Juan Cruz Manfredini murió en Bahía Blanca a los veinticinco años. Trabajaba en Camin Cargo Control, una empresa cuya sede central se encuentra en Linden, Nueva Jersey, Estados Unidos y opera en 15 países del mundo. Realiza análisis de laboratorio, inspecciones y controles de calidad para empresas petroleras, petroquímicas y de gas.
Juan Cruz falleció el 21 de octubre pasado, luego de cuatro días de agonía, por las quemaduras recibidas luego de una explosión e incendio en un laboratorio clandestino ubicado en la calle Cuyo 1388 de Bahía Blanca. Camin Control no tenía ninguna habilitación para funcionar allí ni como sede administrativa, mucho menos como laboratorio. ¿Accidente de trabajo u homicidio laboral?
En su portal en la web la empresa menciona como una de sus misiones tener “un probado programa de recompensas positivas para elevar el rendimiento de los empleados, la eficiencia, la disciplina y la motivación”.Rendimiento, eficiencia y disciplina sí, del respeto y el cuidado por la vida del trabajador nada. Ya habrá otra joven vida para el recambio.La precarización laboral mata, la vida no es tercerizable.
La tercerización laboral junto a otras formas de precarización laboral es parte de una ofensiva del capital sobre las condiciones de vida y de trabajo. El apogeo de esta ofensiva se produjo en el país durante la década menemista pero bajo los gobiernos que le sucedieron se ha mantenido la misma estructura flexibilizadora como lo demuestra la lucha de los tercerizados del ferrocarril Roca que intentó ser acallada con el asesinato de Mariano Ferreyra a manos de una patota dirigida y financiada por la burocracia de la Unión Ferroviaria. Los dirigentes de ese sindicato, en connivencia con los gerentes de la empresa utilizan los cuantiosos subsidios estatales para armar empresas que tercerizan el trabajo en ferrocarril
En Bahía Blanca las principales tercerizadoras son las empresas multinacionales petroquímicas, petroleras y del gas, y organismos estatales: en primer lugar la Municipalidad, la Universidad Nacional del Sur y el hospital Penna entre otros.
Tercerizar significa en la práctica que tareas consideradas accesorias (mantenimiento, limpieza, vigilancia, comedor) y también otras ligadas directamente a la producción son realizadas por empresas contratadas por la empresa madre.
Los objetivos de la tercerización van por dos vías: Uno, reducir costos, aumentar las ganancias y evadir responsabilidades legales. Así suele ponerse en riego la vida del trabajador/a encomendado tareas peligrosas sin tener la capacitación y la experiencia necesarias y sin respeto por las normas de seguridad adecuadas. La tercerización implica en muchos casos la deslocalización. Se trabaja en otro lugar físico, no en la fábrica o en el barco.
Dos, dividir a los/as trabajadores/as. Muchas veces conviven en el mismo ámbito laboral trabajadores/as encuadrados en distintos convenios, o personal de planta con pasantes y contratados, con distintas escalas salariales y realizando tareas similares. Se busca así que las relaciones de competencia prevalezcan por sobre las relaciones de solidaridad y cooperación entre trabajadores/as.
La consecuencia es el disciplinamiento de todos a las formas de trabajo impuestas por las gerencias y las direcciones. A tal punto la ofensiva ha arrollado con las conquistas laborales que han conseguido naturalizar entre jóvenes trabajadores/as la idea de “que hay que empezar así” y que no se puede revertir esa precariedad.
Desde la CTA sostenemos que la lucha por la dignidad en el trabajo, por poner fin a los atropellos patronales, la defensa y el cuidado de la vida frente a la multiplicación de la muerte producida por el capital es la razón de ser de una organización sindical. Sin fijarse en las afiliaciones sindicales de cada uno.
Se trata de un modo de vida que se asiente en la solidaridad en vez del individualismo, en la cooperación en vez de la competencia y el antagonismo que conduce a pisarle la cabeza al otro.
Unir nuestros saberes como hombres y mujeres que van al trabajo y se organizan para que nadie nos arrebate el derecho a decir no a las injusticias, el derecho a negar que el cuerpo de cada uno exista para ser carne de yugo, el derecho a pensar que es posible una sociedad en que el hombre no sea el lobo del hombre y a convertirnos en dueños de nuestro destino.
Desde estas ideas nos proponemos estimular, colaborar e impulsar la organización de los trabajadores/as precarizados. Para ello entendemos necesario integrar a trabajadores efectivos o de planta con los contratados o tercerizados, construyendo espacios de participación conjunta y unificando las reivindicaciones. Será necesario unirnos por abajo, desde cada lugar de trabajo coordinando con las comisiones internas o delegados de base para luego ir a hacia articulaciones mayores, utilizando la denuncia pública y la identificación de responsabilidades.
Para todo ello hay un componente irrenunciable: la democracia de base, la libertad para elegir representantes con mandatos revocables y el deber de rendir cuentas de todo lo actuado. Creemos que la lucha contra la tercerización y la precarización laboral es uno de los principales desafíos que enfrentan las organizaciones sindicales.
Enrique Gandolfo es Secretario General de la CTA Bahía Blanca-Dorrego.