Brasil: incendio en dos usinas nucleares

Las dos usinas nucleares de Brasil, Angra I y Angra II, tuvieron que ser paralizadas de urgencia por un incendio generado en una de ellas. Localizadas en Angra dos Reis, un paraíso terrenal en el litoral sur de Río de Janeiro, las plantas quedan a sólo 100 kilómetros de la capital carioca y a unos 300 de San Pablo.

Las autoridades de Eletronuclear, la estatal que controla las centrales, informaron que las plantas se desactivaron automáticamente a las 4,30 de la madrugada de ayer, cuando el fuego quemó un transformador externo localizado en la segunda central, que fue inaugurada en el año 2000.

Según un comunicado oficial de la empresa, «el episodio fue de naturaleza eléctrica y no nuclear». Para calmar a la población, se subrayó que no hubo ninguna anormalidad dentro de las plantas.

Tampoco se produjeron daños del personal que combatió el fuego en el transformador incendiado. Y, de acuerdo con la empresa Eletronuclear, «no fue afectado ningún otro equipamiento de la usina».

Pero la Agencia Nacional de Energía Eléctrica pidió a la empresa nucleoeléctrica que le envíe un informe completo sobre el incidente de ayer. El organismo federal envió, además, técnicos para acompañar la evolución del caso.

El director adjunto de Angra II, Ricardo Luiz dos Santos declaró que «aún no fue posible diagnosticar las causas del incendio. Estamos aguardando la llega de especialistas de la empresa fabricante», que es la alemana Siemens.

Los técnicos de Angra II dijeron que antes de que surgiera el incendio se escuchó una explosión en el transformador principal de la central. «En el mejor de los casos, podemos reparar ese equipo; en el peor, tendremos que paralizar la usina hasta principios de 2006».

En Brasil está en camino una tercera central, Angra III, que sería ubicada en el mismo lugar que las otras dos. Según el titular de Eletronuclear, Paulo Figueiredo, la planta podría ser construida en 5 años y medio.

El proyecto de una tercera central atómica es polémico. Organizaciones no gubernamentales como Greenpeace sostienen que ese emprendimiento es económicamente inviable y negativo desde el punto de vista de su impacto ambiental.

Eleonora Gosman. SAN PABLO. CORRESPONSAL
egosman@clarin.com

Fuente: Diario Clarin

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