicia determine de quién es la responsabilidad de lo sucedido esa mañana, que marcó un antes y un después en sus vidas.