Once bomberos sufrieron quemaduras tras una explosión en el centro de Los Ángeles, pero se esperaba que todos sobrevivieran su heridas, dijo el alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti en una conferencia de prensa la noche del sábado.
Al rededor de las 6:26 p.m. se informó que ardía un incendio en el centro de Los Ángeles en un edificio comercial en la 300 cuadra al este de la calle Boyd. Tras la posible explosión, varios edificios estaban en llamas, según el Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD).
Tres de los 11 bomberos fueron tratados por lesiones críticas, pero no mortales, dijo el alcalde frente al hospital donde se encontraban, el Hospital del Condado de Los Ángeles y USC.
Aún así, los 11 bomberos permaneceran en el hospital durante la noche bajo observación, dijo el Dr. Marc Eckstein, director médico del LAFD y médico del centro.
Eckstein dijo que todos los bomberos llegaron al hospital despiertos y alertos, pero dos bomberos fueron puestos en ventiladores debido a la inhalación de humo y cuatro fueron enviados a la unidad de cuidados intensivos por quemaduras. La mayoría de las quemaduras, dijo, estaban en sus extremidades superiores.
«Todos están estables en este momento», dijo el médico.
Garcetti dijo, «La buena noticia es que todos van a sobrevivir», pero agregó: «Tenemos muchos bomberos conmocionados».
El domingo por la mañana, se reportó que tres bomberos habían sido dados de alta del hospital, según las autoridades. Ocho bomberos permanecieron hospitalizados, incluidos dos en condición crítica pero estable. Otro bombero fue tratado y liberado en la sala de emergencias el sábado por la noche por una lesión menor en una extremidad.
El jefe del LAFD, Ralph M. Terrazas, dijo que la llamada «mayday», que se usa solo cuando un bombero está «caído, desaparecido o atrapado», era «el tipo de llamada que siempre temo».
Advertencia: el video a continuación puede no ser adecuado para algunos espectadores.
Dijo que los hombres heridos, que eran del camión número 9, se dieron cuenta de que algo andaba mal cuando estaban dentro del edificio, pero no pudieron escapar a tiempo para evitar la explosión. Su camión estacionado afuera estaba carbonizado, y la escalera aérea estaba dañada, y testigos dijeron que los bomberos en esa escalera bajaron con sus abrigos en llamas.
Sabiendo que algunos resultaron heridos, Terrazas dijo que muchos otros bomberos estaban traumatizados por el evento.
«Cuando uno de los tuyos está herido … puedes imaginar la cantidad de estrés mental», dijo.
El edificio que inicialmente se incendió fue el distribuidor Smoke Totes Warehouse, «un proveedor para aquellos que producen aceite de miel de butano», dijo Erik Scott, oficial de información pública del LAFD.
El proceso de extracción de aceite de miel, THC concentrado de marihuana, implica el uso de butano, un gas inodoro inflamable, y es ilegal en California. Se encontraron varios botes de butano en la escena, dijo el LAFD.
El negocio ha estado operando en el sitio durante al menos una década y tiene varios locales en el centro de Los Ángeles.
Ciertos locales que almacenan una cantidad significativa de materiales regulados o controlados deben exhibir pancartas en el exterior para indicar qué hay dentro, proporcionando una advertencia para los bomberos. Los carteles utilizan un sistema de código para proporcionar información que ayuda a los bomberos a decidir cómo abordar el incendio.
A las 7:05 p.m., más de 230 bomberos respondían al incendio, dijo el departamento. Varios vehículos del Departamento de Policía de Los Ángeles también estaban en el lugar.
El incendio se demoró dos horas en apagar, dijo Scott.
No se supo de inmediato qué causó el incendio inicial o la explosión, pero el departamento dijo que la causa del incendio sería investigada a fondo.
Esta es una historia en desarrollo.
Jonathan Lloyd contribuyó a esta nota.
Por un lado la falta de conocimiento de lo almacenado allí para analizar la forma de atacar el siniestro y sus medidas de prevención, por otro lado la importancia del uso a conciencia de todos los EPP necesarios que serán la ultima barrera frente al riesgo