Un nene de 5 años murió al caer bajo las ruedas de un camión

La tragedia ocurrió ayer a la mañana en 9 de Julio y Francia (Rosario).
Su madre lo llevaba en bicicleta y estaba esperando que el semáforo diera luz verde. Por alguna razón que se investiga perdió el control del rodado y se precipitaron cuando el camión arrancaba se investiga perdió el control del rodado y se precipitaron justo cuando el vehículo pesado arrancaba.

Los que vieron lo que había pasado en avenida Francia y 9 de Julio no podían hablar por el shock. Otros decían que sólo escucharon «como una explosión». Ayer a la mañana, poco antes de las 11, un nene de 5 años que iba en bicicleta con su mamá murió arrollado bajo las ruedas de un camión. La mujer aguardaba sobre la mano derecha de 9 de Julio la luz verde del semáforo y a su lado hacía lo mismo un camión Scania cargado con mercaderías. Por razones que se investigan, cuando el semáforo dio paso la ciclista perdió estabilidad y cayó con su bicicleta hacia el centro de la calle. Las ruedas traseras del pesado vehículo arrollaron a su hijo, que murió en forma instantánea. La mamá fue trasladada con una severa crisis de nervios al Hospital Centenario y el chofer quedó detenido en la seccional 6ª a disposición de la Justicia.

En el lugar los vecinos estaban como paralizados. Dos repartidores de gaseosas se tomaban la cabeza como queriendo evadirse de la película de horror que se estaba viviendo en esa esquina. Minutos antes, Marcos Nahuel Gómez, de tan sólo 5 años, murió arrollado por las ruedas traseras del Scania 93 H 250 que guiaba Héctor Luis Rivero. Al parecer, el chofer, de 34 años y oriundo de Las Rosas, regresaba a esa localidad para dejar su carga.

El niño viajaba en un improvisado asiento hecho con gomaespuma en la bicicleta de paseo celeste con canastito negro en la que pedaleaba su mamá, Florencia Indaco, de 22 años.

«Según contó la conductora de un auto que esperaba detrás del camión para doblar en Francia, la mamá aguardaba la luz verde del semáforo parada junto al cordón sobre el lado derecho de la calle. La bicicleta estaba a la par del camión y, cuando dio luz verde, esta mujer vio que la bicicleta voló por el aire y escuchó una explosión», explicó una muchacha que trabaja en una galería cercana.

La causa por la cual la ciclista perdió el control del pequeño rodado y cayó junto a su hijo sobre el pavimento deberá ser develada en el juzgado Correccional 4ª, donde al cierre de esta edición estaba previsto que declarara el chofer y no se sabía cuándo lo haría la madre de la víctima.

No obstante, a algunos pesquisas no dejaba de llamarles la atención que el camión tenía desprendido uno de los sensores de presión del neumático derecho (también conocido como varilla vigía) y esto podría haber desestabilizado a la ciclista, en el hipotético caso de que la hubiera tocado. Sin embargo, nadie podía asegurar que esa vara estuviera suelta antes del accidente, por lo cual todas las especulaciones deberán ser despejadas en la investigación del hecho.

Un pesquisa precisó que las dos ruedas traseras del camión aplastaron el pequeño cuerpo y dejaron esparcidos sobre el pavimento restos de masa encefálica. Según los vecinos, las ambulancias «llegaron en menos de cinco minutos», pero sólo pudieron llevarse a la madre de la víctima, con una severa crisis de nervios, al Hospital Centenario.

Según los datos suministrados por la policía, Florencia Indaco y su hijo Marcos están domiciliados en Medinacelli al 600, una cortada de sólo una cuadra que corre paralela a Crespo entre Santa Fe y San Lorenzo. Es cerca de la terminal de ómnibus, a unas 12 cuadras del lugar de la tragedia.

«Una explosión»
El extraño estruendo alertó a los vecinos de que algo malo había pasado en la esquina. Pero la realidad arrojó enseguida un cuadro tan inesperado como desolador. Con algunos raspones en sus brazos, la madre no podía con su ser. Sus gritos eran desgarradores, junto al cuerpo de su hijo tendido sobre el pavimento, mientras el camionero aminoraba la marcha de su rodado sin saber muy bien qué estaba sucediendo.

«Fue desesperante, porque lo único que escuchamos fue la explosión pero no veíamos nada porque el camión nos tapaba todo», comentó la dueña de un salón de ventas ubicado justo frente al lugar del accidente. A su lado, otras mujeres no podían articular una palabra. Mientras tanto, un pibito de unos 12 años que estaba junto a unos amigos sin poder creer lo que estaba viendo, contaba: «El camión venía a velocidad normal. Y la mujer se cayó junto con el nene sin darle tiempo a nada al camionero».

Varias horas después del trágico accidente, aún quedaban restos de masa encefálica sobre el pavimento. Los trozos de cartón que tapaban el pequeño cuerpo sumaban desamparo a la postal de la tragedia. Y seguramente permanecerán durante mucho más tiempo en el recuerdo de vecinos y eventuales testigos las imágenes y sonidos de una mañana signada por la tristeza.

Fuente: Diario La Capital

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