EDUCACION : INSOLITO CASO EN LA EGB Nº 102
Una directiva pidió a los padres que firmaran un acta para responsabilizarse por posibles accidentes de sus hijos. Estaban sin luz y se llovían las aulas. Habían autorizado a dar clases pero la vicedirectora quiso cubrirse.
Para dejar a los alumnos en el aula, los padres de la EGB Nº 102 de La Plata tuvieron que firmar un acta donde asumían la responsabilidad por eventuales accidentes de sus hijos, provocados por las deficiencias edilicias. No todos aceptaron esta inusual exigencia. Quienes se negaron, decidieron modificar el contenido del documento y dejaron constancia de que «el director General de Escuelas, Mario Oporto, y las autoridades de esa dependencia son responsables directos por la calidad edilicia y la seguridad de nuestros hijos».
La polémica estalló en la escuela Nº 102 «Dardo Rocha», ubicada en 7 y 32 de la capital bonaerense. Fue otra secuela del temporal de viento y lluvia del martes. Ese día, suspendieron las clases porque estaba inundada la entrada al edificio. Pero, también se llovían las galerías, las aulas y otras dependencias, por las filtraciones del techo.
La directora, Cristina Noval, llamó a los inspectores de Infraestructura de la Dirección de Escuelas y acordaron retomar las actividades a partir de ayer. Sin embargo, la vicedirectora Gladys Etchegaray, a cargo del servicio educativo en el turno matutino, consideró que el establecimiento no estaba en condiciones de recibir los casi 400 alumnos de 1º a 6º año que cursan en la escuela 102. «No había luz, los pisos estaban mojados y evalué que existía riesgo para los niños», explicó la funcionaria a Clarín.
Por eso, solicitó el aval de los padres que después se transformó en reclamo para el Gobierno y Oporto. «Fue una determinación equivocada. Un directivo no puede eludir su responsabilidad. No tuvo capacidad de resolver el contratiempo», dijo la inspectora de Educación Primaria de La Plata, Mabel Antonelli. Y atribuyó ese error a la edad de la mujer: Etchegaray tiene 73 años y ocupa desde 2002, ese cargo en la «Dardo Rocha».
La medida tuvo el respaldo de los docentes y los padres que, luego de modificar los términos del acta, estamparon su firma. «Los techos se caen no sólo por la lluvia: este edificio sufre por el abandono de las autoridades», se quejó Fernando Ferro, padre de un alumno de 4º año, turno mañana. «Esta escuela no soporta más lluvias y hace meses que reclamamos los arreglos. El único mantenimiento se hace con el esfuerzo de la cooperadora. Existe una responsabilidad colectiva por las grietas, las perforaciones y los baños inutilizables», dijeron a Clarín, los docentes Daniel Cadabán, María Cristina Caneta de 6º y Sira Castro de 3º.
La determinación de la vicedirectora derivó en una investigación «primaria» para determinar si existió una falta leve o grave en la actitud de Etchegaray. «Bajo ningún punto de vista la Dirección General de Cultura y Educación provincial va a responsabilizar a los padres de la integridad de sus hijos en las escuelas. Y menos aún exigirles que firmen un acta haciéndolos responsables por cuestiones que atañen al cuidado y mantenimiento de los edificios escolares», aseguró a Clarín la subsecretaria de Educación provincial, Delia Méndez.
La funcionaria – quien ayer estaba a cargo de Escuelas, en ausencia de Mario Oporto – consideró que «no debe tomarse esto como un castigo, sino que al directivo se le exige responsabilidad, equilibrio y sentido común para tomar decisiones ante emergencias, situaciones de la convivencia escolar u otras cuestiones como preservar la integridad de los alumnos».
La EGB Nº 102 es una construcción de más de 50 años y está incorporada a un programa de refacción edilicia. Según explicó el director de Mantenimiento y Equipamiento, Marcelo Gardinetti, esta semana comenzarán los trabajos para cambiar el techo. Las autoridades anunciaron una inversión de $ 100.000 que incluye también la pintura de aulas y el arreglo del baño de profesores. Los trabajos se harán con los alumnos en clase porque —dicen los directivos— no implica una alteración en las actividades de la escuela.
Fabián Debesa. LA PLATA. CORRESPONSALIA
laplata@clarin.com
Disparates en cadena
Que un directivo pida a los padres que firmen un acta para hacerse responsables de los daños físicos que pudieran sufrir sus hijos en la escuela es un disparate. Y otro más grave aún que el Estado – las máximas autoridades educativas bonaerenses – autorice a dictar clases en un edificio inundado por el temporal y con los techos en problemas. A la vicedirectora no le alcanzó el respaldo de sus superiores, sintió miedo de que pasara algo y resolvió con bastante poco sentido común. Podría entenderse, en parte: vio cómo estaba el edificio y buscó cubrirse. Hay un gran bizco en esta historia: el Estado y sus funcionarios, los únicos responsables de que los chicos estudien seguros en escuelas seguras.
Victoria Tatti
vtatti@clarin.com