Consejos para comprar pirotecnia

Llega la Navidad y algunos comienzan a preocuparnos por los fuegos artificiales. Para evitar accidentes, el Ministerio de Seguridad dio algunas recomendaciones.

Ante la llegada de las fiestas de fin de año, el Ministerio de Seguridad bonaerense difundió una serie de recomendaciones a la población, entre ellas no comprar artículos pirotécnicos en lugares no habilitados y adquirir sólo aquellos productos autorizados por el Registro Nacional de Armas (RENAR).

José Luis Santiso, jefe del Registro Provincial de Armas (REPAR), dependiente del Ministerio de Seguridad bonaerense, aconsejó además «no adquirir productos que presenten desperfectos en su envoltura o mecha».

Entre las recomendaciones figuran «no adquirir productos pirotécnicos en la vía pública o en lugares cercanos a comercios dedicados a la venta de productos inflamables» y «no dejar a los niños manipular» ese material.

También se aconsejó «no introducir fuegos de artificio en envases de vidrio o latas», «nunca llevar estos elementos en los bolsillos ni exponerlos a fuentes de calor» y utilizarlos sólo en lugares abiertos.

Otros de los consejos son: «Contar siempre con un recipiente con agua a los efectos de apagar el material utilizado», «no dirigir la pirotecnia contra personas o cosas ni arrojarlo debajo de los automotores» y «no efectuar mezclas de sus contenidos».

El ministerio informó que aquellas personas que observen conductas contrarias a la ley vigente podrán comunicarse a la línea gratuita del REPAR 0800-222-6902.

Durante el año pasado, el organismo secuestró más de 6.000 toneladas de productos pirotécnicos por distintas irregularidades.

En cuanto a la comercialización, los depósitos de pirotecnia de venta libre no podrán almacenar más de 200 bultos (cajas de 15 kilos) y deberán estar ubicados a una distancia no menor a los 50 metros de lugares de reunión de personas como estaciones de tren y escuelas o donde se acumulen sustancias inflamables (estaciones de servicio o pinturerías).

Las instalaciones de los depósitos deberán ser «antichisposas, sin clavos ni elementos de hierro o acero a la vista. Los techos, de hormigón armado de 15 centímetros de espesor o de una estructura liviana con cielorraso sólido e incombustible».

«Los pisos, de material no chisposo y las puertas metálicas recubiertas con idéntico material y herrajes de bronce. Las ventanas tendrán que estar protegidas por una malla de alambre. La iluminación eléctrica deberá ser antiexplosiones, y los interruptores y fusibles ubicados en el exterior», se informó.

Asimismo, deberán contar con un sistema interno de irrigación preferentemente autónomo y el lugar deberá tener la suficiente capacidad de provisión de agua (como mínimo 20 litros por metro cuadrado).

Fuente: www.infobae.com

Un obrero falleció al derrumbarse una losa en la ex fábrica Noel

El accidente ocurrió en el galpón de la calle Daniel Cerri, en Barracas. El trabajador no fue identificado, pero se informó que se trata de una persona «joven». Otros dos obreros fueron hospitalizados con heridas.

El obrero que había quedado atrapado debajo de los escombros en una obra de demolición ubicada en el barrio porteño de Barracas, fue encontrado muerto por los bomberos.

Así lo confirmaron a la agencia DyN voceros de la subsecretaría de Emergencias del Gobierno porteño, que indicaron que el trabajador no fue identificado, pero que se trata de una persona «joven».

La víctima quedó atrapada luego de derrumbarse una losa en el galpón de la calle Daniel Cerri 1251, que ocupa toda una manzana, ex fábrica Noel. Otros dos compañeros fueron trasladados a un hospital luego de derrumbarse de la losa.

Allí están demoliendo las instalaciones para construir una terminal de ómnibus de la empresa de transportes Plusmar.

Fuente: www.infobae.com

Las sanciones a ART aumentaron siete veces desde 2002

Así surge de los resultados de la Evaluación de Desempeño de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo del 2º semestre 2004. Las que más crecieron fueron las más sancionadas.

La Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) presenta los resultados del 2º semestre 2004 del Sistema de Indicadores de Evaluación de Desempeño de las Aseguradoras de Riesgo del Trabajo (SIEDart).

Los siguientes son los resultados de dicha evaluación:

Estos resultados también pueden ser consultados desde la página web del organismo www.srt.gov.ar donde figuran el documento base, el sistema de indicadores y los resultados del 1º y 2º semestre del 2004, habiéndose desarrollado un total de 18 indicadores correspondientes a cuatro variables: a) cobertura prestacional, b) prevención de riesgos del trabajo, c) calidad del servicio y d) cumplimiento de obligaciones como entidad aseguradora.

Qué es el SIEDart

El SIEDart constituye un mecanismo de análisis permanente y de carácter periódico de las aseguradoras de riesgos del trabajo (excluidas las empresas autoaseguradas), cuyas fuentes primarias provienen de:

a. la información solicitada a las ART en cumplimiento de diversas obligaciones establecidas en la normativa, y
b. la información producida por la propia SRT en virtud del desarrollo de las diversas funciones y actividades que le son propias.

Cabe destacar que la información presentada tiene carácter de pública en los términos del decreto 1172/03, ya que se encuentra en las bases y registros de la SRT.

El SIEDart aporta elementos para analizar el comportamiento y la gestión de las ART como agentes del sistema y es indirectamente un sensor de la actividad de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo en relación con su función de organismo rector del sistema.

VARIABLES E INDICADORES DE EVALUACIÓN DE DESEMPEÑO

1) Cobertura Prestacional
Indicadores:
Porcentaje de incumplimientos detectados en auditoría del otorgamien to de prestaciones de rehabilitación y provisión de materiales ortésicos y protésicos
Porcentaje de incumplimientos detectados en auditoría del otorgamiento de las prestaciones en especie en ocasión de denuncia de trabajadores

2) Prevención De Riesgos Del Trabajo
Indicadores:
Porcentaje de exámenes médicos periódicos no realizados detectados en auditorías.
Porcentaje de trabajadores expuestos a agentes de riesgo con exámenes médicos periódicos completos detectados en auditoría.
Tasa bruta y específicas de profesionales/técnicos en higiene y seguridad (x100.000 trabajadores).
Tasa bruta y específicas de profesionales/técnicos en higiene y seguridad (x1.000 empleadores).

3) Calidad del Servicio
Indicadores:
Grado de calidad de la cobertura prestacional de accidentes graves
Tasa de denuncias de trabajadores (x 100.000)
Tasa de denuncias de empleadores (x 1000)

4) Cumplimiento de Obligaciones como Entidad Aseguradora
Indicadores:
Porcentaje de trámites para determinación de ILP presentados fuera de término
Promedio de días de demora en la presentación fuera de término de los trámites para determinación de ILP
Porcentaje de acuerdos (por ILPPD) no homologados por todas las causas
Porcentaje de trámites con dictamen de la comisión médica divergente respecto de lo actuado por la ART
Conducta informativa de la ART – Porcentaje de registro de datos aceptados
Porcentaje de sanciones anuales
Evolución del número de sanciones anuales
Tasa de sanciones (por 100.000 trabajadores)
Tasa de sanciones (por 10.000 empleadores)

Fuente: www.infobaeprofesional.com

Un rayo terminó con la vida de un peón de campo en Santa Fe

El hombre de 33 años estaba trabajando al aire libre durante la fuerte tormenta eléctrica que se registró ayer en la provincia. Fue alcanzado por un rayo y murió en el acto.

Un peón rural murió fulminado por un rayo mientras trabajaba en medio de una tormenta eléctrica, en la localidad santafesina de Laguna Paiva.

El hecho ocurrió en la zona rural de esa ciudad, ubicada unos 45 kilómetros al noreste de la ciudad de Santa Fe, en medio de una fuerte tormenta eléctrica que se registró ayer.

Sergio César Oliva, de 33 años, murió cuando realizaba tareas en el campo. En el caso tomó intervención la policía y la justicia competente.

Fuente: www.infobae.com

Un joven tropezó y cayó sobre una sierra industrial

Ayer a la mañana se produjo un accidente grave en un aserradero mientras un grupo de operarios se encontraban trabajando. Según indicaron las fuentes policiales consultadas, por causas que se tratan de establecer, un joven de 22 años tropezó en el interior de la fábrica y golpeó con su cabeza una sierra industrial con la que se procesa madera.

Según indicaron las fuentes policiales consultadas, por causas que se tratan de establecer, un joven de 22 años tropezó en el interior de la fábrica y golpeó con su cabeza una sierra industrial con la que se procesa madera.
Todo ocurrió pasadas las 11 de ayer, cuando Cirilo Figueroa (22) se encontraba desarrollando las tareas habituales en el aserradero â??La Cajoneraâ??, con asiento en el Parque Industrial de Concepción del Uruguay, ubicado en las afueras de la ciudad. Al parecer el joven llevaba material cuando tropezó accidentalmente y cayó con su cabeza sobre una sierra de maderas, la cual le provocó heridas de suma gravedad.

De inmediato el joven fue trasladado hasta la sala de guardia del Hospital Justo José de Urquiza, donde se le practicaron las primeras curaciones y se intentó estabilizar su salud, ya que era preocupante el tipo de herida con la que llegó.

Luego quedó internado en terapia intensiva, estable pero a la espera de una evolución, ya que continuaba siendo crítico el cuadro. De acuerdo a lo que indicaron fuentes del nosocomio, Figueroa presentaba traumatismo cerebral encefálico grave, informó La Calle.

Personal policial de la comisaría Segunda tomó intervención y se iniciaron actuaciones de oficio para establecer las circunstancias en que ocurrió el accidente que puso en riesgo la vida del joven.

Fuente: Diario Junio Digital

Tras un accidente, una empresa boliviana de energía se convierte en un modelo de responsabilidad social corporativa

Buenas Prácticas – Internacionales

El 20 de enero de 2000, la ruptura de un oleoducto en una remota meseta boliviana provocó el derrame de unos 29 mil barriles de petróleo crudo en el cauce del río Desaguadero. Durante los siguientes días el petróleo fue arrastrado río abajo cerca de 200 kilómetros, contaminando la principal fuente de agua y de irrigación de siete mil pobladores de unas 120 aldeas indígenas asentadas a orillas del Desaguadero.

El derrame volcó la atención pública hacia Transredes S.A., una compañía entonces poco conocida establecida en 1997 a través del Programa de Capitalización Boliviano. En los días posteriores al derrame, los editoriales de varios periódicos acusaron a Transredes de negligencia, afirmando que el desastre demostraba que la inversión extranjera era mala para el país. Grupos ambientales de Bolivia y del exterior advirtieron que el derrame amenazaba la supervivencia económica y cultural de varias comunidades indígenas. Algunos observadores inclusive reclamaron al gobierno que impidiera a Transredes realizar cualquier otra inversión en Bolivia.

Una respuesta rápida
Así como el famoso derrame de petróleo del carguero Valdez ocurrido en Alaska en 1989 manchó la imagen de la firma Exxon Corp., el incidente en el Desaguadero amenazaba arruinar la reputación de Transredes en Bolivia. Sin embargo, cuatro años después, un estudio de la consultora internacional independiente Equipos Mori, demostró justo lo contrario. Tras entrevistar a 800 ciudadanos bolivianos, 400 empleados de la empresa, 150 líderes de opinión y 35 representantes de compañías contratistas de Transredes, el estudio otorgó a la empresa un â??cociente de reputaciónâ?? de 69, comparado con el promedio internacional de 63.5 para compañías petroleras.

¿Qué sucedió? La respuesta tiene mucho que ver con la manera en que Transredes respondió al derrame y con las políticas y prioridades que han llegado a ser emblemáticas de su gestión.

A pocas horas de detectar la ruptura, Transredes contrató a la firma estadounidense Polaris Applied Sciences Inc., especializada en resolver problemas relacionados a derrames de petróleo. Polaris ayudó a diseñar un programa de limpieza de 11 meses que eventualmente contrataría a más de 3.000 residentes para recoger en bolsas el crudo derramado a orillas del río. Puesto que la mayoría de las comunidades del área dependían del ganado para su sustento, el equipo de limpieza desarrolló un sistema integral de marcadores para impedir que el ganado pastara en áreas contaminadas hasta que se limpiaran. Transredes también compró y distribuyó toneladas de forraje suplemental en las áreas cuyos prados habían sido contaminados y contrató a tiempo completo a 11 veterinarios licenciados para atender al ganado enfermo en las comunidades afectadas.

Seis meses después, Transredes anunció que ya no quedaban en el área cantidades tóxicas de petróleo. Los vestigios del crudo habían sido analizados repetidas veces hasta confirmar que no eran dañinos ni a la población ni al ganado. Gracias al tratamiento de los veterinarios no murieron ni ovejas ni vacas a consecuencia del derrame y se recuperó virtualmente toda la vegetación afectada.

Transredes también cubrió los costos de una auditoría ambiental integral del área afectada, según requería la ley boliviana, y pagó casi 6 millones de dólares en diversos tipos de compensación a las familias afectadas.

Reacción sin precedentes
Según Oscar Serrate, vicepresidente de relaciones públicas de Transredes, no existía ningún precedente en Bolivia para la respuesta de la compañía ante el derrame. â??En la historia de YPFB (la anterior compañía petrolera de propiedad estatal) habían ocurrido docenas de derrames de petróleo, pero nunca se había compensado a nadieâ??, dijo Serrado. El tipo de limpieza realizado por Transredes, acorde con los máximos estándares internacionales, ni siquiera estaba contemplado en las regulaciones ambientales bolivianas de entonces, agregó.

Aunque la respuesta de Transredes ayudó a moderar las críticas que recibió tras el derrame, el incidente aumentó la preocupación de la compañía por los riesgos sociales y ambientales que había heredado de YPFB. Transredes opera más de 6 mil kilómetros de ductos de petróleo y de gas que atraviesan siete de los nueve departamentos de Bolivia, pasando por 84 municipios y 500 comunidades. Muchas de estas áreas son de difícil acceso y ecológicamente frágiles, y en ellas viven algunas de las comunidades más pobres del país. Mantenida en forma inadecuada por YPFB, gran parte de la infraestructura de las tuberías estaba en alto riesgo de sufrir rupturas y derrames adicionales.

Tras el derrame en el Desaguadero, los directivos de Transredes aceleraron un programa para alcanzar estándares internacionales en salud, seguridad, medio ambiente y relaciones comunitarias. Nombraron a un nuevo vicepresidente responsable de esos sectores y contrataron a tiempo completo a oficiales de relaciones comunitarias que hablaban aymara, quechua y guaraní, los principales idiomas indígenas en Bolivia.

Durante sus consultas con Transredes, las comunidades afectadas por el derrame indicaron que, en vez de ser compensados con pagos en efectivo, las familias locales preferían recibir donaciones de material como forraje para el ganado y proyectos de desarrollo a largo plazo. Como la empresa tenía poca experiencia en este tipo de proyectos, sus funcionarios decidieron asociarse a una ONG establecida para realizar esta parte del programa de compensación. Eventualmente, Transredes se asoció con la filial boliviana de CARE, reconocida organización humanitaria con amplia experiencia en programas para combatir la pobreza.

CARE se encargó de capacitar a comunidades locales para instalar comités administrativos que implementaron unos 122 proyectos de desarrollo en sectores como suministro de agua y electricidad, salud, educación y generación de ingresos. Esta singular estrategia ofrecía varias ventajas. Al poner una organización neutral y confiable a cargo del plan de compensación, se logró disminuir tensiones que hubieran podido surgir entre los pobladores y los funcionarios de la empresa. Debido a su experiencia en trabajo de desarrollo comunitario, CARE pudo capacitar a los comités administrativos para transferir los fondos de compensación en forma transparente y efectiva. El acuerdo también ayudó a Transredes a evitar el paternalismo con el que suelen actuar las grandes compañías energéticas en zonas remotas, donde las comunidades se vuelven cada vez más dependientes de las donaciones.

Normas verificables
Para convencer a la sociedad boliviana de que su compromiso con la responsabilidad social y corporativa era serio, los directivos de Transredes decidieron adoptar estándares que pudieran ser auditados por una entidad independiente. La compañía optó por obtener certificaciones periódicas de la ISO (International Organization for Standardization) en áreas de calidad general de gestión (ISO 9001:2000), gestión responsable de temas medioambientales (ISO 14001:1996) y gestión en asuntos de salud y seguridad ocupacional entre empleados y contratistas (ISO 18001:1999).

En Transredes, por ejemplo, los nuevos procedimientos para prevenir accidentes laborales han disminuido dramáticamente el número y la frecuencia de lesiones en los trabajadores. La empresa publica en su sitio web (www.transredes.com) informes trimestrales sobre la frecuencia de accidentes laborales y vehiculares, escapes de gas natural y derrames de petróleo crudo. En todos estos indicadores, la calificación de Transredes es mejor que el promedio de empresas comparables en países industrializados.

La sostenibilidad, según la define Transredes, abarca cualquier variable que puede afectar la capacidad de la compañía de funcionar en el futuro. En un momento en que la industria petrolera es el foco de un intenso debate político en Bolivia, si Transredes espera seguir operando debe de ser una â??corporación modeloâ??.

En una conferencia del BID sobre responsabilidad social corporativa realizada en Washington en 2003, Tony Henshaw, entonces vicepresidente de planeamiento de Transredes, dijo que la buena responsabilidad corporativa puede representar costos considerables. Pero también sostuvo que es fácil defender esos costos ante los accionistas de la empresa. â??La opinión de la gente en las comunidades donde operamos tiene cada vez más peso en nuestra sostenibilidadâ??, dijo. â??Nosotros vemos (a la responsabilidad social corporativa) como una especie de seguro que pagamos para asegurar que podamos seguir operandoâ??.

Fuente: Revista del Banco Interamericano de Desarrollo en www.iadb.org

Fuente: Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria