Llegó al hospital con un paro cardiorrespiratorio. Los médicos lograron resucitarla y la conectaron al respirador.
«La nena está sedada», explicó el médico Gustavo Sciolla.
Una nena de dos años, María Milagros Ramírez, quedó internada ayer en grave estado y conectada a un respirador artificial en la sala de terapia intensiva del Hospital Vilela después de caer y permanecer sumergida durante varios minutos en la pileta de su casa, en la zona sudoeste de Rosario. «La chiquita llegó al hospital con un cuasi ahogamiento y en paro cardiorrespiratorio», confirmó ayer la vicedirectora del centro asistencial, María del Carmen Carradori, un cuadro que los médicos alcanzaron a revertir para trasladarla a terapia intensiva.
Al cierre de esta edición, Carradori aseguró que dentro de su gravedad, la nena estaba «estable y por ahora sin complicaciones», aunque habrá que seguir su evolución durante, por lo menos, las próximas 48 horas. Sólo después se podrá determinar si la asfixia le causó o no alguna lesión. El de María Milagros representa el sexto caso de chicos que sufrieron asfixia por inmersión en Rosario desde el último fin de semana.
El hecho ocurrió en el jardín de una casa de Lamadrid 2760 poco antes del mediodía, donde suelen jugar la nena ahora accidentada, sus dos hermanitos (de ocho y once años) y tres primos que viven atrás. En ese fondo se encuentra la pileta de fibra de vidrio.
A las 11.50, una de las primas de la chiquita – que, según relató su abuelo, suele ser quien más juega y cuida de ella – se dio cuenta de lo que había ocurrido y le avisó de inmediato a la mamá, Analía Brudina, quien alcanzó a sacar a la nena del agua. Desesperada, la mujer llamó a una ambulancia y a una vecina que es médica jubilada, Cristina Maggi, quien realizó las primeras maniobras de reanimación.
Antes de que llegara la ambulancia, un móvil de la Patrulla Urbana que pasaba por la esquina advirtió una situación anómala por la gente «amontonada» frente a la casa y ofreció su auxilio. Al enterarse de lo ocurrido, el oficial Flavio Arana no esperó más: cargó a la nena y a la médica que seguía intentando reanimarla y, con las balizas y la sirena encendidas (más dos móviles policiales que fueron cortando el tránsito), la trasladó de urgencia al Vilela. «Lo único que pensaba era que teníamos que llegar rápido», recordó todavía conmovido el policía.
Pese a los esfuerzos, María Milagros arribó al hospital con un paro cardiorrespiratorio del que los médicos del Vilela pudieron sacarla mediante nuevas maniobras de resucitación. Luego la nena fue llevada a la sala de terapia intensiva.
«La chiquita está sedada y conectada al respirador artificial, mientras tratamos de monitorear todas las posibles complicaciones que puedan ir surgiendo», explicó el médico de terapia Gustavo Sciolla, antes de recibir a los angustiadísimos padres, abuelos y tíos de la nena.
Aunque Carradori definió el cuadro como «grave», a las 17.30 de ayer, el abuelo de la criatura, Claudio Brudina, admitió que empezaba a acunar una esperanza. «Acaba de venir una de las médicas que la atiende y dice que la vio mejor», sostuvo. A esa misma hora los padres de María Milagros pudieron entrar a ver a su hijita.
Este es el sexto caso en la última semana. Aparte del de la beba que sigue en terapia en el Vilela (ver aparte), el Sies atendió a otros cuatro chicos asfixiados en agua: uno de ellos murió, otro sufrió lesiones y dos siguen recuperándose.
Fuente: Diario La Capital