Equipos de médicos del Garrahan lograron conectar el miembro que había perdido en un accidente

Inédita operación en un hospital público. Se repone un chico amputado por una máquina de panadería
Pudieron reimplantar con éxito una mano a un niño de 3 años.
El equipo de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Juan Garrahan realizó por primera vez un reimplante total de mano a un niño de tres años, que sufrió la amputación de ese miembro al accidentarse con una máquina industrial cortadora de pan.

La operación, que se realizó el pasado 29 de mayo en el Garrahan y duró más de seis horas, fue practicada en forma simultánea por dos equipos de cirugía y es inédita debido a la baja edad del paciente que fue intervenido.

El jefe del servicio de Cirugía Plástica y Quemados, Pedro Dogliotti, indicó que el menor ingresó al Garrahan derivado de un hospital zonal de San Isidro, donde se le practicaron los primeros auxilios y se procedió a conservar la mano izquierda del niño, que le había sido amputada por una máquina industrial.

Dogliotti señaló que la mano llegó a la sala de cirugías «en perfecto estado de conservación», por lo cual se procedió «de inmediato» a practicar la intervención quirúrgica.

El cirujano explicó que durante la operación, que duró más de seis horas, se logró «conectar la mano del niño al hueso y se ligaron los tendones, los nervios y las venas, para lograr que vuelva a circular la sangre» por el miembro.

El niño, llamado Dylan, se accidentó en una panadería de Grand Bourg donde trabaja su padre cuando, ante un descuido, metió su mano izquierda en una máquina que amasa y corta el pan para ser horneado.

El médico principal del servicio de Cirugías del Garrahan, Juan Carlos Rodríguez, destacó que «es la primera vez que ingresa un chico de tres años con una lesión que se da en operarios».

Rodríguez explicó que «la amputación de manos en niños se da por aplastamiento, generalmente en accidentes, pero por el corte de una máquina industrial, es el primer caso que se atiende en el Garrahan».

El cirujano reiteró que la mano del niño llegó al quirófano «en buen estado de conservación dentro de una bolsa de polietileno esterilizada y fue tratada con suero fisiológico». Agregó que ese miembro «estaba protegido con hielo fuera de la bolsa», pero acotó que «el mayor problema que presentaba la operación es que los vasos de la mano de un niño son muy finos».

«Pero como el corte fue neto se pudo unir el aparato tendinoso a la mano sin mayores inconvenientes», explicó.

Rodríguez acotó que intervinieron en la operación dos equipos de cirugía que trabajaron «en forma simultánea».

«Hubo que hacer un puente venoso extrayendo parte de una vena de la mano no afectada, que sirvió para alargar la vena del sector izquierdo donde se reimplantó la mano», detalló.

Dylan podrá ser dado de alta la semana que viene y deberá realizar un tratamiento de rehabilitación que puede durar «cerca de dos años», estimó, hasta recuperar en su totalidad el movimiento de la mano.

Rodríguez señaló que «la evolución del paciente es muy buena, no ha tenido ningún tipo de infección» y descartó que «deba ser intervenido nuevamente, por lo menos en lo inmediato».

En otro momento, los médicos pusieron especial énfasis en los cuidados a que se debe someter un miembro amputado, para que la reparación quirúrgica sea exitosa.

Recuperación
Dogliotti comentó que «a corta edad, el restablecimiento siempre es superior que a edades mayores por un hecho biológico», por lo que estimó que «entre tres y seis meses» el paciente contará con «recuperación nerviosa total».

«La expectativa es que tenga movilidad el ciento por ciento», dijo Rodríguez. El médico principal del equipo del Garrahan alertó sobre la importancia del «tiempo transcurrido entre el accidente y la reparación quirúrgica. Es muy importante contar con un lugar de derivación que pueda aceptar estos pacientes, y la conservación de la mano en forma adecuada».

Luego, José Gonzalo y Valeria, padres del niño, dos adolescentes de condición humilde de Grand Bourg, zona norte del conurbano, dialogaron brevemente con la prensa y se mostraron «agradecidos» con el hospital Garrahan en general, y con el equipo médico en particular.

Valeria, con timidez, dijo que su hijo «ahora está bien y hay que esperar». Su esposo relató que en medio de la desesperación cargó «la manito en su bolsillo» y fue al Hospital de San Isidro. «Nunca imaginé que se la iban a reimplantar. Me lo imaginaba sin mano», dijo, con sonrisa retraída, aunque agradecida.

Por ello, resaltó que los médicos del hospital de San Isidro «actuaron con mucha celeridad; llamaron a sus colegas del Garrahan y conservaron en muy buen estado el miembro amputado, por lo que se pudo concretar la operación». (Télam y DyN)

Fuente: Diario La Capital

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