Controlan el incendio en Gran Bretaña y ahora la amenaza es una nube tóxica

Los bomberos finalizan hoy las tareas para extinguir el fuego en los tanques de petróleo que estallaron el domingo. Pero sigue el temor entre la población: millones de partículas tóxicas están contaminando el aire.


Todavía siguen encendidos tres de los 20 depósitos. El fuego desatado el domingo obligó a evacuar a 2.000 personas, dejó 43 heridos y provocó una nube de humo negro que cubrió gran parte del sur de Inglaterra. (Foto AP)

El equipo de bomberos espera finalizar hoy las tareas para extinguir el fuego en los depósitos de combustibles del centro de almacenamiento de Buncefield, cerca del aeropuerto de Lutton, en el sur de Inglaterra. Pero la noticia no trajo la calma que se esperaba. Las autoridades ya advirtieron que millones de partículas tóxicas sobrevuelan en el aire de Londres, lo que puede causar serios daños de salud en la población. El siniestro también trajo problemas ecológicos y no distingue fronteras: una nube tóxica ya se instaló en Francia y levantó el alerta.

Según informó hoy el períodico Evening Standard, la organización London Air Quality Network, que controla la calidad del aire de Londres, millones de partículas están contaminando algunos barrios de la capital británica. «Los efectos nocivos del humo negro se están sintiendo en el aire y durarán por semanas. También se sentirán en otras partes del sur de Inglaterra», declaró una fuente de ese organismo.

De acuerdo al informe, las zonas más afectadas por la polución son los barrios de Neasden y Haringey, al norte de la ciudad. Gary Fuller, experto en calidad de aire del King’s College, declaró que las causas de la columna de humo negro «aún son desconocidas». «Tenemos que esperar para analizar en detalle las posibles implicaciones de esta catástrofe medioambiental», agregó.

Según el Evening Standard, los expertos consideran que el humo negro comenzará a dispersarse en las próximas horas, debido a las ráfagas de viento polar que soplan desde el martes. Con el paso del tiempo, las cosas empeoran. Una pluma de humo negro y espeso de 3.000 metros se elevó hacia el cielo y produce serios problemas respiratorios en el sur de Inglaterra porque es tóxica. Ayer, la nube llegó a Francia y tiene forma de V.

El combate contra las llamas fue retomado a primera hora por los más de 150 bomberos que trabajan en el lugar después de que se viera interrumpido ayer ante el temor de que explotara un depósito con una sustancia altamente volátil.

El gigantesco incendio arrasó el centro de combustibles de Buncefield, el quinto más grande del Reino Unido, provocó una nube de humo negro que cubrió gran parte del sur de Inglaterra y causó heridas a 43 personas, de las cuales sólo una continúa internada. También despertó temores sobre sus eventuales daños sanitarios y ecológicos (Edición impresa).

Treinta y seis familias pasaron la noche en albergues improvisados y las autoridades llamaron a quienes viven cerca del complejo a permanecer en sus casas y mantener cerradas todas las puertas y ventanas por la fuerte humareda. Las escuelas en un radio de 17 kilómetros permanecen cerradas.

Para combatir el fuego ya se usaron 15 millones de litros de agua y 250.000 litros de espuma concentrada. En las tareas participan 26 camiones de bomberos y otros 20 vehículos de apoyo.

El centro de almacenamiento tiene veinte depósitos, cada uno de ellos con capacidad para 13,5 millones de litros. Pertenece a las petroleras Texaco y Total y desde allí se suministra combustible a los principales aeropuertos de la capital británica.

Fuente: Diario Clarin

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