Eldorado. En una megaplantación de yerba mate, de la cuál no trascendió el nombre, se detectó trabajo esclavo y explotación de trabajadores que vivían de manera infrahumana en carpas de plástico negro y bolsas de consorcio, sin luz, sin gas, sin baños, sin agua potable.
Todos los trabajadores de una megaplantación de yerba mate hacían sus actividades laborales en negro, sin ningún tipo de cobertura social, denunció la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
El organismo recaudador continúa con sus operativos de control de empleo registrado y volvió a detectar irregularidades en una rama con elevado nivel de concentración productiva en el sector rural.
Los agentes fiscales constataron que el 100 por 100 de los empleados de una producción de yerba mate se encontraban realizando sus actividades de manera irregular y en “condiciones deplorables”, informó el ente oficial. Se trata de una finca ubicada en la localidad misionera de Eldorado, donde se relevó a 11 empleados que no sólo trabajaban “sin los elementos ms mínimos de seguridad”, sino que también vivían “en un precario campamento a pocos metros de su trabajo”.
Las viviendas eran carpas de plstico negro y los colchones estaban apoyados sobre la tierra, según señaló el organismo. El campamento no cuenta con la provisión de los servicios bsicos indispensables, como energía eléctrica, gas y agua potable, dijo la AFIP. Además, en el lugar no existen baños y tampoco lugares acondicionados para la preparación ni ingesta de los alimentos.
Las personas relevadas expresaron que se encuentran en el lugar en forma transitoria y que estiman que seguirán trabajando ahí por lapsos de 15 días.
Similares condiciones laborales encontró el ente recaudador en en aserradores de la provincia de Corrientes. Se relevaron empresas de mediana envergadura, dedicadas al aserrado y cepillado de madera de pino en la ciudad correntina de Santo Tomé. En un establecimiento se registró que cinco de las veinte personas que prestaban servicios no se encontraban declaradas ante el fisco. Al igual que el caso anterior, los trabajadores realizaban sus tareas sin los elementos mínimos de seguridad.
“La diferencia es que no vivían en carpas, sino hacinados en precarias casillas de chapa y madera”, detalló la AFIP. Las viviendas no contaban con los servicios bsicos, pero no tenían ningún tipo de aislante térmico y en esa zona son habituales las temperaturas superiores a 40 grados centígrados.