Desde hace dos años, el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) tiene un proyecto de investigación para estudiar las causas por las que los vehículos se incendian.
Como parte de ese trabajo examinan los autos con destrucción total por incendio dados de baja por las compañías aseguradoras socias de esta entidad, las que cubren el 28% del mercado de vehículos asegurados.
«Estas investigaciones tienen por fin determinar cuál es el primer foco y las causas del incendio», explicó a LA NACION, el gerente general del Cesvi, Fabián Pons.
Del resultado que arrojaron estas inspecciones se desprende que «el 62% de los autos incendiados tiene instalado un equipo de GNC», indicó el directivo.
La primera pregunta que surge de esta afirmación es si el GNC es el causante de estos incidentes. Para los investigadores del Cesvi no son los equipos de este combustible los culpables, sino las instalaciones deficientes y el gran desconocimiento sobre el uso del GNC.
Los vehículos que salen de fábrica con el equipo instalado no se vieron afectados por estos incendios, ya que el montaje permite que se modifique todo el sistema de inyección, sin tener que hacer injertos en las mangueras de nafta.
«Las recomendaciones para evitar problemas son las siguientes: nunca dejar que se vacíe el tanque de nafta hasta menos de un 25% de su capacidad. Siempre detener y arrancar el vehículo utilizando nafta y cada tres cargas de GNC, usar el auto unos 50 kilómetros con nafta, ya que tiene componentes que sirven para lubricar todo el sistema de combustible que el gas deteriora por tener una combustión más seca», indican desde el Cesvi.
«Otra sugerencia es realizar las instalaciones en los negocios autorizados y que respeten las normas del Ente Nacional de Regulación del Gas», culminó Pons.