Cada vez más docentes usan micrófonos para dar clase

Muchas maestras han invertido hasta $ 1.000 en un aparato portátil con altoparlante para evitar forzar la voz. Ahora, un proyecto de ley con media sanción dotaría a todas las escuelas de la provincia de estos dispositivos. Todos coinciden en que mejora las clases.

Cintia Bravo adoptó el micrófono para sus clases hace 4 años. “Me parece muy práctico”, dice. |@ Claudio Gutiérrez / Los Andes

Con un micrófono portátil que se coloca en forma de vincha y un parlante que simula una cartera, Cintia Bravo se presenta todos los días frente al curso para dar clases. La maestra de cuarto grado de la escuela José Manuel Estrada (Guaymallén) decidió implementar esta herramienta como una forma de cuidar su voz. Como ella, cada vez más educadores mendocinos optan por este recurso que comenzó siendo utilizado por los docentes que dictaban clases especiales, como Educación Física, Música y Plástica.

Haciéndose eco de esta situación y teniendo en cuenta que no todos los docentes pueden adquirir este aparato -que cuesta unos $ 500-, la Cámara de Diputados le dio media sanción a un proyecto de ley que pretende dotar a todas las escuelas de micrófonos para el aula.

“La idea surge, por un lado, por los mismos docentes que tienen muchos problemas para manejar cursos numerosos; y por el otro, porque los problemas de la voz son una de las principales causas de ausentismo en las escuelas”, explicó Daniel Llaver, diputado de la UCR y autor de la iniciativa.

De aprobarse la normativa, el legislador calcula que se necesitaría un presupuesto de unos $ 7 millones para que se lleve a cabo. “Harían falta 17.000 aparatos aproximadamente teniendo en cuenta las aulas de todas las escuelas dependientes de la DGE, de gestión pública y privada. Y como se puede implementar en dos años, sería un poco más de $ 3,5 millones para 2015 y otro monto similar para 2016”, detalló.

Si bien Llaver reconoce que este dispositivo no va a solucionar todos los problemas en el aula, sí es un aporte para mejorar la educación.

Desde la DGE consideran el uso de micrófonos como una herramienta más para la prevención de enfermedades vocales, pero hacen más hincapié en los talleres que brindan sobre el cuidado de la voz y la postura. “Habría que ver cómo se implementa y con qué criterio, ya que no todos los docentes necesitan micrófonos”, expuso Roxana Tambuto, coordinadora de Bienestar Docente. Según informó, desde febrero los maestros locales han solicitado 270 licencias por otorrinolaringología y de ellas, 70 fueron por problemas de la voz.

Cuidar la voz

Para Cintia Bravo, el aparato fue una verdadera solución. “Creo que fui una de las primeras porque me lo traje de afuera. Me parece muy práctico porque no levantás la voz, simplemente subís el volumen del equipo y los mismos alumnos prestan más atención”, contó esta maestra, que lo emplea desde hace cuatro años junto a una botellita de agua para hidratarse.

Un obstáculo que ella le encuentra al dispositivo es el costo inicial y su mantenimiento. “Necesitás cambiarle las pilas constantemente porque si no empieza a fallar. Se puede optar por pilas recargables pero son bastante caras”, manifestó.

Temiendo quedarse sin voz para poder cantar, la profesora de música Carina Pérez se compró el micrófono hace cuatro meses. “Sentía que era mucho esfuerzo hablar, me dolía terriblemente la garganta y estaba angustiaba porque amo dar clases y cantar. Tenía mucho miedo de terminar con problemas irreversibles de cuerdas vocales”, recordó.

Desde el primer día que lo usó notó una gran diferencia y las pocas veces que se lo ha olvidado sufre nuevamente por el dolor de garganta. Ella desembolsó $ 499 por el equipo y con las pilas recargables y cargador, el total fue de $ 900. “Pero realmente lo vale”, aseguró.

Aunque actualmente se encuentra en un cargo directivo, Inés Sosa utilizaba el micrófono cuando daba clases en quinto, sexto y séptimo grado del colegio Clave de Sol (Guaymallén). “Trabajaba en doble turno y veía por día alrededor de 120 chicos, realmente tenía que usar mucho la voz”, relató. Ella se lo trajo de Chile luego de haberse pedido licencia por hiatus y nódulos. “Logré disolverlos y no quería volverlos a tener, ni que me dieran licencia de nuevo o cambio de funciones”, narró.

Mejorar la escucha

Si bien a nivel general educadores y directivos celebraron le media sanción a la ley, hubo algunos que recalcaron la necesidad de trabajar más profundamente para mejorar la escucha en el aula.

Clara Jahan, vicedirectora de la escuela Bartolomé Mitre (Capital), fue una de las defensoras de esta postura: “A veces ni con un altoparlante los alumnos escuchan lo que dice el docente, porque no están predispuestos”, explicó. Para cuantificar el problema detalló: “El aparato puede ayudar un 10% del 100% que se necesita para generar un buen clima de trabajo en el aula”.

Con esta mirada coincidió Alejandro Cobo, responsable del programa Medios en la Educación de Los Andes. “Habría que revisar el por qué es necesario levantar el volumen de la voz cuando estamos educando, lo tecnológico no hace que los chicos se callen”, afirmó.

En cuanto a la mejora en la salud laboral del maestro, Jahan destacó que puede ser un arma de doble filo. “Hay que leer entrelíneas y ver si con esto no quieren eludir la responsabilidad que les toca a las ART sobre los problemas de la voz”, apuntó.

En tanto que Cobo recalcó: “Lo que no puede ocurrir es que, por tener un micrófono, se lo mande a trabajar al docente aunque tenga patología grave de la voz”.

“Las cuerdas vocales son una herramienta de trabajo”

Andrea Fernández, licenciada en fonoaudiología y directora del programa “Voz Prevenís”, celebró el creciente uso del micrófono en el aula. “Creo que es un gran inicio para ir solucionando el problema de los docentes y que no se sigan enfermando”, expuso la profesional.

De todas maneras, para ella la solución real es la prevención. “Que se enseñe en la universidad a utilizar la voz, que se hagan controles periódicos y que haya una concientización de que las cuerdas vocales son una herramienta de trabajo”, enumeró.

En cuanto al aparato, remarcó la necesidad de que se aprender a utilizarlo. “El uso del micrófono también requiere un entrenamiento ya que hay que manejar las intensidades de la voz, pero con dos o tres sesiones se aprende”, precisó.

Los pro y los contra del micrófono

Docentes y directivos consultados expusieron las ventajas y desventajas de utilizar este aparato en el aula.

Ventajas

  • No es necesario levantar la voz, simplemente hay que subir el volumen.
  • Los alumnos prestan más atención.
  • Evitan dolores de garganta y futuros problemas de la voz.
  • Se puede adaptar de acuerdo a los espacios y la cantidad de alumnos.
  • Reduce los pedidos de licencia por problemas de la voz.

Desventajas

  • Alto costo del equipo y su mantenimiento (pilas recargables y cargador).
  • No soluciona los problemas de escucha en el aula.
  • Puede llegar a generar que las ART se desliguen de la responsabilidad de responder ante problemas relacionados con la voz.

Proyecto de ley

Puntos a tener en cuenta sobre el proyecto de ley que establece la dotación de micrófonos en el aula de todas las escuelas mendocinas.

  • Tiene un plazo de implementación de dos años.
  • Se comenzará por los cursos que superen los 30 alumnos.
  • Está destinada a los niveles educativos primario, secundario y superiores, dependientes de la Dirección General de Escuelas, sean éstas de gestión pública o privada
  • Su autor, el diputado de la UCR Daniel Llaver, espera que se apruebe antes de fin de año y se comience a implementar en 2015.

Fuente: www.losandes.com.ar

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