«Ha sido terrible, hemos empezado a oír explosiones y después todo era humo»

El fuego ha obligado a desalojar alrededor de cincuenta viviendas colindantes | En estos momentos, los bomberos intentan enfriar un tanque de dos toneladas, lleno de disolventes

La fábrica familiar de pintura Ivegor (Ignacio Vega Gorostegui) de El Astillero arde en llamas. Siete vehículos de bomberos de los parques de Santander y Camargo han acudido con urgencia al número seis de la calle Fernández Hontoria de la localidad astillerense, donde se encuentra esta empresa dedicada a la fabricación y distribución de barnices, esmaltes, pinturas y disolventes y que cuenta con una docena de trabajadores. Por el momento, se desconoce la causa que provocó el inicio de las llamas.

En estos momentos, los bomberos intentan enfríar un tanque de dos toneladas que contiene disolventes. Los servicios de extinción van a bombear agua desde la ría. Tres quintas partes del tejado de Ivegor se han venido ya abajo. El edificio se da ya por perdido, dada la gravedad de los daños en su interior.

El alcalde, Carlos Cortina, que se acercó hasta el lugar del incendio, ha afirmado que «si el inmueble es declarado en ruina, no podrá volver a levantarse como fábrica, ya que el terreno está calificado como zona residencial».


El portavoz del PRC en el Ayuntamiento de El Astillero, Francisco Ortiz, informó de que, al parecer, el incendio se originó en una pequeña nave adyacente y se extendió después a la nave principal. En estos momentos, el incendio, según indicó, comienza a estar controlado o «al menos parece que no va a más». Según Ortiz, «no estamos preparados, porque ha habido momentos en que no han podido tirar agua por falta de presión. Afortunadamente, no hay viento, el edificio es de sólo tres alturas y han podido sacar agua de la ría, que está cerca».

Testimonios en la calle

Manuel Álvarez, vecino de la zona, asegura que escuchó «primero las explosiones y vi que empezó todo a arder. Luego todo era humo. Ha sido terrible, pero era algo de esperar. Esto es peor que vivir al lado de un surtidor».

Uno de los empleados de la empresa, compungido y sin querer decir su nombre, afirma que «estoy asistiendo al triste espectáculo de quedarme sin puesto de trabajo».

Teresa Frade, también empleada de Ivegor, y Carmen Leal, esposa de un trabajador, no pueden contener las lágrimas: «Cómo está la situación, todos los que trabajamos en la fábrica nos vamos a la calle».

José Luis Hazas, de 81 años y con invalidez, explicaba así la experiencia. «Me he puesto algo de ropa y he salido a la calle. Nos han sacado para evitar el peligro».

Ángel Dual, otro residente en la calle Fernández Hontoria, dice que escuchó una explosión y, al asomarse a la ventana, vio que salía «mucho humo y fogonazos». Su familia tuvo que ser evacuada y fueron trasladados al cercano parque de La Planchada.

Jorge Andrés, vecino y trabajador del Bar Monar, que está junto a la fábrica, estaba de turno cuando escuchó «una explosión y ví salir a los vecinos». Tanto la Policía Local como la Guardia Civil les han pedido que salgan para evitar males mayores. «Ha sido muy inesperado, pero confío en que no vaya a más».

Serafín Díaz estaba en el bar y su mujer, Carmen Herrero, en casa con una amiga. Los dos han oído la explosión y él ha acudido a avisarlas para que salieran de la vivienda. Ellas se encontraban en zapatillas y en bata. «Después de lo que ha ocurrido, estamos todos en la calle». La mujer afirma que «la fábrica es un peligro y deberían quitarla de ahí. Aunque extingan el incendio, no pienso volver a casa porque me da miedo».

A la joven Alejandra Cañizo le sorprendió el humo cuando se acercaba a su casa desde el trabajo. «Mi hermano padece esquizofrenia y he entrado a la casa con un policía para coger la medicina que le hace falta. Pese a la consternación del momento, estoy aliviada porque mi familia se encuentra bien».

Disolventes y materiales infamable

El aviso fue recibido a las nueve y diez de la noche, cuando había cesado ya la actividad industrial. La acumulación de disolventes y otros materiales inflamables complican las tareas de extinción del fuego. Ignacio Diego, presidente del Gobierno de Cantabria y vecino de El Astillero, se ha desplazado hasta el lugar del incendio para interesarse por la situación.

Los vecinos de las casas colindantes han sido evacuados para evitar riesgos. En total, unas cincuenta viviendas han sido desalojadas de los edificios cercanos al lugar de las llamas. Hacia la media noche, los residentes han comenzado a regresar a sus hogares una vez descartado el riesgo de nuevas explosiones.

Junto con los bomberos, se han trasladado a la zona unidades de la Policía Local de Astillero, una Unidad Móvil, por si hubiera que atender a algún herido y dos patrullas de la Guardia Civil.

Además de la evacuación de personas, han sido retirados los vehículos aparcados en los alrededores. Los vecinos han sido trasladados por seguridad al parque de La Planchada, donde han pasado unas horas a la espera de la llegada de familiares. Algunos de ellos, ante la situación, decidieron, por su cuenta, alojarse temporalmente en casa de sus allegados.

Militanes del PSOE que se encontraban en el edificio de La Fondona durante el mitin de Puerto Gallego comenzaron a oír explosiones y llamaron a los bomberos, a los que advirtieron de que estaba ardiendo una fábrica de pinturas a escasos metros de allí. Según informaron algunos de los asistentes a este acto, los bomberos «aparecieron en cinco minutos».

El fuego y la humareda provocados por el incendio puedieron divisarse desde varios kilómetros a la redonda.

Fuente: www.eldiariomontanes.es

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