El airbag, diseñado para proteger la cara, el cuello y el tórax en caso de accidente, también puede causar serias lesiones oculares. Aunque este dispositivo evita la muerte del conductor en el 30% de los siniestros, también afecta a los ojos del 35% de los accidentados.
Un tercio de ellos acaba siendo declarado legalmente ciego, según ha manifestado el Dr. Carlos Ruiz Lapuente, jefe del Servicio de OftalmologÃa del hospital Virgen del RocÃo de Sevilla.
â??La velocidad a la que se expande el airbag provoca más lesiones oculares que el choque del conductor contra este mecanismoâ??, ha explicado. El despliegue se produce entre 50 y 133 metros por segundo.
En un accidente a velocidad baja, el impacto del conductor contra el airbag tiene lugar a 18 metros por segundo. Si la velocidad es un poco mayor, de unos 20 metros por segundo, se produce la rotura del globo ocular.
Los tejidos, las reacciones quÃmicas y la composición del airbag también son un motivo de preocupación para los oftalmólogos.
Cuando este dispositivo entra en acción, 70 gramos de ácido sódico se inflaman durante 0,01 segundos, con el fin de inflar una bolsa de aire de unos 60 litros.
Durante esta operación, se generan hidróxido carbonato de sodio, sustancias que pueden abrasar la córnea.
Aquellos conductores que llevan gafas se enfrentan, además, a la posibilidad de que el airbag las convierta en un proyectil.
Los especialistas consultados indican que este incidente es la causa principal de muchas lesiones en la córnea, hemorragias, roturas del cristalino, perforaciones oculares y desprendimientos de retina.