La ONG Manos a la Obra relevó varias veces los trabajos durante la semana y asegura que a los obreros de la construcción les faltan elementos de higiene y seguridad.
Los integrantes de la ONG llevan estadísticas de los accidentes laborales en las construcciones de Rosario y Gran Rosario.
La ONG Manos a la Obra relevó toda la semana los trabajos de demolición de las torres que quedaron en pie en Salta 2141, tras la explosión por una fuga de gas el 6 de agosto pasado, que se cobró 22 vidas. Sus integrantes aseguraron que a los trabajadores les faltan elementos de higiene y seguridad y fundamentan sus observaciones (que documentan con fotos y un video), en los decretos 550 y 911 de la ley de la construcción (22.250).
«Varios trabajadores no tienen las mentoneras de sus cascos (objeto que los sostienen), los cabos de vida (línea flexible para asegurar un arnés) y los puntos de anclaje elevados sobre sus cabezas (sistema que facilita el trabajo en altura y está conectado a una estructura permanente). Un obrero en caída libre, a más de tres metros de altura corre riesgos, esto lo debe saber un ingeniero responsable de la obra», detalló el titular de la ONG, Narciso Canteros.
A ese aspecto, Canteros agregó que en los trabajos de calle Salta son varios los obreros que trabajan realizando una tarea repetitiva con martillos hidráulicos de unos de 50 kilos.
«Dudamos de que a estos operarios se los releve, no pueden trabajar ocho horas seguidas, menos con altas temperaturas, porque este trabajo les provoca fatiga muscular y secuelas físicas, también por los altos decibeles: deben ser bien hidratados y alimentados por la empresa responsable y contar con protección auditiva y ocular, de acuerdo a la normativa», precisó.
Las acciones progresivas para quitar altura a las estructuras colapsadas comenzaron el 14 de noviembre. Los 45 días anteriores se habían demolido las estructuras bajas lindantes y las paredes interiores de las torres 1 y 3, de las que habían quedado apenas los esqueletos tras las primeras intervenciones. La empresa a cargo es Milicic SA, tiene a su cargo a 37 operarios y calcula que al demoler lo que queda generará 735 metros cúbicos de escombros (lo que incluye vigas, columnas y losas): unos 80 camiones con material, a los que hay que agregarles mamposterías, contrapisos y revestimientos..
Pero, en el marco de esta labor, la ONG asegura que «no hay cartel de obra». Para Canteros, «A esta altura, y en una obra tan significativa ya se debería haber formado un comité mixto que cuente con la participación de los trabajadores». Y agregó: «Si hay un programa de seguridad aprobado por la ART, no se está aplicando».
Higiene. Otras críticas de Manos a la Obra apuntaron a la higiene de los obreros en relación a su labor. Canteros dijo que «cuando están varias horas en contacto con tanto polvillo hay que contar, por ley, con baños y duchas y más de un juego de ropa; y vimos cada día que salían tal como habían realizado la actividad y se iban a sus casas».
El titular de la ONG dijo que este tipo de observaciones desde afuera de la obra las hacen desde hace 13 años como «prevención y concientización» de los obreros quienes, muchas veces, se prestan a la actividad laboral corriendo riesgos o «no haciendo valer sus derechos, por desconocimiento».
Estadísticas. Los integrantes de la ONG llevan estadísticas de los accidentes laborales en las construcciones de Rosario y Gran Rosario.
En los últimos 15 días registraron tres fatales: uno en una guardería náutica en Rosario, otro en San Lorenzo y uno más en una escuela de Pérez.
«Los hechos trágicos de este tipo son en promedio 10 al año, a esos hay que sumar otros. Debe haber más control del Estado sobre las obras», reclamó Canteros.
Cascos amarillos. Manos a la Obra pinta cascos amarillos tras los accidentes. Está integrada por 30 obreros y otros 1.500 desocupados. Contacto en el 156-246685.
Corresponde que intervenga el «estado provincial» es decir las ATL del Ministerio de trabajo provincial en repesentacion de la SRT .