Los sindicatos sostienes que los trabajadores acudean ahora menos a los servicios sanitarios, aunque estén enfermos.
El anuncio por parte del Gobierno de que podría penalizar económicamente a los funcionarios por una baja de incapacidad temporal ha vuelto a poner en primer plano el tema de las bajas por enfermedad en estos tiempos convulsos. La iniciativa – que el Ejecutivo podría aprobar este año -, forma parte, según el Gobierno, de un plan para luchar contra el absentismo en el colectivo. El plan incluiría que los funcionarios no cobren su salario íntegro durante los primeros 90 días que dure su incapacidad temporal.
Según las cifras, durante la crisis los trabajadores han sufrido menos bajas, pero ¿qué se esconde detrás? Es cierto que con 5,6 millones de parados hay menos empleados y, por tanto, disminuye el número de bajas médicas. Pero también ocurre – al menos así lo afirman algunas voces del ámbito sindical – que los trabajadores «aguantan más».
En efecto, el número de incapacidades temporales por cada mil trabajadores ha pasado de 27,4 en 2009 a 23,6 en 2011, así como la prevalencia por cada mil trabajadores y el número de días de baja, según datos de la Seguridad Social. ¿Las causas? Según el sindicato UGT son varias: la disminución de la población ocupada, la reducción de la siniestralidad, el incremento del número de efectivos de los facultativos del Instituto Nacional de la Seguridad Social, la agilización de la comunicación de los procesos y la formalización de convenios generales para el control de la incapacidad temporal entre la Seguridad Social y los Servicios Regionales de Salud.
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