El suicidio vinculado a la presión que sienten numerosos empleados en sus empresas toma hoy actualidad tras reconocerse la culpabilidad del grupo automovilístico Renault en la muerte de uno de sus empleados en 2006.
La Corte de Apelaciones de Versalles consideró que hubo una falta inexcusable con lo cual confirmó el veredicto del Tribunal de la Seguridad Social de Nanterre en 2009.
El 20 de octubre de 2006 ul ingeniero de 39 años se lanzó del quinto piso del tecnocentro de Guyancourt (Yvelines), ubicado en la periferia de esta capital.
La Corte señaló que Renault tenía conciencia del peligro que estaba expuesto debido a la carga de trabajo.
El sindicato Solidarios calificó de importante esta decisión al estimar que se inscribe en la evolución del derecho sobre la obligación de seguridad de los empleados.
En 2007, una investigación laboral reconoció que este y otros dos suicidios acontecidos en el mismo lugar estaban vinculados con un ambiente de trabajo donde primaba la presión y el acoso.
Próximamente la Corte deberá pronunciarse sobre las otras dos muertes.
Renault, por su parte, cuenta con dos meses para recurrir la decisión de esta última decisión de la justicia ante el Tribunal Supremo.
